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El profesor español más famoso de internet: "YouTube me regaña por no dar espectáculo"
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David Calle enseña matemáticas, física y química

El profesor español más famoso de internet: "YouTube me regaña por no dar espectáculo"

Más de un millón de personas están suscritas a su canal, se codea con famosos pero a David Calle lo que más le gusta del mundo es ayudar a un chaval con las ecuaciones

Foto: El profesor y 'youtuber' David Calle.
El profesor y 'youtuber' David Calle.

El madrileño David Calle (Coslada, 1972) tiene el canal educativo en español con más visitas en YouTube. Desde Unicoos, este ingeniero en telecomunicaciones da lecciones de física, matemáticas o lo que se tercie a unos cuatro millones de personas cada mes. Al principio solo quería ofrecer a los alumnos de su academia un apoyo audiovisual que sirviera de refuerzo a sus clases, pero esta aventura acabó llevándole a ser finalista del Global Teacher Prize y a ser reconocido por 'Forbes' como una de las personas más creativas del mundo.

Foto: El canario Javier Santaolalla explica principios de la física cuántica en vídeos de cinco minutos. (Foto: Date un voltio/YouTube)

Ahora, el llamado 'profesor youtuber' ha reunido algunas de sus lecciones magistrales en el libro '¿Cuánto pesan las nubes?' (Plaza y Janés, 2018) y se enfrenta a Teknautas en este examen. ¿Aprobará sin esfuerzo?

PREGUNTA. No me queda claro a quién está dirigido el libro, ¿a jóvenes estudiantes o a profesores que buscan cómo hacer que sus alumnos se interesen por la ciencia?

RESPUESTA. Una mezcla de ambas cosas. Está enfocado a profes, para inspirarles un poco y darles ideas en temas que tienen que ver con mates, con física o con química, que conozcan la historia de Faraday o Tesla, que tengan anécdotas para contar en clase. Y también para los chavales, de 16 en adelante, a quienes les gustan las ciencias o que todavía no lo saben, no para darles todas las respuestas sino para animarles a buscar ellos la respuesta. El objetivo es conseguir inspirarles para que se hagan preguntas e incentivar el amor por las ciencias, que se ha perdido un poco, los chavales en clase creen que son un rollo y en el fondo son guays.

P. ¿Cree que se ha perdido el amor por la ciencia? Para mí es lo de siempre, cuando eres pequeño te fascinan los planetas y el espacio hasta que aprendes que todo eso es una ciencia que se llama astronomía y entonces te suena aburrido.

R. Los profesores de ciencia tenemos la obligación de que esa fascinación que los chavales tienen de pequeños por la ciencia no se pierda por culpa de 45 derivadas o 100 ecuaciones de segundo grado. Cuando están en 5º o 6º de Primaria o en los primeros cursos de la ESO, las ciencias se convierten en meras operaciones de cálculo. Yo estoy en contra de eso y creo que deberíamos inspirarles más a hacer otras cosas y enseñarles para qué sirve una ecuación de segundo grado o una raíz cuadrada. Por que si no, todo eso que nos fascina se convierte en un suplicio, y no tiene sentido que en 2018 seamos máquinas de calcular. Dejemos a los chavales que sueñen y sean creativos, que los cálculos los hagan los ordenadores.

Los profesores tenemos la obligación de que la fascinación que los chavales tienen de pequeños por la ciencia no se pierda por 45 derivadas

P. O sea, ¿menos E=mc2 y más Einstein en su contexto, dice usted?

R. Exacto, y que sueñen. Julio Verne, en su momento, todo lo que decía no tenía sentido porque era ciencia ficción, pero al final se ha acabado cumpliendo. Steve Jobs imaginó un día en que los móviles se manejarían con un dedo y mucha gente pensaría que estaba loco. Ahora mismo no hay muchos límites en lo que se refiere a la tecnología, los niños pueden conseguir lo que quieran y deben soñar en grande.

P. Comparando las clases de ciencia que yo recibí en el instituto con las que puedo ver en YouTube, suyas y de más gente, me da la impresión de que la gran ventaja es que las 'online' están más actualizadas. En el instituto no llegábamos a estudiar bien la física cuántica o nanotecnología, por ejemplo, todo acababa en Einstein.

R. Se quedan en el tiro parabólico y el plano inclinado. Uf, es que cuando les empiezas a contar a los chavales que toda la energía del universo viene del Big Bang y estaba concentrada en un punto diminuto... ellos encuentran la magia de la ciencia, pero con suerte lo descubren en 2º de Bachillerato, que es cuando se da la física relativista. Hasta entonces son fórmulas, fórmulas y problemas de trenes. Se les enseña a formular amidas sin decirles que la seda es una amida, o ácidos sin decirles que las hormigas producen ácido fórmico. Hay que decirles que la ciencia está ahí y enseñar ciencia del siglo XXI, no como cuando no había ordenadores.

P. Bueno, es que cuando uno aprende ciencias en el instituto tiene al libro de texto como algo inmutable, escrito en piedra, cuando en realidad es todo lo contrario: todo es susceptible de ser desmontado.

R. De hecho, mi libro dice en el prólogo que muchas de las cosas que digo probablemente son mentira y en el futuro descubriremos que en realidad no tenían nada que ver. La ciencia está en continua evolución, como decía Heráclito, lo único constante es el cambio. No podemos llegar a imaginar cómo estará todo dentro de 20 años.

placeholder Calle, junto a la pizarra que le sirve de escenario en su canal. (Unicoos)
Calle, junto a la pizarra que le sirve de escenario en su canal. (Unicoos)


P. Hablemos de YouTube. Esa parte emocional que tienen las clases presenciales, en las que uno puede seguir de cerca al que lo intenta y fracasa, o estimular a unos poniendo de ejemplo a otros... Todo ese hueco, ¿cómo se llena al dar una clase virtual a miles de personas?

R. Cuando me pongo a grabar vídeos, solo en mi buhardilla, me imagino que ellos están ahí. Pienso en mis alumnos de verdad —tengo alumnos de verdad en mi academia— y también en gente que he ido conociendo por comentarios en la calle o en redes sociales. Imagino que están todos ahí detrás y, al grabar, hablo como si estuvieran todos ahí, digo: "¿Lo habéis entendido, chicos? Venga, pues continuamos". Es raro, pero lo vivo así.

P. Pero toda la gente que tiene éxito en YouTube es porque es capaz de generar en el espectador ese sentido de 'comunidad', ¿no?

R. Es lo que intento. Leer comentarios, contestarlos, estar pendiente...

P. Supongo que pese al éxito en la red, y que podría salir adelante solo con eso, al final no puede prescindir de las clases en persona.

R. Hmmm. Bueno, eso de que YouTube te da para vivir es relativo.

P. ¿No le da para vivir? ¿Está muy inflado lo que se comenta de las estrellas de YouTube?

R. La leyenda está muy inflada, porque como yo siempre digo, mi canal tiene cuatro millones de visitas al mes y El Rubius tiene cuatro millones de visitas al día. Unicoos es el canal educativo con más visitas de España, pero no está ni entre los 100 más vistos. Está bien para pagar los autónomos y los gastos típicos del canal, pero no es algo para vivir de ello. Por eso, cuando dicen el 'profesor youtuber' pienso... hombre, tengo otros cuatro trabajos. YouTube está muy bien, y ese dinero que me entra por publicidad me sirve para mejorar los micrófonos, la luz o el equipo informático.

La leyenda de los 'youtubers' forrados está muy inflada, mi canal tiene cuatro millones de visitas al mes y El Rubius tiene cuatro millones al día

P. A lo que me refería es que al final el profesor físico y el 'online' se retroalimentan, y que no debe ser fácil prescindir de uno de los dos.

R. La gente me lo dice: "¿Por qué no dejas de dar clases?". Yo ahora doy conferencias, tengo un libro, soy consejero de estrategia en una empresa... Pero no quiero perder el contacto con los chavales: qué series ven, qué problemas tienen o qué les entra en los exámenes este año.

P. Son su materia prima.

R. Eso es, gracias a mis alumnos y a mi hija estoy un poquito en la 'onda'. Tengo mis años, soy un poco viejuno, pero me intento mantener ahí y no dejaría de dar clases ni loco.

P. "Finalista del Global Teacher Prize". Está muy bien, ¿pero quién ganó?

R. Ganó una canadiense que tenía un proyecto muy bonito con alumnos en el Ártico canadiense que no tenían conexión a internet o la posibilidad social de evolucionar o salir de sus pueblos. Estaban abocados, por sus comunidades, al alcoholismo o al suicidio, y fue un proyecto muy bonito. De todas formas, los premios son los que son y yo no creo que sea uno de los 10 mejores profesores del mundo por mucho que estuviera en ese 'Top Ten'.

P. Sí, son más bien las ideas más inspiradoras de esa edición.

R. Este año no estaba nominado pero me han vuelto a invitar, estuve en Dubái hace dos semanas y he podido ver otros 10 proyectos diferentes en el 'Top Ten', y no es que sean mejores o peores que el mío, sino que es algo que te inspira. Ser profesor es algo maravilloso, hay proyectos alucinantes en todas las partes del mundo y lo verdaderamente importante es cuánta pasión y energía le dedicas a tu proyecto para mejorar a tus alumnos y su comunidad. Este año había un proyecto filipino que era brutal, construir un puente para alumnos que no podían ir a clase porque tardarían cuatro horas. ¡Son chavales que lloran por no poder ir al colegio!

P. ¿Los 'youtubers' de ciencia tienen alguna pandilla o algo así? ¿Se dan consejos?

R. Pasa más con los 'gamers', de tecnología o los que tienen blogs de belleza. En mi caso no mucho, hablo con un profe de química que tiene un canal, de vez en cuando con JulioProfe en Colombia, con otro en México que tiene un canal de matemáticas... Hablo muchísimo con Carlos, del canal GuitarraViva, pero simplemente por afinidad personal. También es cierto que, de vez en cuando, YouTube nos junta a los que más repercusión tenemos en España y como soy el canal educativo más visto, siempre me invitan.

Podría tener el triple de visitas si contara en YouTube cosas de mi vida privada, pero no sería lo que yo quiero hacer con mi canal

P. ¿No se siente tentado a veces de hacer vídeos solo para incrementar su tráfico o seguidores?

R. Nunca lo pienso. Pienso en los problemas que ellos tienen en los exámenes. Podría tener el triple de visitas si contara cosas de mi vida privada. Si hoy me grabara contigo y dijera "estoy con El Confidencial haciendo una entrevista", o en Dubái, que estuve con Charlize Theron y Lewis Hamilton pero no grabé ningún vídeo allí. ¿Qué hubiera hecho un 'youtuber' en esa situación? Grabarse. No pienso en las visitas, si pensara en ellas tendría muchísimas más, pero no sería lo que quiero hacer con mi canal. De hecho, YouTube a veces me regaña.

P. ¿Ah, sí?

R. En el buen sentido, claro. Me dice: "¿Por qué no cuelgas esto, por qué no subes lo otro? ¿Por qué no dices que has estado en el Nou Camp, que conoces a Messi? ¿Por qué no has hecho un vídeo con él?". Pues porque no me sale, yo soy un profe de mates y lo que me sale es ayudar con las ecuaciones. Eso sí, yo sin YouTube no sería nada. Ellos me han dado la oportunidad de llegar a millones de personas en el mundo y eso es impagable. Les estoy eternamente agradecidos.

El madrileño David Calle (Coslada, 1972) tiene el canal educativo en español con más visitas en YouTube. Desde Unicoos, este ingeniero en telecomunicaciones da lecciones de física, matemáticas o lo que se tercie a unos cuatro millones de personas cada mes. Al principio solo quería ofrecer a los alumnos de su academia un apoyo audiovisual que sirviera de refuerzo a sus clases, pero esta aventura acabó llevándole a ser finalista del Global Teacher Prize y a ser reconocido por 'Forbes' como una de las personas más creativas del mundo.

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