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Embalses y arroyos al mínimo: así golpea la sequía la zona de la que bebe todo Madrid
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A VISTA DE DRON

Embalses y arroyos al mínimo: así golpea la sequía la zona de la que bebe todo Madrid

Dos de cada tres vasos de agua que se consumen en la capital salen de la cuenca del río Lozoya. Los efectos de la falta de lluvia son cada vez más visibles y preocupantes

Foto: Vista aérea del retroceso del pantano de Pinilla, a la altura del municipio de Lozoya. (E. Escribano / M. Mcloughlin / E. Torrico)
Vista aérea del retroceso del pantano de Pinilla, a la altura del municipio de Lozoya. (E. Escribano / M. Mcloughlin / E. Torrico)

Los vestigios de una carretera se dibujan cerca del municipio de Lozoya, en la sierra norte de Madrid. Es un camino polvoriento, quebrado por el paso de los años, cubierto de tierra y barro. Muere unos metros más allá de donde se adivina su comienzo, fagocitada por las aguas del embalse de Pinilla. Es una calzada que ha quedado al descubierto en los últimos tiempos, un efecto visible de la caída de las reservas de este pantano. La sequíaazota también la cuenca del Lozoya, un enclave hidrográfico vital para la capital de España. ¿Por qué es tan importante? Básicamente porque dos de cada tres vasos de agua que se consumen en la ciudad salen de esta zona.

El de Pinilla es el embalse más alto de la cuenca. Los tonos marrones han ganado presencia en los márgenes en los últimos tiempos. Su capacidad es de 38 hectómetros. Actualmente, las reservas están en 18 hectómetros. En Teknautas hemos sobrevolado la zona con un dron para poder tener una imagen única de cómo se vive la falta de precipitaciones en este lugar.

El retroceso de los grandes embalses

La situación no mejora mucho más en otros puntos de este recorrido. El principal reservorio de agua para los madrileños es El Atazar. Es la mayor presa de este cauce. Está en torno a la mitad de ocupación. Dispone de 278 hectómetros, cuando tiene capacidad para 426. En 2016, este embalse y el de Riosequillo superaban el 80%. En menos de un año, han sufrido un fuerte revés. El nivel ha caído más de un 20% en estos dos casos.

Foto:  Diferentes envases de agua embotellada.

Casi todos los recursos hídricos de esta cuenca se emplean para el consumo humano. De ahí que el Lozoya sea, según Ecologistas en Acción, el mejor conservado de toda la Comunidad de Madrid. Todos los embalses tienen un alto valor ecológico, especialmente cerca del nacimiento del río.

placeholder Las orillas de Pinilla cada vez están más secas (E. Torrico)
Las orillas de Pinilla cada vez están más secas (E. Torrico)

Uno de los destinos más populares para los madrileños en los calurosos meses de verano son las conocidas como Las Presillas. Se trata de unas piscinas naturales que se forman en el transcurso del río Lozoya cerca del municipio de Rascafría. La fotografía que ofrecen dista mucho de la imagen idílica y rebosante de agua que existe en el recuerdo de los que alguna vez las han visitado.

"Se suelen vaciar al final de la temporada de baño para limpiarlas y hacer el mantenimiento, pero rápidamente recuperan el nivel", comenta Rafa Martín, de 61 años de edad, vecino de la localidad y encargado de la limpieza del recinto. En esta época, pasa por allí dos veces por semana. Cada lunes y cada viernes, para recoger la basura ocasional que dejan los excursionistas y mantener a punto un escenario digno de postal.

Foto: La ConfederaciÓn Hidrográfica del Miño-Sil decretó esta semana la alerta por sequía (EFE)

"Llevo veintipico años haciendo esto y nunca lo había visto así. Nunca", insiste mientras dirige la mirada a la primera de las balsas, en la que el agua apenas alcanza para formar un riachuelo famélico que pasa sin pena ni gloria hasta el segundo estanque. "No es que haya poca, es que prácticamente no hay agua", remacha.

"Apenas dos tormentas en todo el verano"

Unos kilómetros más abajo, la fotografía no es mejor. El arroyo Artichuelo, que divide el pueblo de Rascafría por la mitad, está casi seco. "Llevamos más de 15 años aquí y el nivel del pantano nunca había estado tan bajo", comenta Antonio San Lázaro, de 41 años, que regenta un negocio de chocolate artesano.

"Nunca ha habido restricciones. Pero si tenemos dos años más así, habrá que empezar a preocuparse", prosigue este comerciante local, que incide en la idea de que de ahí sale mucha parte del agua que abastece a toda la comunidad. "Si cada vez sigue viviendo más gente en Madrid y cada año llueve menos, las cuentas acabarán por no salir", augura.

placeholder Las Presillas, vistas desde el aire. (E. Escribano)
Las Presillas, vistas desde el aire. (E. Escribano)

"Esto no ocurre desde hace mucho tiempo", lamenta Andrés de Blas, de 65 años de edad, oriundo de la localidad. "Una sequía tan grande como esta, de apenas dos tormentas en todo el verano, no se había visto en años. Se nota en los ríos, en el campo, en los árboles... Se han secado de no llover", explica. Cuenta con un pequeño huerto que a duras penas puede regar. "Está muy mal para eso. Hay poca agua para lo poco que sembramos. Esperemos que no llegue otro verano tan seco como este, porque sería duro".

Los vecinos de la zona no recuerdan un año como este: "Nunca habíamos visto el pantano tan bajo"

"Yo llegué aquí en 1966, cuando se estaba construyendo el pantano de Pinilla. No recuerdo haberlo visto tan bajo. Y el río Lozoya, tampoco", reconoce José Burgueño, de 74 años de edad. Cuenta que vive en una urbanización cercana y "los pozos" que les abastecen están sufriendo. No es algo del verano. Dice que "el tiempo" ha cambiado. "Nos hemos olvidado también de aquellas nevadas de medio metro. Esas tampoco ocurren ya", recuerda.

La sequía, una preocupación nacional

No es nada nuevo. De manera silenciosa, la sequía ha seguido avanzando en los últimos tiempo. Actualmente, el agua total embalsada en España supera a duras penas los 21.000 hectómetros cúbicos. Hace 12 meses, era de 27.736. La media de la última década está casi en 30.000, lo que supone más del 52%. Un guarismo que no se alcanzó ni en 2015 ni en 2016, cursos en que no se llegó en ningún caso a la mitad de la capacidad. En esta ocasión, tampoco parece que se vaya a batir dicha marca.

Todas las comunidades autónomas están a día de hoy por debajo de la media de la última década. La situación es especialmente grave en Castilla-La Mancha, donde las reservas están al 18,4%; o en La Rioja, que cuenta con el registro más bajo de la Península, con el 16,2%. A estas alturas, suelen estar en el 35,3%. Regiones como Castilla y León (31,2% a día de hoy) o Cantabria (27,5%) también han sufrido la situación, con caídas de 23,2 y 28,7 puntos, respectivamente. En Galicia, a principios de octubre, la cuenca del Miño-Sil declaró la alerta por sequía.

Aunque en Madrid la situación no es tan alarmante (56,3%), el agua embalsada es un 10% menor a la media de la última década. Sin embargo, en lugares clave para el abastecimiento humano, las reservas han mermado una quinta parte en poco tiempo. En zonas como el valle de Lozoya no dejan de mirar de reojo al cielo, mientras ven sus ríos y sus pantanos mermar hasta niveles nunca vistos.

Los vestigios de una carretera se dibujan cerca del municipio de Lozoya, en la sierra norte de Madrid. Es un camino polvoriento, quebrado por el paso de los años, cubierto de tierra y barro. Muere unos metros más allá de donde se adivina su comienzo, fagocitada por las aguas del embalse de Pinilla. Es una calzada que ha quedado al descubierto en los últimos tiempos, un efecto visible de la caída de las reservas de este pantano. La sequíaazota también la cuenca del Lozoya, un enclave hidrográfico vital para la capital de España. ¿Por qué es tan importante? Básicamente porque dos de cada tres vasos de agua que se consumen en la ciudad salen de esta zona.

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