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Efectos e inmunidad: lo que aún falta por saber de las 3 vacunas que llegarán a España
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Buenas noticias y muchas incógnitas

Efectos e inmunidad: lo que aún falta por saber de las 3 vacunas que llegarán a España

El Gobierno aprobará hoy su plan de vacunación, aunque aún hay incógnitas relevantes sobre la eficacia en distintos grupos de población, efectos adversos y otros aspectos importantes

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EFE.

Con el anuncio de los resultados preliminares de AstraZeneca, dados a conocer ayer, se completa el trío de las candidatas a vacuna contra el coronavirus más avanzadas, las que con toda probabilidad están a punto de comenzar a distribuirse en España. Ya conocíamos la alta eficacia de las vacunas estadounidenses de Pfizer y de Moderna a través de los resultados que difundieron en las semanas precedentes. Ahora se suma el proyecto desarrollado por la Universidad de Oxford. Sin embargo, todavía no es suficiente: los especialistas siguen pidiendo prudencia, a falta de ver plasmado en documentos científicos independientes lo que anuncian las empresas. Y en las próximas semanas sabremos si, efectivamente, reciben las autorizaciones pertinentes. Hoy mismo, el Gobierno aprobará el plan para administrarlas en nuestro país. Pero ¿qué nos falta por saber?

En concreto, el anuncio de AstraZeneca deja algunas incógnitas que no se habían planteado en el caso de sus competidoras. Su vacuna tiene una eficacia media del 70,4% que varía según las dosis utilizadas: con media dosis en el primer pinchazo y la dosis completa del segundo, es del 90%; mientras que cuando las dosis son completas, se rebaja al 62%. Sin embargo, no han especificado las cifras concretas a que corresponden esos porcentajes. Es decir, que falta por saber cuántos participantes en el estudio enfermaron y a qué grupo corresponden (vacunados o grupo que recibió el placebo).

Foto: Muestra de una dosis de vacuna. (EFE)

Tampoco hay una explicación oficial para el hecho de que una menor dosis tenga mayor eficacia. Aunque desde fuera resulte paradójico, los expertos consideran que es perfectamente posible. “En el mundo de las vacunas, se puede dar este tipo de comportamiento, no necesariamente más dosis implica más protección”, comenta en declaraciones a Teknautas Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV).

Esta incógnita hace que los científicos estén ávidos por conocer más detalles de la vacuna de AstraZeneca en futuros documentos científicos. Una hipótesis es que se esté produciendo una reacción inmune contra el vehículo que usa esta vacuna —un adenovirus de chimpancé atenuado, una tecnología diferente a las de Pfizer y Moderna, vacunas basadas en ARN—, lo que haría que la segunda dosis de recuerdo no funcionase tan bien.

En cualquier caso, con estos resultados, “es casi seguro que la posología final será media dosis más una segunda dosis completa, porque la diferencia entre el 62% y el 90% es muy grande”, destaca Jaime Jesús Pérez Martín, médico especialista en medicina preventiva y salud pública que también forma parte de la AEV. Además, “es un punto muy positivo porque podrán administrar la vacuna a más gente. No vendrá en jeringas, sino en viales, de donde los sanitarios extraen la dosis que tienen que utilizar, así que se abre la posibilidad de vacunar a más personas”.

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Foto: EFE.

Aunque finalmente alguna de las vacunas tenga algo menos de eficacia, “todas las que están llamando a la puerta tienen un perfil adecuado en relación a lo que pretendemos con ellas”, asegura el presidente de la AEV. No obstante, desde el punto de vista científico, la información disponible todavía es insuficiente. Aunque no hay razón para no creerse los comunicados de prensa de las empresas, que deberían estar recogiendo las cuestiones esenciales, García Rojas destaca que “lo lógico es que los hallazgos se presenten en forma de documentos científicos evaluados por pares”, es decir, por otros expertos independientes. No es una cuestión baladí, sobre todo porque “evita desconfianzas” y es de esperar que esa información detallada se publique en las próximas semanas.

A pesar de que los ensayos clínicos se realizan con decenas de miles de personas, los datos aún no recogen la “efectividad real” de las vacunas. “Es razonable pensar que no vaya a verse demasiado modificada”, asegura el presidente de la AEV, pero estas investigaciones realizadas con voluntarios no dejan de ser experimentos realizados en condiciones ideales, de manera que “luego hay que ver la realidad del acto vacunal”.

Diferencias por edades

El comportamiento en diferentes grupos de edad es una de las cuestiones que más preocuparon desde el principio, no solo porque los casos graves y los fallecimientos se concentran en las personas mayores, sino porque la efectividad de las vacunas suele ser inferior a medida que el sistema inmunitario se va deteriorando, con el paso de los años. Los datos preliminares no han acabado de despejar esas dudas. Aunque Pfizer ha anunciado que su vacuna tiene una eficacia similar en los participantes de más de 65 años, no ha concretados cuáles son las cifras ni ha desglosado los tramos de edad. Por su parte, Moderna adelantó que de los 95 infectados que han registrado entre sus participantes, 15 eran personas mayores de 65 años, pero faltan más datos.

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Foto: EFE.

En este aspecto, hay más datos de AstraZeneca tras la publicación hace días en ‘The Lancet’ de los resultados de la fase 2, en que se concluye que su producto genera inmunidad en todos los grupos de edad, incluyendo un grupo específico de mayores de 70 años. El estudio destaca que a las dos semanas de la dosis de refuerzo, el 99% de los participantes tenía anticuerpos neutralizantes IgG, con cifras similares en todos los grupos de edad. Sin embargo, hasta la fase 3 no se mide la protección frente a la infección real, así que hay que esperar para confirmar esos datos preliminares, porque podrían variar.

En relación a las edades, hay otra incógnita importante que tiene que ver con los niños. Los ensayos de las vacunas en fase 3 no han incluido la población infantil y eso puede provocar un retraso a la hora de proteger este segmento, que no era prioritario precisamente porque apenas contabiliza casos graves. Aun así, los expertos se preguntan si este asunto puede tener alguna incidencia de cara a conseguir la inmunidad de grupo.

¿Quiénes deben vacunarse primero?

Por otra parte, con respecto a los diferentes grupos poblacionales, las divisiones no se establecen solo por edades, sino que resulta necesario concretar “si varía la eficacia por patologías o entre determinados grupos de riesgo”. En algunos casos, estos detalles tampoco se podrán deducir a partir de los ensayos clínicos actuales, sino que habrá que esperar a que las vacunas vayan cubriendo una parte importante de la población.

Los científicos tampoco están seguros de si las vacunas simplemente nos van a proteger de los efectos de la enfermedad o si también conseguirán atajar la propagación del SARS-CoV-2. En ese sentido, el proyecto de AstraZeneca ha dado un dato interesante que tendrá que ser corroborado: “Han visto que ejerce una protección frente a la infección, lo que contribuiría a la inmunidad de grupo, porque no protegería solo de la enfermedad, sino que también evitaría la transmisión. Nos falta por saber esos detalles en todas”, señala Pérez Martín.

De igual manera, todavía no conocemos detalles concretos sobre el impacto que tienen las vacunas en las formas graves y leves del covid. Aunque todas han ofrecido algún dato parcial de eficacia con respecto a los casos graves, falta información. “Son cuestiones que probablemente estén resueltas, pero que no se han dado a conocer, así que es bueno ponerlas en un documento científico”, destaca García Rojas.

La duración de la inmunidad que ofrecen las vacunas es otra de las grandes incógnitas, pero en este caso no se trata de que los responsables de los diferentes proyectos se estén guardando información, sino que es imposible conocer la respuesta protectora a estas alturas. “Solo pueden tener ese dato en relación al tiempo que llevan de ensayos clínicos, apenas unos meses, pero todavía no pueden saber qué pasará más adelante”.

Efectos adversos

Los expertos también quieren conocer más datos sobre la seguridad de las vacunas, detalles que se conocerán sobre todo en la información que en su día publicarán las agencias reguladoras. Hasta ahora, los comunicados de prensa hablan de que sus respectivos productos son muy bien tolerados por todos los participantes, con porcentajes muy pequeños de efectos secundarios leves, como fatiga, dolor de cabeza o fiebre. En los pocos casos en que se ha detectado alguna dolencia más grave, ha resultado que no tenía relación con la vacuna, por ejemplo, por tratarse de voluntarios que habían recibido el placebo.

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Foto: EFE.

Aun así, “queremos ver exactamente cuánta fiebre producen y en qué porcentaje de vacunados; necesitamos conocerlo con tablas, gráficos y números detallados”, comenta Pérez Martín. En ese sentido, aunque todas las consecuencias de la vacuna sean leves y se resuelvan en unos pocos días, “hay algunas que denominamos de grado 3, lo que significa que interfieren con tu vida cotidiana, por ejemplo, que un día te encuentres enfermo y no puedas ir a trabajar o tengas el brazo tan hinchado que reduzca tu movilidad”.

A pesar de que tengan poca importancia, en los centros de salud tienen que conocer estos detalles, que probablemente no se harán públicos hasta que la FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos de EEUU) o la Agencia Europea de Medicamentos publiquen los documentos que darán luz verde a la distribución de las vacunas, dentro de algunas semanas. “Lo que sabemos ahora mismo no nos vale para informar a los profesionales sanitarios”, destaca el experto.

Claves del plan gubernamental

Parte de las incógnitas que quedan, al menos en el aspecto logístico, se resolverá hoy en el Consejo de Ministros con la aprobación del plan de vacunación anunciado por Pedro Sánchez. A pesar que el presidente del Gobierno subrayó que será un plan único para toda España, gran parte de las decisiones recaerán en las comunidades autónomas, porque son las que tienen experiencia en los programas de vacunación, como encargadas de la gestión sanitaria.

En ese sentido, hay un escenario descartado de antemano por los expertos: no se producirá una pelea entre territorios por acceder a una vacuna u otra, aunque finalmente alguna de ellas demuestre una eficacia superior. La experiencia de la gripe A de 2009 cuenta a favor: “Teníamos varias vacunas y se decidió cuál iba para niños, cuál para adultos y cuál para ancianos”, explica. Por eso, ahora, “si viéramos que hay alguna un poco menos eficaz, a lo mejor se puede dirigir a personas adultas sanas, en las que sabemos que el covid es menos grave; reservando las más eficaces para los grupos más vulnerables, pero siempre por diferentes tipos de población y no por comunidades autónomas”.

placeholder El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), conversa con la presidenta del partido, Cristina Narbona (i). (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), conversa con la presidenta del partido, Cristina Narbona (i). (EFE)

Con todas las incógnitas científicas que quedan por delante, ¿hasta qué punto el plan gubernamental será definitivo? “Como todas las cuestiones de esta pandemia, va a tener que ser provisional”, augura Pérez Martín, “puedes trazar las líneas gruesas, pero hay muchas cuestiones que tienen que ser modificables, porque las vacunas aún no están aprobadas”. Aun así, dar a conocer ya esta estrategia es importante para “comenzar a administrarlas al día siguiente de llegar”.

Una cuestión esencial en la que sí se puede avanzar de manera anticipada es en una campaña informativa. “Para mí, en una pandemia, es tan importante la comunicación como el resto de las medidas preventivas, es absolutamente clave”, asegura García Rojas. Muchos aspectos relacionados con recomendaciones o restricciones podrían haber sido más eficaces en los últimos meses con mensajes más claros, y ahora el enfoque que se les dé “va a conseguir una mayor o menor adherencia a las prácticas, por eso tiene una importancia elevadísima”.

Con el anuncio de los resultados preliminares de AstraZeneca, dados a conocer ayer, se completa el trío de las candidatas a vacuna contra el coronavirus más avanzadas, las que con toda probabilidad están a punto de comenzar a distribuirse en España. Ya conocíamos la alta eficacia de las vacunas estadounidenses de Pfizer y de Moderna a través de los resultados que difundieron en las semanas precedentes. Ahora se suma el proyecto desarrollado por la Universidad de Oxford. Sin embargo, todavía no es suficiente: los especialistas siguen pidiendo prudencia, a falta de ver plasmado en documentos científicos independientes lo que anuncian las empresas. Y en las próximas semanas sabremos si, efectivamente, reciben las autorizaciones pertinentes. Hoy mismo, el Gobierno aprobará el plan para administrarlas en nuestro país. Pero ¿qué nos falta por saber?

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