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Probamos el iPhone X: una joya espectacular que probablemente no necesitas
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La pregunta del millón: ¿Vale los 1.160 € que cuesta?

Probamos el iPhone X: una joya espectacular que probablemente no necesitas

El iPhone X ha generado una enorme expectación, pero su elevado precio (desde 1.160 €) lo convierte en un objeto de lujo. ¿De veras merece la pena comprarse el X? Lo hemos probado

Foto: (Foto: Carmen Castellón)
(Foto: Carmen Castellón)

Hacía mucho tiempo que no ocurría y he de confesar que ha vuelto a pasar: desear estrenar un 'smartphone'. Y cuando digo desear, digo DESEAR, contar los días hasta tenerlo y cuando llega abrir la caja en un rito de veneración. La última vez que me pasó fue hace ocho años, con el iPhone 3GS. Desde entonces he probado decenas de móviles, pero siempre he usado un iPhone como teléfono principal. Y hay que decir que han sido ocho años de relativo aburrimiento. Apple reventó la telefonía en el 2007 pero no volvió a arriesgar a lo grande desde entonces. Hasta ahora. Ha llegado el iPhone X. Y ha vuelto el 'hype'.

Así me sentí allá por el 2007 al abrir el iPhone 3GS y ahora hace solo unos días con el iPhone X. Ocho años de sequía. Dramatización:

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La cara de Indy es una mezcla de fascinación y nerviosismo. Vale, él se jugaba mucho más con el Ídolo de Oro... pero la secuencia viene al pelo: Apple, cómo no, ha vendido el iPhone X como una revolución, como un terminal que debe sentar las bases del futuro de la telefonía durante otros diez años y dejar otra vez en la estacada a la competencia. Están tan convencidos de su invento que tienen claro que querrás desembolsar 1.160 € (modelo de 64GB) o 1.330 € (256 GB) para hacerte con uno. Exacto, una locura. ¿En serio merece la pena?

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(Foto: Carmen Castellón)

He probado el iPhone X durante varios días y hay algo innegable: es absolutamente espectacular. Pero también es el iPhone que Apple debería haber presentado hace dos o tres años para no jugar conservador. Es el trabajo más fino de Apple desde el 2007, cierto, pero en absoluto es una revolución ni va a suponer un cambio drástico en el sector. Ni para ti. ¿Por qué? Ahí van mis dos céntimos al respecto.

Oh, esa pantalla...

Es la mayor atracción del iPhone X: su pantalla sin apenas marcos. Todo gira en torno al nuevo panel OLED de 5,8 pulgadas, la primera vez que Apple usa esta tecnología (por cierto, panel fabricado por Samsung aunque "optimizado por Apple"). La razón: conseguir mayor brillo y contraste de colores que las pantallas LCD usadas hasta el iPhone 8. Y es tal cual. La diferencia entre ambos paneles es muy notable. En mi caso llevo un año con un iPhone 7 Plus y el cambio al iPhone X salta literalmente a la vista.

En el iPhone X el brillo es bastante mayor que en el 7/7 Plus y 8/8 Plus. Ayuda que cuenta con un panel HDR con resolución de 2.436 x 1.125 píxeles frente a la resolución de 1.920 x 1.080 píxeles del iPhone 8 Plus y 7 Plus. Se nota también en la saturación de colores y la intensidad de los tonos oscuros, especialmente los negros. ¿En qué se traduce todo esto? En que los textos se ven más nítidos y los vídeos mucho más intensos. La 'biblia' del análisis de pantallas, Displaymate, que no es precisamente dada a exagerar, le da las máximas puntuaciones posibles al iPhone X.

"Tiene la pantalla de mayor rendimiento que jamás hemos probado. Hay que felicitar primero a Samsung, pero lo que hace el panel del iPhone X el mejor del mercado es la precisión en la calibración que ha logrado Apple", explican. Esa precisión hace que los puntos más débiles de los paneles OLED, como alteraciones de color en determinados ángulos, sean apenas perceptibles en el iPhone X.

Donde vas a disfrutar de verdad la pantalla es viendo fotos y vídeos: mientras móviles como el Galaxy Note 8 saturan algo en exceso los colores, el iPhone X consigue una intensidad de tonos muy equilibrada. Para leer texto se agradece la nueva función True Tone (también disponible en el iPhone 8 y el iPad Pro), que ajusta el balance de blancos a la luz ambiente en la que te encuentras. ¿Es la pantalla OLED un cambio dramático respecto al iPhone 7 o el 8? No, pero es uno que se añade a todos los demás. La clave es si todos esos pequeños cambios juntos justifican el desembolso (más sobre esto dentro de unos párrafos...).

placeholder (Foto: Carmen Castellón)
(Foto: Carmen Castellón)

Otro punto sobre la pantalla: su impacto en el diseño. Cuesta acostumbrarse si vienes de un iPhone Plus (6, 7 u 8), pero el iPhone X es mucho más pequeño y compacto que sus hermanos mayores y, a la vez, tienes más extensión de pantalla: 5,8 pulgadas frente a las 5,5 pulgadas del 8 Plus y antecesores. La reducción de tamaño del dispositivo ha forzado al final a reducir ligeramente aspectos como el teclado (es algo más incómodo al principio), pero en general a las pocas horas te das cuenta: igual o mayor comodidad de lectura y teléfono más manejable. Inmejorable.

Foto: El nuevo iPhone X ya está aquí. (Reuters)

Como ya sabrás, desaparece el botón de inicio. Ahora para ir a la pantalla de inicio tendrás que deslizar el dedo desde la parte inferior; para acceder a la multitarea, deslizar sin soltar hasta que aparezcan todas las 'apps' abiertas; para cerrarlas, dejar pulsada una de ellas hasta que veas los circulitos rojos de eliminar en la esquina superior izquierda de cada una... La pantalla sin botones requiere aprender nuevos gestos pero se tarda apenas unas horas en acostumbrarse. Nada preocupante.

Hay pocas cosas negativas que resaltar de la pantalla del iPhone X. Y no, la pestaña, ceja o 'notch', esa especie de 'pegatina' negra que Appe ha dejado en lo alto de la pantalla, no es una de ellas. Se ha dicho de todo sobre lo horrible y molesta que se supone que es. A mí, sinceramente, no me lo parece. Es hasta estética.

Alguien en Twitter lo demostró con una simple imagen: echa un ojo a cómo se vería si Apple hubiera prescincido de ella. Es un compromiso de diseño (en algún lugar tienes que poner todos esos sensores del Face ID), pero uno que la compañía ha resuelto con sobresaliente. En serio: no lo notarás.

placeholder ¿Por qué todo ese espacio desperdiciado en la parte inferior, Apple?
¿Por qué todo ese espacio desperdiciado en la parte inferior, Apple?

Otra cosa son las aplicaciones que ya están adaptadas al iPhone X y las que no. Aquí la historia es muy distinta. Google es un horror: ninguna, salvo YouTube, lo está. Tampoco Spotify o partes de Instagram (como las Stories). Sí lo están WhatsApp, Facebook, Netflix, HBO o LinkedIn. Es solo cuestión de tiempo que todas se suban al carro, pero desluce bastante la experiencia de usar un iPhone X. Aquí es donde más se le puede reprochar a Apple: hay muchos detalles por pulir. Además de las apps, tal vez el más flagrante es el del teclado y ese espacio vacío desperdiciado en la parte inferior que echa por tierra el sentido de tener una pantalla sin marcos (lo puedes ver en la imagen de la izquierda).

FaceID

Vamos con otro de los platos fuertes: Face ID, el sistema de reconocimiento facial para desbloqueo del móvil. Es cierto, es alucinante. No solo por lo endemoniadamente rápido que funciona, sino porque falla muy, muy pocas veces. No es perfecto, pero Apple ha conseguido algo que el resto de sus competidores, principalmente Samsung con el Note 8, no han logrado: hacer que te olvides de que estás desbloqueando el móvil con reconocimiento facial. El proceso es tan fluido e invisible que ni siquiera te enteras.

Configurar Face ID es cosa de niños. Los sensores alojados en la famosa 'pestaña' delantera escanean tu cara en menos de un minuto:

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Para usarlo, lo mejor es activar la función de "levantar para activar" (Ajustes > Pantalla y brillo > Levantar para activar). De esta forma, al elevar ligeramente el móvil para consultarlo, se enciende la pantalla, Face ID se activa, identifica tu cara, se abre el candadito y ya puedes deslizar desde la barra inferior. Es algo como lo que ves en la imagen debajo (por cierto, las lucecitas que se encienden y apagan en milésimas de segundo en la 'pestaña' negra son justo los sensores del Face ID en acción):

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Face ID es tan rápido que no tienes ni que esperar a que se abra el candado para deslizar el dedo desde la parte inferior. Lo puedes hacer al instante (o seleccionar una notificación), mientras Face ID te reconoce, de forma que cuando lo haya hecho ya estarás dentro del móvil. Todo en cuestión de un segundo.

El sistema biométrico de Apple parece perfecto, pero no lo es. Probé de múltiples maneras a engañarlo, mostrándole un vídeo mío, una foto, poniéndome bufanda, gorra, despeinándome... nada. En todas las ocasiones funcionó sin excepción. Curiosamente cuando no lo busqué Face ID me dejó tirado. Primero usando gafas de sol, unas Rayban Wayfarer. El problema: por lo visto algunos cristales bloquean los rayos infrarrojos de los sensores del Face ID y hacen imposible que este funcione. No ocurre con muchos modelos de gafas, pero sí con algunos. Si quieres comprarte un iPhone X tenlo en cuenta: igual tendrás que cambiarte de gafas (con las graduadas, por supuesto, sin problema).

Al principio no puedes dejar de enviar Animojis. Es compulsivo. Luego te olvidas. También porque tienen fallos. Enviarlos por WhatsApp no es intuitivo


El otro fallo de Face ID: si le da directamente la luz del sol. No va a funcionar. Por lo demás, impecable. Incluso en una habitación a oscuras por completo el sistema lee tu rostro sin dificultad.

La cara divertida de Face ID se llama Animoji. A estas alturas es casi imposible no saber lo que es. Se trata de emojis animados que copian en tiempo real los movimientos de tu cara. Puedes grabar mensajes y enviarlos por iMessage o por casi cualquier red social. Piensa en ello: te puedes transformar en cerdo, unicornio, zorro, oso panda o en caca con ojos y montar karaokes o decirle a tu jefe que el lunes no irás al trabajo. Al principio no puedes dejar de enviarlos. Es compulsivo. Luego te olvidas. También porque tienen fallos. Si solo los quieres enviar, por ejemplo, por WhastsApp, no hay forma sencilla de hacerlo directamente sin pasar por iMessage.

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Cámara sin apenas rival

La cámara dual del iPhone X es muy similar a la del iPhone 8 Plus y 7 Plus: ambas tienen 12 megapíxeles y cuentan con lentes de gran angular y teleobjetivo. Tan solo hay dos mejoras reseñables: una mayor apertura (f/2,4) en la lente teleobjetivo, y estabilizador óptico en ambas, tanto la teleobjetivo como el gran angular (en el iPhone 8 Plus solo lo tiene el gran angular). No hay más. Todo esto significa que las fotos nocturnas con el iPhone X son ligeramente mejores que con el iPhone 8 Plus y 7 Plus (captan más luz) y los vídeos menos movidos, pero las diferencias tampoco son abismales. Lo puedes ver en las fotos debajo.

El iPhone X va por delante del iPhone 7 Plus en fotos nocturnas: los colores son más nítidos y con mayor contraste:

La mayor competencia del iPhone X en fotos nocturnas viene del Google Pixel 2 XL, que obtiene mejores resultados por viveza y contraste de colores y captación de luz:

En fotos a plena luz del día pero complejas como esta, con diferentes combinaciones de colores, luces y sombras, la diferencia es menor pero se aprecia aún así cómo el iPhone X capta mejor los colores y la imagen es de mayor nitidez:

En primeros planos, nuevamente la nitidez, balance de blancos y fidelidad de los colores es superior en el iPhone X:

El modo retrato de la cámara frontal es una de las mayores novedades en el iPhone 8 Plus y X respecto a las generaciones anteriores. Los resultados son excelentes, pero a la altura del Google Pixel 2 XL:

En definitiva, la cámara del iPhone X es prácticamente idéntica a la del 8 Plus y ambas están un peldaño por encima del iPhone 7 Plus. Si bajamos una generación más, al iPhone 6 Plus, las diferencias son aún más notables. Todo depende del nivel de calidad que busques en tus fotos (y cuánto estés dispuesto a pagar por ello).

¿Qué más cambia?

Sobre el papel no hay muchos más cambios reseñables, tampoco en la práctica. En el frente de la batería ahora puedes cargar el iPhone X (como el 8 y 8 Plus) de forma inalámbrica gracias a su compatibilidad con el estándar Qi. ¿Qué hay de la autonomía? Apple asegura que el iPhone X tiene "dos horas más de batería respecto al iPhone 7", frase que es algo engañosa, lo lógico sería compararlo con el iPhone 7 Plus y no el iPhone 7, pero ya no serían "dos horas más", sería más o menos lo mismo, o en realidad algo menos.

placeholder De izquierda a derecha: el Google Pixel 2 XL, Samsung Galaxy Note 8, iPhone 7 Plus y iPhone X. (Foto: Carmen Castellón)
De izquierda a derecha: el Google Pixel 2 XL, Samsung Galaxy Note 8, iPhone 7 Plus y iPhone X. (Foto: Carmen Castellón)

Durante los últimos días he llegado al final del día con apenas un 30% de batería en el iPhone X tras un uso muy intensivo de email, fotos, vídeos, redes sociales, mensajería... Durante los primeros meses del iPhone 7, con un uso igual de intensivo, la batería llegaba al final del día en un nivel ligeramente superior, con alrededor del 35%-40% restante. La razón puede estar en el uso constante de Face ID, que ahora se come entre un 10% y un 15% de la batería diaria en el desbloqueo de pantalla.

En el frente del rendimiento, el iPhone X vuela. Respecto al iPhone 7 Plus apreciarás un ligero aumento de velocidad a la hora de cambiar entre aplicaciones o hacer multitarea. Hablamos de milisegundos, pero es algo que a la larga, tras dos o tres años de uso intensivo, se puede llegar a notar mucho más. Los test de rendimiento y potencia del chip A11 bionic del iPhone X son de los mejores del mercado, superando a toda la competencia. Es un pequeño cohete de bolsillo.

Vale, ¿me gasto 1.160 € o no?

Depende. La respuesta corta es muy fácil: si te sobra el dinero, adelante. El iPhone X es ahora mismo, con diferencia, el mejor 'smartphone' del mercado. Tal vez no sea el número uno en todo (como en las fotos nocturnas), pero la unión de todos los frentes (diseño, sistema operativo, rendimiento, cámara...) lo hacen de momento imbatible.

El gran problema es que muy pocos nos podemos permitir gastar 1.160 euros (y menos 1.330) en un teléfono móvil. El iPhone X es un objeto de deseo, una joya hecha smartphone, pero justo por eso no está pensado para cualquier consumidor. ¿Qué hacer? Si ya tienes un iPhone y quieres cambiar a uno más reciente, mi consejo:

- Si ahora tienes un iPhone 6 o inferior: pasar al X será como saltar de un tren de cercanías a un tren bala japonés. Pero si quieres ahorrar dinero, el iPhone 7 Plus es aún un móvil excepcional y te ahorras 380 euros respecto al X. Un dineral.

- Si ahora tienes un iPhone 7: el salto al X tiene sentido, notarás el cambio en todo: pantalla, cámara, diseño... Si los 1.160 son excesivos, puedes apostar por el 8 Plus o el 8 si el tamaño es un problema. Pierdes en cámara, pero ahorras dinero.

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(Foto: Carmen Castellón)

- Si ahora tienes un iPhone 7 Plus: espera. No vas a notar gran diferencia más allá de presumir llevar entre manos el último pepino de Apple.

- Si ahora estás en Android y quieres saltar a iOS: lo mismo. El iPhone 7 o 7 Plus son grandes teléfonos, incluso el iPhone 6 y 6 Plus, o el SE, si buscas algo más modesto, son puntos de entrada perfectos. El iPhone X es un capricho si vienes del mundo Android y buscas algo funcional pero asequible.

- ¿Y el iPhone X de 64 o 256 GB? Los 1.330 euros del iPhone X de 256 GB son palabras mayores. Con 64 GB y el cambio de formato de Apple en compresión de fotos y vídeos sin perder calidad, este modelo debería ser más que suficiente para la mayoría de usuarios. Lo malo es que inevitablemente llegará un momento (al año, a los dos años) en el que tendrás que eliminar contenido, fotos, canciones, música... Eso nunca te va a ocurrir con el modelo de 256 GB. Es pura comodidad. Cero preocupaciones.

Dicho todo esto, llega el momento clave para Apple: ¿cuántos iPhone X venderá en los próximos meses? Es la gran pregunta y, pese al precio, todo apunta a que la jugada puede ser redonda desde el punto de vista de negocio.

Venderá menos unidades de lo habitual, seguro, pero el ingreso medio por usuario se va a disparar. Eso es justo lo que buscan todos los fabricantes y solo Apple, elusiones fiscales aparte, sabe hacer mejor que nadie: ser un rodillo en ventas.

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Hacía mucho tiempo que no ocurría y he de confesar que ha vuelto a pasar: desear estrenar un 'smartphone'. Y cuando digo desear, digo DESEAR, contar los días hasta tenerlo y cuando llega abrir la caja en un rito de veneración. La última vez que me pasó fue hace ocho años, con el iPhone 3GS. Desde entonces he probado decenas de móviles, pero siempre he usado un iPhone como teléfono principal. Y hay que decir que han sido ocho años de relativo aburrimiento. Apple reventó la telefonía en el 2007 pero no volvió a arriesgar a lo grande desde entonces. Hasta ahora. Ha llegado el iPhone X. Y ha vuelto el 'hype'.

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