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De cobrar 2.000 € al mes a la ruina: los fotógrafos a los que Google ha dejado tirados
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FOTÓGRAFOS BAJO AMENAZA

De cobrar 2.000 € al mes a la ruina: los fotógrafos a los que Google ha dejado tirados

El proyecto Google Street View aterrizó en España en 2012 para hacer de algunos fotógrafos afortunados que hoy se ven abocados a la inestabilidad económica

Foto:

Miguel es fotógrafo y vive desde hace cinco años de hotel en hotel. Sus imágenes son las que te acercan al interior de un crucero en el Caribe o a tiendas de ropa de las mejores marcas en el centro de Madrid cuando navegas por Google Steet View. Forma parte de una especie en 'peligro de expansión', uno de los denominados ‘fotógrafos de confianza’ que trabajan para nutrir de imágenes panorámicas a los mapas del buscador. En un mes de trabajo normal, suele ganar alrededor de 6.000 euros. Este último ha sido doblemente afortunado y ha llegado a cobrar 12.000 euros gracias a un encargo de Cruceros Pullmantur en Islas Caimán (Jamaica), Puerto Limón (Costa Rica) y Barbados, en plena América Insular. Sin embargo, es solo un raro privilegiado.

Foto: Luis Iván Cuende (izda.) y Jorge Izquierdo (dcha.), cofundadores de Aragon.

Este valenciano ejemplifica el paraíso del negocio indirecto que Google hace con los fotógrafos en España. Pero también existe el infierno, y está mucho más poblado. El caso de Miguel Rosán explica muy bien ambos extremos y la ruina a la que el buscador ha llevado a cientos de fotógrafos en nuestro país.

Para él todo empezó una noche de junio en 2012 cuando un mensaje con carácter confidencial se coló en la bandeja de entrada de su correo electrónico para cambiarle la vida. El contenido era una propuesta firmada por uno de los coordinadores del gigante electrónico y Miguel, en un primer momento, pensó que era una estafa. Se le anunciaba que había sido seleccionado para formar parte del próximo ambicioso proyecto de Google que permitiría explorar el interior de cualquier negocio del mundo a través de imágenes 360º. La idea ya llevaba unos años funcionando en Estados Unidos e iba a ponerse en marcha próximamente en algunos países de Europa, entre ellos España. Miguel estaba desesperado, lloraba por las noches enloquecido por su situación económica, así que respondió pensando que no tenía nada que perder.

Debajo, uno de los 'tours' virtuales de Google Street View fotografiados por Miguel Rosán:

“Los fotógrafos que empezamos este proyecto en España teníamos a los clientes en exclusividad, Google te proporcionaba un listado de empresas y tú solamente tenías que seleccionar las que te interesaban”, explica a Teknautas. Era tan sencillo como abrir la plataforma y ver qué encargos estaban libres para hacer. “Este método de trabajo había funcionado en América pero aquí se encontraron con una batalla campal entre fotógrafos, todos cogíamos como locos demasiados encargos”, recuerda este valenciano sobre sus inicios.

placeholder Uno de los 'fotógrafos de confianza' de Google
Uno de los 'fotógrafos de confianza' de Google

Enseguida Google se dio cuenta, explican los fotógrafos consultados, de que este método de trabajo "frenaba la producción" y, a mediados de 2015, hubo un cambio de sistema que terminó con el chollo de trabajar para su plataforma. La exclusividad desapareció y cualquier profesional que superase unos cursos de formación online para conocer los estándares de trabajo, pasó a formar parte del cotizado negocio.

“Luego empezaron a llamar a fotógrafos no cualificados, dejaron de darnos soporte y surgieron otras plataformas a las que incluso teníamos que pagar para poder subir nuestras imágenes a Google Street View. Era un escándalo”, explica Luisa Moyano, otra de las veteranas que empezaron el proyecto en el país. Esta fotógrafa colombiana vio en la propuesta una oportunidad para darse a conocer en España y dedicó tres años de su vida en exclusiva a la elaboración de tours virtuales para la plataforma.

“Con el cambio de política la calidad de muchos trabajos empezó a ser pésima, desde Google nos decían que eran medidas para ampliar el servicio pero con el paso del tiempo creo que nos utilizaron solamente para proporcionarles datos de los clientes”, dispara Moyano. Teléfonos, nombres, direcciones y localizaciones de los locales. Esta era, entre otra, el tipo de información que debían recabar.

Debajo, 'tour' virtual de Google Street View fotografiado por Luisa Moyano:

Luisa tenía una cartera de clientes de confianza que conocían la calidad de sus fotografías pero de repente las cosas empezaron a fallar. “Algunos tours virtuales empezaron a verse mal en el ordenador ya que la idea es tener una experiencia inmersiva y en lugar de eso se ve el local de un solo salto -ver panorámica arriba insertada-. Yo siempre dejaba claro que solamente me encargaba de las fotografías pero unos clientes llegaron a amenazarme con una denuncia”, recuerda alterada. Esa alerta lo cambió todo y la fotógrafa decidió abandonar el trabajo sin dar más explicaciones a sus clientes que a día de hoy siguen llamándola para otros encargos.

Cambio de estrategia que ha deteriorado el servicio

La laxitud en los procesos de selección, según explican los fotógrafos consultados, provocó un boom de colaboradores que colapsó la plataforma. En consecuencia se tomaron "medidas perjudiciales" para muchos trabajadores y sus clientes, explican. Desde marzo Google ya no facilita a los fotógrafos programas para montar sus imágenes panorámicas y subirlas al servidor. Han aparecido otras plataformas como GoThru que prestan su apoyo a los fotógrafos para poder subir las imágenes a la web. Sin embargo, son ellos, aseguran, quienes se ven obligados a recurrir a otras aplicaciones para montar las imágenes esféricas que antes se podían montar con las herramientas facilitadas por Google Street View y ahora ha eliminado.

Por el contrario desde Google España defienden que el cambio en los procesos de uso de sus plataformas aterriza como una oportunidad. "Las modificaciones siempre se hacen para que haya un mayor volumen de contenidos y la posibilidad de que los fotógrafos se conecten entre ellos sea más ágil”. El paso de utilizar herramientas propias a terceras plataformas “proporciona mayor independencia a los fotógrafos”, explica a Teknautas un portavoz de la empresa. Señalan además a la página de instrucciones oficiales sobre cómo crear y subir a la plataform imágenes en 360 donde, según la compañía, queda claro que Google no tiene ninguna relación directa con los fotógrafos ni les ha perjudicado en ninunga manera.

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Daniel Minguez es el fotógrafo mejor posicionado en el listado que ofrece Google Street view en Madrid y las modificaciones recientes lo han abocado a la incertidumbre: “Estoy empezando a crear mi propia herramienta de trabajo pero no sé cuántos meses voy a tardar en tenerla lista ni si necesitaré contratar a un informático para que me ayude”, explica este madrileño.

Minguez era propietario de una escuela de buceo pero su afición por la tecnología y la informática lo empujó a emprender un cambio en su vida, cedió la empresa y se dedicó exclusivamente a la fotografía 360º. Ahora, ante la inseguridad causada por la nueva gestión de contenidos ha tenido que volver a reinvertarse y ofrecer ideas nuevas a sus clientes. “He tenido que ampliar los servicios más allá de Google y ahora estoy tratando de construir tours interactivos que se puedan mezclar con vídeos y entrevistas a los clientes con los que trabajo”, confiesa Minguez que, antes del cambio llegó a retratar el interior de casi 700 negocios entre el Teatro Colón en la capital. Su número de clientes ha caído ahora a pocos cientos. Y otros fotógrafos consultados ponen cifras al derrumbe de ingresos que venían de Google: de 2.000 euros limpios al mes a no llegar apenas a 500.

Debajo, 'tour' virtual de Google Street View fotografiado por Daniel Mínguez:

Elaborar una fotografía panorámica requiere de 12 disparos hechos con una cámara réflex y una óptica ojo de pez -similar a las conocidas GoPro con las que aficionados se sumergen en el agua o descienden barrancos con la cámara sujeta a la frente-. Google antes proporcionaba formación, herramientas y soporte. Ahora, con más de 10.000 fotógrafos repartidos alrededor del mundo y unos 500 en territorio español, lo único que existe es la oportunidad de un trabajo poco rentable. “Eres tú mismo quien busca los clientes, no hay restricción pero Google no te ayuda en eso, depende totalmente de cada fotógrafo y su capacidad de recibir encargos”, aclara Minguez.

Con la nueva dimensión que ha adquirido el proyecto en España, los foros internos entre fotógrafos que usan para comunicarse se han revolucionado. “Muchos compañeros han compartido su malestar en los foros e incluso han tenido que dejar el trabajo porque la inversión que tenían que hacer en tiempo y dinero no les salía a cuenta”, comenta Minguez.

Muchos se quejan en foros online e incluso han tenido que dejar el trabajo porque la inversión de tiempo no era rentable

La historia de de Miguel Rosán es la de uno de los fotógrafos supervivientes con el cambio de política de Google Street View en nuestro país. Despuntó en el proyecto desde el principio, aceptando encargos a nivel nacional cuando el certificado solamente lo autorizaba a trabajar dentro del área de Madrid capital. Ahora sus clientes proceden de todos los rincones del mundo -excepto China que es el único país del mundo donde no están autorizados a trabajar-, entre ellos Colombia, Túnez, Egipto o Bosnia. Entre los trabajos más peculiares que le han propuesto destacan crear una visión panorámica de la favela de Santa Marta en Río de Janeiro (Brasil), de las clínicas Vital Dent en Varsovia (Polonia) o los tanatorios repartidos por España con la aseguradora Ocaso.

“Google lo único que quiere es la información, entrar en lo privado y mostrarlo al mundo. El proyecto es una maravilla si sabes aprovecharlo pero tengo muchos compañeros que han tenido que dejarlo” explica todavía incrédulo por su suerte a pesar del paso del tiempo. El caso de los fotógrafos de Google Street View no es único en su especie. Otros gigantes de Internet también han generado la inestabilidad económica de sus trabajadores donde, como de costumbre, los más independientes han logrado adaptarse y la mayoría ha tenido que buscar alternativas como la que en su día Google les brindó.

Miguel es fotógrafo y vive desde hace cinco años de hotel en hotel. Sus imágenes son las que te acercan al interior de un crucero en el Caribe o a tiendas de ropa de las mejores marcas en el centro de Madrid cuando navegas por Google Steet View. Forma parte de una especie en 'peligro de expansión', uno de los denominados ‘fotógrafos de confianza’ que trabajan para nutrir de imágenes panorámicas a los mapas del buscador. En un mes de trabajo normal, suele ganar alrededor de 6.000 euros. Este último ha sido doblemente afortunado y ha llegado a cobrar 12.000 euros gracias a un encargo de Cruceros Pullmantur en Islas Caimán (Jamaica), Puerto Limón (Costa Rica) y Barbados, en plena América Insular. Sin embargo, es solo un raro privilegiado.

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