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Qué debes saber (y comprar) para dar tus primeros pasos en el mundo de los drones
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Qué debes saber (y comprar) para dar tus primeros pasos en el mundo de los drones

Pilotar por primera vez un dron no es precisamente sencillo, pero hay modelos suficientes (y presupuestos de lo más variado) como para no tener excusa y animarse a aprender.

Foto: (Foto: Andrew Turner)
(Foto: Andrew Turner)

Fue uno de los regalos estrella de la pasada Navidad y se confirma día a día como uno de los aparatos electrónicos con más tirón. Los drones se han convertido en un objeto de deseo para muchos, se pueden encontrar hasta en los pasillos de los centros comerciales junto a los estands de carcasas para teléfonos móviles o gafas de sol y para muchos serán la afición con la que ocupar los ratos muertos de estas vacaciones.

Foto: (Reuters)

Sin embargo, comprarse un dron no es una decisión fácil y no porque haya pocos modelos o sean demasiado caros, sino por todo lo contrario: el mercado es a día de hoy inmenso y recoge características y precios para todos los gustos. Así, antes de hacerse con uno lo ideal es tener algunas ideas claras, como lo que podemos (y lo que queremos) hacer con él, qué nos permite hacer la ley, qué tipos de dron hay y, por supuesto, cuál es el presupuesto en el que nos queremos mover.

En realidad, estos cuatro factores van estrechamente unidos entre sí y unos dependen de otros. Así, una de las clasificaciones que se podrían hacer de los drones que hay en el mercado a día de hoy está basada en el uso que se les da a las aeronaves: por una parte, están aquellas cuyo único objetivo es el ocio y, por otro, las que tienen una función profesional, ya sea la de grabar vídeos desde las alturas o hacer fotos. Mención aparte merecen, claro está, aquellas que se utilizan para participar en las carreras de drones, ese incipiente deporte que cada día gana más adeptos en nuestro país y para el que un buen cuadricóptero no es lo único necesario: sin reflejos (y unas gafas) no hay nada que hacer.

Esta sustancial diferencia entre unos usos y otros, que ya se deja notar sobradamente en el precio de los distintos modelos (que puede ir desde los 30 hasta los más de 3.000 euros de algunos drones profesionales), es también relevante de cara a la legislación. No en vano, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea solo regula los drones utilizados para alguna actividad profesional. Así, los que se utilizan por ‘hobby’ no necesitan ser controlados por alguien en posesión del certificado de piloto. No obstante, sí que conllevan algunas obligaciones y prohibiciones: nada de volarlos en zonas urbanas ni superar con ellos los 120 metros de altura o utilizarlos de noche.

¿Fuera o dentro?

Además, es importante saber dónde vamos a utilizar el aparato, pues no vale cualquier modelo para volarlo en interiores. Los que sí son adecuados, son algo más difíciles de controlar al aire libre, donde una leve racha de viento (o cualquier otra inclemencia meteorológica) puede dar al traste con nuestra inversión voladora. Precisamente para los de exterior es importante tener en cuenta qué alcance tienen y cuál es su autonomía, aunque generalmente dejará que desear: para un primer dron no esperes más de 15 o 20 minutos de vuelo (en el mejor de los casos) sin tener que parar a cambiar las baterías.

Además de esas dos características, y una vez analizado el uso que queremos darle a nuestro experimento por los cielos, lo ideal es empezar a desmenuzar otras especificaciones que deberían hacer que nos decantemos por uno u otro dron. Su estabilidad, la resistencia, el manejo y la calidad de la cámara son las características más importantes.

Por una parte, la estabilidad dependerá de los sistemas que incluya el dron en cuestión, mientras que la resistencia variará en función de los materiales con los que esté fabricado y la propia estructura del aparato. En cuanto al manejo, podremos decantarnos por el sistema de radiocontrol (como en los coches teledirigidos de toda la vida), generalmente asociado a un mayor alcance, o por la red wifi que permite a algunos drones comunicarse con nuestro ‘smartphone’. En este último caso, el manejo es más intuitivo pero también se disfruta de un menor alcance.

Con todo ello, es posible lanzarse al mundo de los drones sin tener que hacer un gran desembolso. De hecho, con solo 150 euros es posible tener el aparato perfecto para dar los primeros pasos con una aeronave no tripulada de la que, eso sí, deberás tener lista alguna pieza de repuesto. Al fin y al cabo, los primeros golpes y caídas serán inevitables.

Hasta 50 euros

La horquilla más baja del mercado es la idónea para aquellos que estén iniciándose surcando las alturas con un dron y esperan tener algún que otro gasto en reparaciones. No obstante, que sea la gama más baja no quiere decir que estemos ante aeronaves malas o necesariamente diminutas. De hecho, hay un poco de todo.

Muestra de ello es el Syma X5SC-1, un cuadricóptero de poco más de 40 euros que incluye cámara de dos megapíxeles, protectores alrededor de las hélices y luces led para volarlo en la oscuridad sin perderlo de vista (aunque, recuerda, hacerlo de noche está prohibido). Una tarjeta de memoria de 4 gigas almacenará todas las fotos que se hagan desde la aeronave, que está diseñada para ser controlada por radiocontrol a una distancia de hasta 50 metros.

No obstante, al igual que su hermano, el Syma X5C-1, está pensado para que los primeros vuelos sean cortos: sus baterías duran entre 5 y 8 minutos. Eso sí, son los preferidos por muchos para empezar a dominar el vuelo de drones. Al fin y al cabo, son dos de las aeronaves no tripuladas baratas más populares, lo que asegura la existencia de piezas de repuesto para curar las heridas provocadas por la dichosa fuerza de la gravedad.

Para aquellos que sí busquen un modelo realmente pequeño para evitar daños mayores con las primeras caídas, el Hubsan X4 H107L es una de las mejores opciones por menos de 50 euros. En concreto, es posible hacerse con uno de estos diminutos drones de solo 8 centímetros por poco más de 32 euros. Eso sí, aunque da ocho minutos de autonomía, en este caso hay que renunciar a la cámara de fotos (algo que, por otra parte, no es imprescindible si de aprender a manejar un dron se trata).

De entre 50 y 100 euros

Más resistencia y, en según qué casos, mejores cámaras y más alcance. Este es, a grandes rasgos, el resumen de lo que se puede encontrar en la siguiente horquilla del mercado de drones, en la que ya podemos experimentar en primera persona y a tiempo real lo que se ve desde nuestro dron gracias al FPV (siglas de ‘First Person View’) del MJX X300C RC.

Por solo 75 euros, esta aeronave compatible con iOS y Android trae consigo una cámara bastante precaria (de solo 0,3 megapíxeles) que, eso sí, sirve para hacenros una idea de cómo es volar un dron en primera persona. Su autonomía es de 9 minutos para volar hasta a unos 100 metros de distancia y es versátil en cuanto a la conectividad: se puede pilotar tanto con radiocontrol como con wifi desde el teléfono móvil.

Mientras tanto, todos aquellos que no busquen aún el apasionante mundo del vuelo en primera persona y quieran un aparato que resista más las caídas o simplemente ofrezca mejores prestaciones, el UDI U818A es una buena alternativa. Por 80 euros pueden tener uno de los drones más resistentes de esta horquilla, con una estructura creada para proteger las cuatro hélices y absorber gran parte de los golpes. Si bien su alcance no supera los 50 metros, permite ver cómo la autonomía mejora poco a poco: su batería permite volarlo durante 10 minutos ininterrumpidos.

Por algo menos, unos 60 euros, la marca de coches radiocontrol Ninco tiene en el mercado su Drone Evo, que ya a simple vista da sensación de solidez. No en vano, la estructura externa no solo le da estabilidad, sino que también protege las hélices de este cuadricóptero que, además, tiene 100 metros de alcance.

De hasta 150 euros

En cuanto a la parte más alta de esta gama de drones especialmente útil para los aprendices, basta decir que ya incluye ciertas especificaciones destinadas a aquellos que dominan en cierta medida eso de volar con una aeronave no tripulada. Aunque el desembolso sigue sin acercarse ni por asomo a los miles de euros que pueden llegar a pagarse por un dron, los que se acercan a los 150 euros de precio ya van equipados con extras como mejores cámaras o baterías de media duración.

Es el caso del Syma X8G, que cuenta con una cámara HD de 8 megapíxeles y una batería capaz de darle al dron una autonomía cercana al cuarto de hora. También rondando los 150 euros está el vCam power +, que si bien tiene algo menos de alcance (unos 80 metros), también ofrece 15 minutos de autonomía por cada una de las dos baterías que incluye.

Además, este modelo tiene programadas ya ciertas características como la posibilidad de hacer acrobacias de 360 grados con tan solo darle a un botón o la modalidad ‘vuelta a casa’, con la que el dron regresará de forma automática al lugar del que ha despegado.

Así, ya sea con un presupuesto de menos de 50 euros o con la intención de disfrutar algo más al surcar las alturas, alzar el vuelo por primera vez con un dron está al alcance de cualquiera. Por falta de opciones no será. Y para todos los bolsillos.

Fue uno de los regalos estrella de la pasada Navidad y se confirma día a día como uno de los aparatos electrónicos con más tirón. Los drones se han convertido en un objeto de deseo para muchos, se pueden encontrar hasta en los pasillos de los centros comerciales junto a los estands de carcasas para teléfonos móviles o gafas de sol y para muchos serán la afición con la que ocupar los ratos muertos de estas vacaciones.

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