El modelo matemático que predice los taquillazos antes de que se rueden

Poco tiempo después de su estreno estival, los dinosaurios de la cuarta entrega del Parque Jurásico spielbergiano colocaron al film − Jurassic World − en el tercer puesto de las películas más taquilleras de la historia. Los prehistóricos reptiles dejaron atrás de un plumazo a Los vengadores, aunque no pudieron con Titanic y Avatar, que siguen encabezando el ranking de recaudación a nivel mundial.

Si tenemos en cuenta un (razonable) ajuste monetario para incluir la variación en el precio de las entradas y la inflación a lo largo del tiempo −evidentemente, no costaban lo mismo en los años 70 que en 2015−, el escenario cambia. Así, Lo que el viento se llevó se lleva la palma, seguida por el azote cósmico de Star Wars.

Denzel Washington suele incrementar el valor de una película entre un 30 y un 40% cuando aparece en ella

Los datos son esclarecedores, y más cuando se trata de dinero. Sin embargo, ¿estaban convencidos Spielberg, George Lucas o James Cameron del futuro éxito de sus cintas antes de que se estrenasen? Si hubieran podido consultar a la firma Piedmont Media Research, hubieran tenido algunas pistas muy certeras.

Lucas aún tiene la oportunidad de conocer la información proporcionada por la empresa estadounidense. Según los resultados de su análisis de aceptación previo al estreno (programado en España para el 18 de diciembre), los espectadores están deseando ver de nuevo al Halcón Milenario surcar los cielos y las pantallas en Star Wars: Episodio VII: El despertar de la fuerza.

“Contamos con nuestro propio equipo de investigadores que han diseñado el modelo, utilizando variables que tengan impacto en las taquillas de forma estadísticamente significativa”, explica a Tenkautas el presidente de la compañía, Josh Lynn.

El modelo al que se refiere Lynn, y que sirve para hacer predicciones sobre la aceptación que tendrán las películas, se basa, por un lado, en la opinión de la audiencia. “Les planteamos una serie de cuestiones que revelan su comportamiento y el nivel de vinculación con un proyecto, y sus distintos componentes”, asegura el estadounidense.

Un examen de cine

En el último sondeo, en el que preguntaron, además de por la última entrega de Star Wars, por Los Juegos del Hambre: Sinsajo-Parte II y Marte; consultaron a 3.000 personas. “Seleccionamos una muestra de individuos representativa de la población que va al cine, en función de su etnia, edad y género”, indica Lynn. Para que conozcan los detalles de la película, solo les dejan leer una descripción escrita de la misma.

El objetivo es analizar la situación lo antes posible para que se puedan tomar decisiones al respecto

“Utilizamos estos datos como base del modelo, al que luego incorporamos otros factores que influyen en el impacto en taquilla [presupuesto, género, fecha, método de producción] para hacer predicciones con la máxima exactitud”, afirma el responsable de Piedmont Media.

Una vez aplicados los algoritmos y hechos los cálculos, obtienen un valor global para cada cinta del índice que han bautizado como Consumer Engagement (algo así como “participación del consumidor”). “Esta puntuación tiene un coeficiente de correlación del 0,74 [una medida de la relación estadística que va de 0 a 1] respecto al resultado obtenido en taquilla el fin de semana del estreno, según hemos comprobado en más de 700 películas”, asegura Lynn.

Entre el mínimo (cero) y el máximo valor (1.000) del índice, Los Juegos del Hambre obtuvieron un 514, superando así a Los Vengadores: la era de Ultrón, que ostentaba el récord hasta el momento con 509. La última de Star Wars se ha quedado un poco más abajo, con 495, aunque ocupa un tercer puesto nada desdeñable en el ranking global, en constante evolución desde que los algoritmos de Piedmont Media llevan funcionando.

El poder de Sandra Bullock y Denzel Washington

También existe la posibilidad de analizar el impacto de los actores, comparando los datos obtenidos por una cinta con y sin el nombre de los intérpretes asociados. Así, los interesados pueden apreciar el efecto que producen y repensarse la inversión (si no en esa misma película, en las siguientes).

Denzel Washington es un ejemplo de influencia positiva, ya que suele incrementar el valor entre un 30 y un 40% cuando se menciona su participación en una película. El poder de Sandra Bullock y Melissa McCarthy es aún mayor: cuando se indicó que aparecerían en Cuerpos especiales, la puntación de esta cinta de acción aumentó en un 90%.

Una cifra baja no es sinónimo de mala calidad. Lynn pone como ejemplo a 'Whiplash', que no consiguió un valor destacado pero ha recibido tres premios Óscar

“El objetivo es analizar la situación lo antes posible dentro del proceso de creación cinematográfica para que se puedan tomar decisiones al respecto”, afirma Lynn. Según nos cuenta, trabajan con distintos escritores, estudios, productoras, inversores e incluso bancos que financian proyectos de entretenimiento. “Interesa a cualquiera que desee saber qué seduce a la audiencia y quiera obtener las claves para atraer espectadores”, asegura.

No obstante, Lynn no cree que un cineasta deba cancelar una película porque esta obtenga una mala valoración. “Solo significa que la idea suscita poco interés, pero te sirve para ajustar el presupuesto y asegurarte de que le asignas el dinero justo”, indica. Por ejemplo, califica la inversión de 200 millones de dólares en R.I.P.D. como estúpida, y afirma que “80 millones habría sido un gasto más inteligente”.

Además, una cifra baja no es sinónimo de mala calidad. Lynn pone como ejemplo a Whiplash, que no consiguió un valor destacado pero ha recibido tres premios Óscar a pesar de no haber superado los 14 millones de beneficios a nivel mundial. “Si la película hubiera puntuado más alto, la recaudación habría sido mayor”. ¿Cumplirán los próximos estrenos con las expectativas?