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¿Aire en vez de electricidad? Así sería el mundo de la computación neumática
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¿Aire en vez de electricidad? Así sería el mundo de la computación neumática

Aún andamos algo lejos de tener un ordenador que realiza operaciones con válvulas, pero eso no quita que podamos imaginar cómo funcionaría si por sus entrañas circularan corrientes de aire

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Desde hace ya algún tiempo, una parte de la ciencia investiga las opciones para diseñar un ordenador capaz de funcionar sin electricidad. La mayor parte de los investigadores han puesto sus ojos en los fotones, las partículas que componen la luz, gracias a las cuales una máquina podría procesar y transmitir información mucho más rápido.

Sin embargo, la luz no es el único medio capaz de transmitir datos. Para algunos expertos, el aire también podría ser el sustituto idóneo de la electricidad. Si bien aún no se ha dado con la tecla para fabricar un ordenador que trabaje con aire, esto no ha impedido que un grupo de artistas nos muestren cómo sería la informática en un mundo donde se impusiera la llamada computación neumática.

El alemán Niklas Roy y el francés Charles Carcopiano están detrás de Pneumatics Computing: Flod or Future? (“Computación neumática: ¿fracaso o futuro?”), una exposición que intenta averiguar, a su manera, cómo podemos emplear el aire para replicar algunos componentes y funciones de los actuales ordenadores.

¿Y por qué aire? “Porque nos rodea, estamos constantemente en contacto con él y lo necesitamos incluso para vivir, pero no pasamos mucho tiempo percibiéndolo de forma consciente o pensando en él”, explica Niklas Roy a Teknautas.

Entre las máquinas neumáticas que componen la exposición, que se pudo contemplar en la Escuela de Arquitectura de la ciudad de Mons (Bélgica) del 26 de junio al 2 de julio, encontramos una CPU de dos metros de ancho con globos blancos y negros en su interior, que representan los bits que procesa un ordenador.

La clave de este Intel neumático está en sus tres ventiladores, que colocados en las esquinas del cubo gigante agitan los globo-bits. A través de una mesa de control, los visitantes pueden encender y apagar el (no tan micro) procesador de aire.

Bombas y válvulas de bicicletas, flautas, silbatos, globos, ventiladores e incluso secadores de pelo son algunos de los materiales que componen los aparatos

A escasos metros de la CPU, una impresora compuesta por cilindros de aire funciona gracias a un compresor localizado en la mesa de control. Impulsado por las corrientes de aire que expulsan los cilindros, el cabezal de la impresora – hecho a base de rotuladores - se mueve y crea un dibujo, dando la sensación de que la máquina de veras imprime.

Mientras los mayores se entretienen mirando la impresora, los más pequeños juegan a la PlayStation neumática. Con un mando igualito al de la máquina japonesa, los visitantes pueden mover las bolas situadas en el interior de una serie de tubos, dispuestos en fila y entre dos altavoces.

Al pulsar los botones del mando, los altavoces se activan y el sonido hace que las bolas se muevan. Una versión de aire del tubo de Rubens, un famoso experimento de física que demuestra cómo las ondas del sonido afectan a una serie de llamas – o, en este caso, a una serie de pelotas.

Además de la CPU, la impresora y la consola, los artistas han creado su propia versión (neumática, por supuesto) de una tarjeta de sonido. En este caso, pisando una serie de pedales, los visitantes activan unas bombas de aire que hacen sonar flautas y silbatos.

La comunicación también tiene su presencia en la muestra. Un tubo que rodea toda la sala, además de llevar una bola en su interior para mostrar cómo viajan los datos de un lugar a otro, sirve a los visitantes para hablar entre sí, sin importar lo lejos que estén los unos de los otros. Para los organizadores, se trata de la versión neumática de Skype. Eso sí, sin videollamadas.

Un experimento 'low cost'

Elegir las aplicaciones para la exposición no resultó muy difícil. “Los ordenadores de hoy tienen tantos componentes y aplicaciones distintos, y el aire tantas posibilidades, que cuando abres la mente puedes encontrar muchas uniones entre ambos mundos que tienen el potencial de convertirse en componentes de un ordenador neumático”, explica Roy.

Una CPU de dos metros de ancho contiene globos blancos y negros en su interior, que representan los bits que procesa un ordenador

El coste de fabricarlos tampoco es demasiado alto. Bombas y válvulas de bicicletas, flautas, silbatos, globos, ventiladores e incluso secadores de pelo son algunos de los materiales que componen los aparatos de esta exposición. Sin olvidar el aire, claro. “Un material maravilloso con algunas propiedades casi mágicas”, afirma el alemán.

Todos los componentes neumáticos de la exposición han salido de las mentes del grupo de voluntarios de un taller DIY (siglas en inglés de “Hazlo Tú Mismo”) que organizaron Roy y Carcopiano. Una actividad que les hizo descubrir lo que el alemán podría ser el futuro de la informática. “Hay muchas aplicaciones donde se utiliza la lógica de la neumática porque esta ofrece, en algunos casos, características superiores a la electricidad”, asegura.

Si al final la luz conquista la informática, no lo quiera el dios Eolo, “siempre podrás construir tu propio futuro con un secador y un par de bombas de bicicleta”.

Desde hace ya algún tiempo, una parte de la ciencia investiga las opciones para diseñar un ordenador capaz de funcionar sin electricidad. La mayor parte de los investigadores han puesto sus ojos en los fotones, las partículas que componen la luz, gracias a las cuales una máquina podría procesar y transmitir información mucho más rápido.

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