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Zoltan Istvan, el primer transhumanista en la carrera por la Casa Blanca
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su campaña reivindica la ciencia para vencer la muerte

Zoltan Istvan, el primer transhumanista en la carrera por la Casa Blanca

Zoltan Istvan aspira a convertirse en el primer presidente transhumanista de EEUU. Pretende recorrer el país concienciando sobre la necesidad de combatir la muerte mediante la ciencia y la tecnología

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Un ataúd de 12 metros de largo, adornado con una tradicional corona floral, recorrerá los Estados Unidos sobre ruedas. Por fortuna, el féretro no albergará el cadáver de ningún adinerado excéntrico con deseos de innovar en el negocio de las funerarias aprovechando su último desplazamiento. La caja mortuoria se pondrá en marcha en septiembre con un propósito bien distinto: promocionar las ventajas de invertir en ciencia y tecnología para alcanzar la vida eterna.

El viaje contra el envejecimiento y la muerte que emprenderá este siniestro autobús es un proyecto del filósofo, escritor, exreportero del National Geographic y líder del Partido Transhumanista de Estados Unidos Zoltan Istvan. "Un ataúd era un poderoso y excelente símbolo del mayor miedo de mucha gente: tener que morir. Y el principal objetivo de los transhumanistas es superar la muerte gracias a la ciencia, así que un ataúd era un buen emblema", explica a Teknautas.

Hace unos meses, Istvan comenzó una campaña para presentarse como candidato presidencial a la Casa Blanca en las elecciones de 2016, y ahora ha decidido emprender este road trip de la inmortalidad para reclamar de una forma original un debate sobre el derecho de los ciudadanos a retrasar su propia defunción.

Transhumanistas y robots, unidos por la vida eterna

Este filósofo reconvertido en político quiere conseguir financiación para comprar el autobús que se convertirá en féretro, así que ha lanzado una campaña en Indiegogo en busca de activistas y voluntarios que quieran apoyar su causa o incluso acompañarle en su viaje. Sus mecenas recibirán su eterna gratitud, un ebook con todos los detalles de la aventura o su novela The Transhumanist Wager (La Apuesta Transhumanista), entre otros obsequios.

En el momento de escribir estas líneas, Istvan ha logrado recaudar más de la mitad de los 25.000 dólares (casi 23.000 euros) que necesitaba para que el vehículo esté perfectamente equipado. Pese a su aspecto funerario, dispondrá de la más puntera tecnología en su interior.

Drones, un robot interactivo, equipos de realidad virtual, cámaras para grabar la experiencia y retransmitirla en directo o un laboratorio de biohacking para que los fans de experimentar con su cuerpo se entretengan serán algunos de los atractivos que viajarán a bordo de este autobús de la inmortalidad.

Istvan nos cuenta que los activistas contarán con microchips RFID listos para implantar en su cuerpo, además del instrumental necesario para colocarse imanes bajo los dedos y presumir de la capacidad de atraer objetos metálicos.

"El autobús atraerá a multitud de personas, pero debemos usar nuestras razones para convencer a la gente", señala Istvan. Ahora bien, ¿no es el periplo de este féretro un ejemplo de publicidad engañosa? ¿Podrá Istvan cumplir su ambiciosa promesa política de alargar nuestra vida si llega a presidente de los Estados Unidos?

Según este transhumanista, habrá tres posibilidades para superar la muerte: ralentizar la decadencia humana (los científicos ya han logrado revertir el envejecimiento de los ratones), dejar que nuestra conciencia se traslade a una máquina o reemplazar aquellas partes de nuestro cuerpo que se vayan quedando inservibles por otros miembros y órganos artificiales, como corazones robóticos. "Estamos seguros de que la inmortalidad será alcanzable en el futuro", afirma Istvan.

Una Carta de Derechos de los Cíborgs rumbo al Capitolio

Si todavía dudas entre recorrer la ruta 66 por tu cuenta o viajar por Estados Unidos rodeado de transhumanistas durante cuatro meses, has de saber que las paradas de este trayecto para combatir nuestra defunción son cuanto menos curiosas. La aventura comenzará en la costa oeste con el fin de celebrar un evento en cada estado. Istvan quiere organizar un acto en el campus de Microsoft en Redmond, cerca de Seattle, charlas sobre la longevidad en Phoenix y un trayecto por las cercanías del río Mississippi para denunciar la contaminación de la naturaleza.

La excursión también transitará por el llamado cinturón bíblico de Estados Unidos, al sur del país, para reflexionar sobre la necesaria coexistencia en armonía de la religión y el deseo de extender la vida, se detendrá en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y predicará su futurista ideología en la Church of Perpetual Life, un templo transhumanista en Florida.

Como no podía ser de otra forma, el trayecto concluirá en Washington D.C., donde Istvan pretende hacer entrega de una Carta de Derechos de los Cíborgs en el mismísimo Congreso para pedir que se promueva la investigación en ciencia destinada a mejorar la especie.

"Ahora mismo, todos son religiosos todavía en América, planean morir e ir al cielo", señala Istvan. Por eso cree que "desafortunadamente" muchos estadounidenses todavía se muestran neutrales o incluso se oponen a detener la muerte biológica, y tratará de hacerlos cambiar de opinión con campañas mediáticas como este autobús de la inmortalidad.

Según nos cuenta este "hombre con la misión de acabar con la muerte", algunas televisiones ya se han comprometido a retransmitir su particular viaje y los primeros voluntarios ya se están sumando a su causa. Por el momento, no tiene una lista detallada de los activistas y personalidades que le acompañarán, pero nos cuenta que su esposa e hijas, la científica transhumanista Maria Konovalenko o el bloguero y escritor Jamie Bartlett se subirán a este vehículo lleno de sorpresas.

"Muchos estudiantes universitarios se han convertido en voluntarios del Partido Transhumanista", detalla Istvan. A su juicio, los jóvenes de entre 16 y 30 años son el principal grupo de población preocupado por detener la muerte a tiempo, pero espera que muchos otros ciudadanos se sumen a la iniciativa y participen en los actos. "¡Pienso que querrán unirse simplemente porque es extraño y divertido!", asegura.

Si la campaña de crowdfunding no tiene el éxito que espera, este aventurero comprará el vehículo con el dinero de su propio bolsillo, aunque eso sí, la gira será más modesta de lo que en principio se planea. De todos modos, Istvan no pretende que su campaña se quede en Estados Unidos. Tras las elecciones, afirma que le encantaría viajar con su autobús de la inmortalidad por todo el mundo, primero a Europa y después a Asia.

Así que el día en que te encuentres un enorme ataúd circulando por tu calle, no te pellizques preguntándote si estás en tu barrio o en el otro. Se trata tan solo de un reclamo para que reflexiones sobre la necesidad de retrasar la muerte, la (por el momento) gran tragedia de la especie humana.

Un ataúd de 12 metros de largo, adornado con una tradicional corona floral, recorrerá los Estados Unidos sobre ruedas. Por fortuna, el féretro no albergará el cadáver de ningún adinerado excéntrico con deseos de innovar en el negocio de las funerarias aprovechando su último desplazamiento. La caja mortuoria se pondrá en marcha en septiembre con un propósito bien distinto: promocionar las ventajas de invertir en ciencia y tecnología para alcanzar la vida eterna.

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