¿A qué precio alquilo mi casa en Airbnb? Un algoritmo permite duplicar ingresos

Los tiempos están cambiando, y si no, que se lo cuenten a los taxistas y el creciente fenómeno de Uber y similares, pero antes que a este sector, le tocó el turno al inmobiliario gracias a la sencillez e inmediatez que ofrecía Airbnb. Este conocido servicio en web pone en contacto a usuarios que buscan alojamiento por unos días en una determinada ciudad con los propietarios, encargándose la firma de facilitar las cosas a todos. Ni complejos contratos, ni fianzas, ni problemas derivados de la vivienda: el elemento socialcorrige comportamientos, y así, si un apartamento acumula votos positivos de los diferentes inquilinos, tendrá más posibilidades de recibir nuevos clientes, y lo mismo con la seriedad de los que los ocupan.

Un negocio en el que aparentemente ganan todos, y en el que como pudimos comprobar hace tan sólo unos días, los propietarios obtienen una rentabilidad superior a la que conseguirían alquilando el inmueble por medios tradicionales. El boyante intermediador de San Francisco permite que propietarios con apartamentos o incluso habitaciones ubicadas en zonas turísticas o de elevado tránsito obtengan un dinero relativamente fácil, y si la experiencia es positiva, la posibilidad de aumentar la rotación de inquilinos aumenta y con ella la rentabilidad obtenida al inmueble.

Todo sencillo y aparentemente seguro, pese a quea veceslas cosas se tuercen, como sucede en cualquier otro servicio de la red. Pero Airbnb cuenta con una dificultad importante: ¿a qué importe debemos alquilar el inmueble?

Un algoritmo para calcularlo

Está claro que no se trata de un arrendamiento al uso, en el cual el propietario puede acercarse a una inmobiliaria que cotejará la renta de pisos semejantes en la zona para proponer una cifra: en Airbnb es la máxima expresión de la oferta y la demanda, y cuenta además con el efecto temporadamultiplicado por cien: no es lo mismo alquilar un piso en Pamplona en enero, que hacerlo en plenos sanfermines.

Uno puede elevar el dedo al aire y arriesgarse con una cifra que considere más o menos adecuada, pero lo cierto es que siempre hay un precio óptimo que el cliente está dispuesto a pagar y que dispara la rentabilidad. Al calor de esta oportunidad, la startup Beyond Pricing promete a los propietarios prácticamente duplicar sus ingresos empleando sus servicios, en los que, cómo no, se esconde un algoritmo y mucha matemática.

El planteamiento de este proyecto que está creciendo a gran velocidad es el que hemos planteado al inicio: el precio de alquiler de corta estancia es mucho más susceptible de variar dependiendo de elementos externos de los que inicialmente pudiera tener en cuenta el propietario. Antes hemos hecho mención expresa a la temporada como elemento de mayor o menor afluencia de usuarios, pero Beyond Pricing va mucho más allá y toma como baremos no sólo la calle o barrio del inmueble, sino los acontecimientos que sucedan en el momento del alquiler en la ciudad.

Y no siempre el propietario conoce todos los eventos que tienen lugar en su entorno. “Descubrimos que una reunión de una asociación de diabéticos tuvo más impacto en el precio de los alquileres de San Francisco que el WWDC de Apple”, sostiene el cofundador del proyecto Ian McHenry.

Esta firma está prestando ya sus servicios en las principales ciudades del mundo y su utilización no puede ser más sencilla: el usuario se da de alta con su cuenta de Aribnb y el algoritmo comienza a rastrear lo que ellos llaman “la salud” del domicilio teniendo en cuenta múltiples variantes que a priori escapan al ojo humano.

Matemáticas al servicio del bolsillo

Las matemáticas en estado puro al servicio del bolsillo y reflejando con claridad que el precio de los alquileres es un elemento vivo que varía en función de muchos elementos. ¿Se nota al final de mes lograr un precio de alquiler óptimo empleando las matemáticas como criterio científico? Vaya que sí: McHenry ha comprobado que algunos propietarios han logrado incrementar sus ingresos en un 40% empleando este criterio variable que toma la temperatura en tiempo real de la relación oferta-demanda.

Citábamos al comienzo del artículo el impacto de Uber y semejantes en los transportes y el mercado inmobiliario con este tipo de iniciativas, pero parece que no lo hemos visto todo y es que según sostiene el Wall Street Journal, estaríamos en los albores de la generalización de este modelo de negocio.

El precio flexible en tiempo real podría ser más común de lo que pensamos y así, si uno se puede acoger a un billete de avión a precio chollo en el último momento, también sucedería lo mismo en la reserva de mesa en un restaurante. Y de hecho sucede, o al menos eso es lo que propone Table8, otra joven empresa de San Francisco que ofrece mesas a en los restaurantes en los que es necesario reservar con semanas de antelación, y sus propietarios ven cubiertas esas bajas de última hora. Como el overbooking, pero al revés...