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Office se enfrenta a la indiferencia
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La compañía apuesta por migrar a la nube

Office se enfrenta a la indiferencia

Es una compra que nadie discute: la partida para Office es un gasto tan asumido como lo puede ser la luz o el agua. Ahora bien ¿es realmente necesario?

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Es una compra que nadie discute en la empresa. La partida que se dedica a la compra de licencias de Office es un gasto ya tan asumido como lo puede ser la luz o cualquier otro suministro. Ahora bien ¿es realmente necesario? Microsoft se hizo de oro en un mercado de cuasi monopolio vendiendo licencias de software tanto de Windows como de Office, ambos productos con una hegemonía prácticamente insultante. Los particulares que se aventuraban con nuevas plataformas o suites de ofimática marginales eran vistos como unos auténticos bichos raros.

No hace tanto tiempo era impensable adquirir un ordenador sin una licencia de la célebre suite de los de Redmond, y es que, a fin de cuentas, el grueso del uso de los PC se dedicaba a Word y las hojas de cálculo. Pero los tiempos han cambiado, y mucho, y el uso de Office se encuentra en un preocupante declive que hasta ahora no se había cuantificado, pero del que hoy conocemos el alcance: el 70% de los encuestados apenas lo usa para ver documentos y ligeros retoques.

Según este informe, uno los productos estrella de la firma fundada por Bill Gates se está diluyendo como un azucarillo por el inexorable paso del tiempo y un imparable cambio de hábitos

Este espeluznante dato se ha obtenido de un estudio llevado a cabo durante tres meses en 51 empresas de Estados Unidos en las que se consideró los datos de casi 150.000 empleados. Según este informe, uno los productos estrella de la firma fundada por Bill Gates se está diluyendo como un azucarillo por el inexorable paso del tiempo y un imparable cambio de hábitos. Hoy en día, la mayoría de los usuarios que trabajan frente a un ordenador apenas utilizan alguna de las aplicaciones de la suite, y los que lo hacen es en su gran mayoría para ver documentos adjuntos o en su caso ligeras ediciones de los mismos.

Dicho de otra manera, las empresas están gastando un buen pico cada año en un producto que apenas se usa, y como quiera que es un coste asumido y que viene de lejos, nadie se ha planteado una pregunta lógica: ¿alguien utiliza el producto?

Lo cierto es que buena parte de las empresas podrían ahorrarse esta inversión en licencias, a tenor del estudio, sin que hubiera un impacto real en el funcionamiento de la empresa. Smartwatch destaca que los empleados apenas dedican de media 48 minutos al día a cualquiera de las herramientas de Office y de ellas, el grueso del uso se lo lleva Outlook.

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¿Qué sobrecoste implica esta compra excesiva? Forbes se ha mojado y explica que en algunas firmas puede suponer un desembolso anual de 240 dólares por empleado para un uso medio mensual de apenas 5 horas. Un despilfarro inexplicable que a raíz del informe estará encima de la mesa a la hora de confeccionar los próximos presupuestos anuales.

Microsoft lo sabe

En la firma capitaneada por Satya Nadella son conscientes de que están ante un cambio de modelo en el que la venta de software en caja está en los últimos estertores y el futuro está, como era de esperar, en la nube. Así, Microsoft está haciendo todo lo posible por migrar su base de clientes a Office 365, una versión de la suite ubicada en servidores remotos que permite la sincronización de los documentos con la nube, o bien directamente la creación y edición de los mismos desde el navegador.

Se trata, en definitiva, de ofrecer un producto de características muy similares a Google Docs, pero convenciendo a su cartera de clientes que paguen por ello. Este aciago panorama para la venta de licencias que tanto dinero ha aportado a las arcas de Microsoft ha contado además con la atropellada irrupción de los tablets que se han convertido en el peor enemigo de los PC. En este sentido, la firma de Nadella salió recientemente al mercado con la esperada versión de Office para el iPad: un lanzamiento excesivamente tardío para muchos pero que hay que entender precisamente dentro de esta migración de usuarios a 365.

Ante el panorama presentado por el estudio, Techworld sugiere que el paso lógico que darán las empresas a corto plazo será el de recortar el gasto superfluo de este elevado porcentaje de usuarios que apenas toca Office e iniciar una transición hacia suites ofimáticas gratuitas en la nube como el producto de Google. Como puede apreciarse, la llegada de Nadella a los mandos de Microsoft no ha podido llegar en un momento más delicado y le toca dirigir el cambio de modelo de uno de los negocios de la empresa, la venta de software, que más peso ha tenido históricamente en la misma.

Es una compra que nadie discute en la empresa. La partida que se dedica a la compra de licencias de Office es un gasto ya tan asumido como lo puede ser la luz o cualquier otro suministro. Ahora bien ¿es realmente necesario? Microsoft se hizo de oro en un mercado de cuasi monopolio vendiendo licencias de software tanto de Windows como de Office, ambos productos con una hegemonía prácticamente insultante. Los particulares que se aventuraban con nuevas plataformas o suites de ofimática marginales eran vistos como unos auténticos bichos raros.

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