Grandma Betty, la abuela con cáncer terminal que enamora a Instagram

Se les va de las manos. Betty, una octogenaria del estado de Indiana libra una batalla ya perdida contra el cáncer. En esta enfermedad, como en tantas otras, depende de qué lado caiga la moneda para que la esperanza se haga fuerte y a ella se aferren el afectado y los suyos. Es una guerra en la que se da todo, hasta el último suspiro. Pero el azar quiso que la moneda cayera del lado equivocado para la entrañable Betty, o Grandma Betty, como la conocen cariñosamente en casa.

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La sentencia está dictada y con el desahucio por parte de los médicos no queda sino disfrutar de cada segundo con los suyos. El tiempo, ése que nos atenaza a cada instante cobra de repente un inesperado valor, el del bien escaso y llamado a desaparecer.

Nuestra protagonista ha vivido mucho y le acompañan tres generaciones que le alegran cada día la mañana. En el último eslabón de esta cadena en vida se encuentra su bisnieto Zach Belden, un adolescente que vive los vaivenes propios de la edad, pero en su tormenta interna siempre tiene un hueco, el más valioso, para su bisabuela.

Un día se le ocurrió: ¿por qué no crear una cuenta en Instagram con el perfil de la abuela e inmortalizar estos días en tiempo de descuento para la comunidad? Dicho y hecho. grandmabetty33 fue una realidad y pronto llegaron los likes, y con ellos, los seguidores.

En una red acostumbrada a los selfies, fotos de pies y comida, ver una adorable anciana sonreír mientras la vida se le escapa entre los dedos es una dosis de humanidad tan escasa como necesaria.

La red volcada con la abuela

Las primeras apariciones de Betty en Instagram con sus pelos despeinados y mirada despistada fueron motivo de chanza y comentarios jocosos. Cachondeo de rutina para los habituales de esta red social. Pero aquella mirada inocente y aferrada a la vida transformó el pitorreo en respeto, y éste transmutó en cariño y admiración.

"La abuela no se encuentra bien hoy", podemos leer en el pie de foto y nuestra luchadora tapada con una manta hasta el cuello pone su mejor cara ante el reto planteado por su bisnieto. Pero Zach no baja el pistón y al día siguiente nos regala una imagen de Grandma Betty sonriente ya que se encuentra mejor "tras haber comido sopa". La instantánea muestra a bisnieto, Betty y Harley, el perro de la familia, mirando atentamente a la cámara.

Fotos y vídeos: Betty puede con todo, con dientes o sin ellos, nuestra estrella siempre tiene algo que decir, cigarrillo en mano, a sus seguidores. Es precisamente el tabaco el que ha minado irreversiblemente su salud, pero ella, con todo ya perdido, se aferra a ese pequeño y pernicioso placer. Y nadie se lo impide, claro. Pero el tiempo, ese activo que se pierde, pasa ante la impotencia de todos.

Betty se encuentra cada vez peor y los días son una lucha constante contra el sufrimiento, la vida, y sobre todo, nunca perder la sonrisa. Y en este caótico cóctel bañado por el amor incondicional de los suyos ha irrumpido con fuerza Instagram.

"¿Cuántos seguidores tengo ya?"

Es la pregunta ilusionada que se hace cada mañana. Y no son pocos: en el momento en el que escribimos estas líneas se superan de largo los 160.000 followers, marcas ya de rutilantes estrellas de Silicon Valley cubiertas de glamour.

Nuestra Betty no tiene glamour, pero tampoco lo necesita. El calor de los seguidores se siente cada vez con más fuerza en casa de los Belden que han encontrado un inesperado apoyo en estos momentos tan inciertos. Mensajes de solidaridad y amor que llegan desde Nueva Zelanda o Corea del Sur, y que son leídos pausadamente por Zach.

Uno de los vídeos nos deja un buen legado de Grandma Betty: su nieto le pregunta cuál es la lección más importante que ha aprendido en la vida ¿La respuesta? "Ser bueno con el prójimo y amarle". "¿Es eso todo?", pregunta su bisnieto móvil en mano. Betty asiente convencida: "Sí".