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Yoani Sánchez: "Cuba le debería hacer un monumento a la memoria flash"
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LA DISIDENTE FUE LA ESTRELLA DEL CONGRESO IREDES

Yoani Sánchez: "Cuba le debería hacer un monumento a la memoria flash"

Filóloga, periodista y programadora, Yoani Sánchez (La Habana, 1975) es globalmente conocida por Generación Y, un blog atípico en todos los aspectos. Entre sus rarezas destacan el estar

Foto: Yoani Sánchez: "Cuba le debería hacer un monumento a la memoria flash"
Yoani Sánchez: "Cuba le debería hacer un monumento a la memoria flash"

Filóloga, periodista y programadora, Yoani Sánchez (La Habana, 1975) es globalmente conocida por Generación Y, un blog atípico en todos los aspectos. Entre sus rarezas destacan el estar traducido a diecisiete idiomas o sus catorce millones de lectores al mes, datos que palidecen ante una cuestión nuclear del asunto: se trata de una bitácora extremadamente crítica con el régimen cubano que se edita a pocos kilómetros del Palacio Presidencial.

Sánchez, que ha visitado Burgos esta semana como invitada del congreso iRedes, se reconoce una "activista que siempre ha funcionado como un electrón libre". También como una "bloguera y tuitera ciega", dado que no dispone de conexión a internet en su casa ni en el móvil y, aunque la tuviera, el Gobierno tiene capado el acceso a las principales redes sociales. "Es imposible que me dejen contratar internet. Mi línea de teléfono además está pinchada... el día que de ella salga un solo dato me requisan el ordenador, la casa y hasta el perro", comenta entre risas.

Tampoco puede actualizar su blog, ya que los puntos de acceso a la red son públicos y cualquier tecleo es susceptible de terminar como dossier en la mesa de Raúl Castro. Así, los artículos las dicta por teléfono a alguien de su red de 'colaboradores' -en realidad entusiastas- que viven fuera de la isla. Otra opción pasa por redactar el artículo y enviar un pantallazo de Word por correo electrónico para que alguien lo mecanografíe de nuevo, normalmente su hermana. 

Los 'tuits' los lanza vía SMS merced a una recóndita opción de Twitter que los 'smartphones' enterraron en el olvido. Cada mensaje que envía a sus 430.000 seguidores le sale por 1,21 dólares americanos o, lo que es lo mismo, la veinteava parte del sueldo promedio en la isla. Su legión de partidarios en todo el mundo se ocupa de mantener su móvil con saldo. "Y yo lo agradezco mucho, porque lo necesitamos para comunicar fuera lo que sucede en Cuba, lo que no cuentan los medios oficiales", dice la activista.

Observándola cuesta creer que un físico tan frágil albergue semejante coraje. Yoani se ha convertido en el símbolo de la disidencia cubana post 'período especial', en la versión 'oficial' de toda información no oficial. El vehículo es un manejo hábil de la tecnología que le ha permitido a esta cubana de abuelos españoles romper las barreras políticas. "Me gusta programar mi WordPress -la plataforma para gestionar el blog- e incluso he escrito un libro técnico sobre ello. No me preguntes mucho porque te cuento paso a paso todos los parámetros, ¿eh?", bromea con Teknautas.

Todo comenzó en 2007 con un homenaje a Kundera: "La vida no está en otra parte, está en otra Cuba", escribía en una entrada. Hasta entonces todo había ido bien, porque "en Cuba unos optan por la máscara y otros por el silencio. Yo era prácticamente invisible", relata. 

"Con ese 'post' comenzaron muchos de mis problemas. Abrí el blog sin calcular lo que eso significaría para mi vida. Para principios del año siguiente ya estaba disfrutando y padeciendo todo lo que implica en un país como el mío decir a cara descubierta, el número de carnet de identidad y hasta una foto lo que uno piensa. Desde entonces trato de vivir con la amenaza de un régimen totalitario que puede eliminarte con solo un '¡chas!'. Y no solo eres tú, también es tu familia", explica en el evento de burgalés, cuya asistencia le ha costado diez años de peticiones a un Gobierno que habría cedido "por agotamiento".

Sánchez, casada con el también activista Reinaldo Escobar, ha sufrido picos de intensidad en su tira y afloja con el Gobierno. Después de muchos avisos, en 2009 Yoani Sánchez denunció haber sido detenida y posteriormente maltratada por la policía oficialista. Cuba desmintió la acusación y presentó al matrimonio como un "enemigo de la Revolución". Escobar conminaría después a un acto público de conciliación al presunto agresor en un episodio que desembocó en su linchamiento a manos de la turba castrista. 

Un año después la activista vuelve a denunciar agresiones, esta vez con el respaldo del sonido grabado por un móvil pícaramente activado cuando las cosas comenzaron a ponerse feas. "Lo grabé y lo publiqué; tienen que dejar de existir en Cuba esas 'habitaciones sin ley'", dice Sánchez. Fue por entonces que su fama le complicó a Raúl Castro las medidas más drásticas y viró hacia una política de descrédito, hostigamiento verbal y seguimiento de la pareja. El sistema, sostiene Yoani, crea perfiles falsos en las redes sociales para difundir la teoría de que Sánchez trabaja para Estados Unidos o para España, a la que Castro afea los numerosos premios que le ha otorgado.

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Yoani camina por los pasillos del Forum de Burgos distraída en compartir fotos con un 'smartphone' fugaz, que se desvanecerá al cruzar el Atlántico de vuelta. Algunos visitantes, bastantes, le piden que no regrese a Cuba dando por merecido un descanso de la Revolución. Ella siempre sonríe, recuerda que ya estuvo una vez proscrita para entrar en la isla y que si lo volviese a estar "sería la primera en regresar en una patera". Se muestra convencida de que el régimen "de octogenarios" que gobierna en Cuba tiene los días contados. Si tiene que huir, será hacia adelante: "Voy a seguir escribiendo porque, si lo dejo, las represalias serán mucho peores".

La mayoría de lo que sabe de su Gobierno lo obtiene de las memorias flash que sus colaboradores le traen en las visitas, cargadas de información sobre Cuba de la prensa internacional. "Informadnos desde fuera. Mandadnos información que debamos saber por SMS. No os preocupéis, nosotros sabremos gestionarla", le implora al auditorio del congreso. "Es más, si Cuba quiere levantarle un monumento a algo que hizo el país más democrático y libre, ésa estatua ha de ser para la memoria flash". 

Con respecto a la muerte de Hugo Chávez en la Habana, Sánchez cree que el sistema bolivariano "se está derrumbando. Un régimen tan personalista como el chavismo no sobrevivirá a su líder". No ve tan clara la desvinculación entre ambos estados: "los cubanos están divididos con Chávez, porque saben los subsidios tan importantes que llegan a Venezuela, pero también ven en la muerte de Chávez un catalizador para el cambio". 

Para un cambio que debe incluir "a todos los agentes de la sociedad civil" y que "no tendrá un momento fijado, sino que un día miraremos atrás y diremos "uh, ¡cambió!'"

Filóloga, periodista y programadora, Yoani Sánchez (La Habana, 1975) es globalmente conocida por Generación Y, un blog atípico en todos los aspectos. Entre sus rarezas destacan el estar traducido a diecisiete idiomas o sus catorce millones de lectores al mes, datos que palidecen ante una cuestión nuclear del asunto: se trata de una bitácora extremadamente crítica con el régimen cubano que se edita a pocos kilómetros del Palacio Presidencial.