Pero... ¿Para qué sirve el iPad?

El virus está inoculado. Steve Jobs, por encima de todo, es un maestro en el escenario. Supo enseñar lo suficiente -que no todo- del nuevo producto iPad de forma que toda la red se debate sobre lo presentado la pasada semana. Muchos critican al iPad, otros lo idolatran, unos lo comprarán y otros lo ridiculizan, pero todos hablan del dispositivo y la mayoría de los usuarios no saben muy bien para qué sirve. La teoría la conocemos: es un tablet (o lo que es lo mismo, un portátil sin teclado y con pantalla táctil), aunque también ha sido calificado como un iPhone sobredimensionado. Corre precisamente el sistema operativo de este móvil, es endemoniadamente rápido, cuenta con una generosa pantalla de una gran calidad y su batería dura hasta diez horas. Entre lo negativo, no soporta flash (con lo cual, muchas webs se verán incompletas), no parece que sea multitarea, y Apple se ha dejado en la gatera la cámara de fotos y vídeo.

Una nueva categoría

Pasado el embrujo de la presentación y con los datos en la mano, quien más, quien menos, se estará preguntando si merece la pena comprar el iPad, y como apuntábamos más arriba, la mayoría de los usuarios no saben muy bien para qué sirve. Este estado de confusión generalizado, sin embargo, no es nuevo. Sucedió en el pasado con el iPod y también, en menor medida, con el iPhone. No sabemos a ciencia cierta si necesitamos un producto de estas características por un claro motivo: Apple va un paso por delante del usuario y crea la necesidad, no responde a ella. Es decir, que tal y como sucedió con el iPhone, un grupo de pioneros comenzará a utilizar el dispositivo y descubrirá todo lo que se puede hacer con él, dejando que el resto descubra esta nueva necesidad y corra a satisfacerla. Apple se adelanta a la competencia e inaugura una nueva categoría en la que por el momento, están solos los de Cupertino, y la experiencia nos dice que no suelen errar en este tipo de aventuras. Funcionalmente, se puede afirmar que no hay nada nuevo que los creadores del iPhone hayan inventado: los tablets existen desde hace años, pero en lo que respecta a cómo se ha concebido y pensado el producto, Apple ha vuelto a innovar.

iPad como herramienta de ocio

Posiblemente el ocio sea su hábitat natural, pero que nadie se lleve a engaño: el dispositivo de los californianos tiene mucho margen para la sorpresa y no nos debería extrañar que en breve lo viéramos como un must-have entre el usuario corporativo. En la demo hecha por Jobs, el carismático líder de Apple recreó una situación en la que muchos nos encontramos en los momentos de asueto en el hogar: recostados en el sillón y navegando por la web, o leyendo un libro. Ahí, el iPad supera a cualquier otro dispositivo que existe en la actualidad en el mercado. No se requiere de un teclado ni ratón: todo lo manejamos con los dedos, en una pantalla lo suficientemente amplia como hacerlo de una forma cómoda y desahogada. Con un peso bastante inferior a un kilo y un grosor que apenas supera el centímetro, el iPad no molesta entre los dedos y podemos emplearlo indistintamente de forma vertical o apaisada para aprovechar mejor el contenido. El iPad es un dispositivo sensacional para leer el periódico, ver vídeos o navegar por la red. También es perfecto como lector de libros electrónicos, aunque muchos defensores de los Kindle de Amazon y similares, argumenten que al no contar con una pantalla e-ink, la lectura sea más cansada.

¿Un killer en el trabajo?

Ya saben que en Apple no se da puntada sin hilo y en la presentación, Phil Schiller, director de marketing de la compañía, hizo una extensa demostración de la suite ofimática iWork, en una versión especialmente adaptada para las peculiaridades del terminal. Quedó patente que los de Cupertino no sólo no renuncian a un uso profesional del dispositivo, sino que posiblemente pretendan 'robar' cuota de mercado a los denostados netbooks. En este sentido, sólo Steve Jobs puede atreverse a ridiculizar un producto que está vendiéndose como los churros. Genio y figura. Y no lo hizo sin argumentos: el iPad junto con un teclado (también presentado en San Francisco) puede dejar en una situación muy comprometida no sólo a los netbooks, sino también a buena parte de los portátiles. En su favor juegan una serie de bazas de peso: la batería dura hasta 10 horas (una jornada laboral completa), el sistema operativo es casi instantáneo y el dispositivo cuenta con la friolera de 140.000 aplicaciones disponibles para su descarga, contando además, buena parte de ellas con un precio inferior a un euro. Sus detractores afirman que no dispone de multitarea, algo que no ha quedado muy claro en la presentación, pero lo cierto es que el 90% de los usuarios que viajan, utiliza sus ordenadores para consultar el correo navegar por la red sin mayores complicaciones, y ahí nos adentramos en aguas donde el iPad se bandea a la perfección. Polémico, controvertido, pero profundamente Apple, propios y ajenos esperan ansiosos la llegada de la primavera para conocer las impresiones de los primeros usuarios. Podemos decir sin temor a equivocarnos, que Apple la ha vuelto a liar.