Cómo llenar de comida los platos de 2.000 niños y niñas en España

El acceso de la población a recursos básicos como la alimentación constituye uno de los grandes retos que afronta el mundo en la actualidad; también en los países desarrollados. Durante el pasado año, el 27,8% de la población española se encontraba en riesgo de pobreza o exclusión social, según la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) publicada por el INE. Dentro de este porcentaje, un 8,3% se enfrenta a una situación de carencia material y social severa. La última Encuesta de Población Activa, referente al último trimestre de 2022, también apunta que el 19% de los hogares se encuentra en situación de vulnerabilidad, incapaces de afrontar los gastos necesarios para satisfacer necesidades tan básicas como la alimentación de sus hijos.

Durante los últimos meses, la subida del precio del gas, la electricidad y el encarecimiento de los alimentos y otros bienes de primera necesidad han agravado este problema, haciendo que llegar a fin de mes se haya convertido en una tarea muy complicada para 1,5 millones de hogares con niños y niñas en nuestro país, según datos de Aldeas Infantiles SOS. “La pobreza infantil en España es un problema estructural que se ha mantenido incluso en épocas de crecimiento económico. La carencia de políticas preventivas, la ausencia de una prestación universal y una inversión en infancia insuficiente contribuyen a que la tasa sea una de las más altas de Europa”, destaca Mónica Revilla, directora de comunicación de la organización internacional sin ánimo de lucro.

Familias monoparentales, las más afectadas

Esta situación de emergencia social ha complicado la vida de muchas familias, pero su incidencia es mayor cuando entre sus miembros hay niños. “Los hogares con hijos e hijas menores de edad son más vulnerables que aquellos en los que solo hay adultos. El 26,6% de los primeros se encontraba en situación de pobreza en 2021 frente al 16,6% de los segundos. Sin embargo, la peor parte se la llevan sin duda las familias monoparentales, en las que la tasa de pobreza es del 45,5%”, señala Revilla. Dentro de esta última tipología, también existe una diferencia importante según el género del encargado del hogar. Cuando la cabeza de familia es una mujer, la tasa de pobreza se eleva hasta el 81,9%, según datos de la ECV 2021. En total, uno de cada tres niños en nuestro país se encuentra en situación de pobreza extrema.

En las familias monoparentales, la tasa de pobreza es del 45,5%. Cuando la cabeza de familia es una mujer, el porcentaje se eleva hasta el 81,9%

Si bien erradicar totalmente la pobreza infantil es un problema difícil de solventar a corto plazo, las circunstancias actuales requieren actuaciones urgentes e inmediatas para proteger a las familias más vulnerables. Dentro de las últimas iniciativas emprendidas con este fin, Aldeas Infantiles SOS ha puesto en marcha la campaña #EmergenciaEnCasa, con la que pretende recaudar fondos para poner comida en la mesa de al menos 2.000 niños y niñas españoles en situación de pobreza extrema. “Nuestro objetivo es que las familias puedan acceder a una alimentación variada y sana que cumpla unos requisitos mínimos nutricionales para sus hijos e hijas, que incluya alimentos frescos y carne o pescado al menos dos veces por semana”, apunta Revilla.

La iniciativa -operativa ya en la página web de Aldeas Infantiles-, propone a los ciudadanos realizar donaciones que se transformarán en bonos canjeables por alimentos o productos de primera necesidad en cualquier supermercado. “Hemos creado kits de emergencia por un importe de 150 euros para cubrir la alimentación de un niño o niña durante un mes, de 60 euros para diez días y de 40 euros para una semana. Cada uno puede colaborar con el importe que considere”, detallan desde la organización. De esta forma, se ofrecen opciones para que, según las posibilidades de cada familia o individuo, todos puedan aportar su granito de arena para paliar la situación y mejorar la calidad de vida de la población infantil.

Bonos canjeables por alimentos

Estas donaciones servirán para que las familias en situación de pobreza extrema puedan asegurarse el suministro de alimentos y otros productos básicos. “Así, la familia hace su propia compra como cualquier persona y evitamos esas 'colas del hambre’ que tanto estigmatizan”, destaca Revilla. Esta fórmula también permite que cada familia adapte su cesta de la compra a sus necesidades particulares, teniendo en cuenta la edad, la existencia de alergias o intolerancias alimentarias y los gustos de los menores.

El reto de la campaña emprendida por Aldeas Infantiles es recaudar fondos para garantizar la compra de alimentos básicos a un total de 2.000 familias españolas. De esta forma, también se contribuye a reducir la presión económica que sufren estas familias para hacerlas más fácil afrontar otros gastos cotidianos básicos, como la factura de la luz o el gas, o la compra de material escolar para que estos niños y niñas sigan recibiendo una educación de calidad, independientemente de la situación económica de su hogar.

Las donaciones enmarcadas en esta campaña son una herramienta para que la colaboración ciudadana contribuya a mitigar los efectos de la pobreza infantil. Sin embargo, erradicar el problema requiere de acciones que permitan ampliar los sistemas de protección social y realizar cambios a nivel estructural para garantizar un estado del bienestar real y sostenible a largo plazo. “Es preciso dar a la infancia la relevancia a nivel presupuestario y abordar la pobreza infantil de forma integral, atendiendo no solo a asegurar unos ingresos mínimos sino a garantizar su derechos fundamentales como son el derecho a una vivienda digna con una temperatura adecuada y a una educación en igualdad de oportunidades”, concluye Revilla.