Iberia agasaja a la comitiva del Papa en su despedida de Madrid

Una botella de vino y una de aceita para cada pasajero, el escudo de Benedicto XVI bordado en las cabeceras de los asientos, un menú de lujo en el avión y la visita personal del presidente de Iberia, Antonio Vázquez, al séquito papal. La despedida del pontífice de Madrid ha estado acorde con los fastuosos actos que ha protagonizado en la capital gracias a la compañía aérea.

Mientras el avión sobrevolaba la península, realizando un recorrido que pasó por Cuenca y Valencia y abandonó el espacio aéreo nacional por las islas baleares, los invitados pudieron degustar un delicioso menú. Lomo de salmón ahumado, langostinos marinados y aguacate con vinagreta de jengibre y roast beef de solomillo de cebón con salsa romesco fueron los platos principales con que Iberia agasajó a los 52 periodistas que acompañaban a Benedicto XVI. El pontífice, sin embargo, no los probó ya que nunca come en los aviones. Tampoco quiso saborear los postres, que consistían en mousse de frutos rojos con bizcocho ligero y gelatina de frambuesa acompañado de frutos secos.

El comandante encargado de hacer llegar a buen puerto a un avión repleto de pasajeros agotados pero felices fue Lisardo Pérez Ramírez, al que acompañaban once tripulantes de cabina y otros dos pilotos.

Durante todo el viaje, durante el que se consumieron 13.000 litros de combustible, dos F18 españoles escoltaron a la nave pegados a las alas para salvaguardar la seguridad del pontífice y la de todos sus acompañantes.