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Esperanza Aguirre busca catedráticos para su Bachillerato de Excelencia
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HA DECIDIDO ELEGIR A SUS PROFESORES 'A DEDO'

Esperanza Aguirre busca catedráticos para su Bachillerato de Excelencia

Se busca catedrático de prestigio. Requisitos: vocación acreditada, larga experiencia en la enseñanza de bachilleres, título de doctor, cierto gusto por la competición académica y grandes

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Esperanza Aguirre busca catedráticos para su Bachillerato de Excelencia

Se busca catedrático de prestigio. Requisitos: vocación acreditada, larga experiencia en la enseñanza de bachilleres, título de doctor, cierto gusto por la competición académica y grandes dosis de entusiasmo. Esperanza Aguirre lo tiene claro. Lo dijo el primer día. Para este proyecto no sirve cualquier docente. Sólo aquellos que estén dispuestos a sacar a la educación madrileña del letargo.

Por eso sigue buscando profesores para su centro de alto rendimiento. Por eso y porque las cosas de palacio van despacio, y las de la Administración mucho más. Todavía está por ver si este perfil profesional dará juego y los catedráticos con título de doctor serán capaces de ganar la partida a la mediocridad, pero los interesados están a tiempo: sólo tienen que llamar y enviar su CV a la consejería de Educación.

Les esperan 100 alumnos ilusionados. Los mejores estudiantes de la enseñanza pública madrileña. Todos con una nota media mayor o igual a 7 en la prueba de conocimientos y destrezas indispensables de 3º de la ESO y una nota mayor o igual a 8 en materias fundamentales de 4º, Lengua y Literatura, Matemáticas, Lengua Extranjera y Geografía e Historia.

Son los 100 primeros escolares de una larga lista que supera el millar y que mañana jueves disputará en el instituto La Paloma el Premio Extraordinario de Secundaria. Para los 25 primeros, los ganadores, habrá recompensa económica, viaje cultural por Europa y la posibilidad de engancharse al que pretende ser a partir de septiembre el buque insignia de la educación madrileña, el llamado Bachillerato de Excelencia; los siguientes 75 también podrán terminar sus estudios, si así lo desean, en el Instituto San Mateo, que este año arranca, de manera experimental,  con dos áreas de conocimiento: Tecnología y  Humanidades. En total, 100 plazas.

Parece que la convocatoria estudiantil ha sido todo un éxito. “Pero ahora queda lo más difícil, no defraudar a esos chicos y a sus familias”, reflexiona la viceconsejera de Educación, Alicia Delibes, matemática. O lo que es lo mismo: no errar en la elección de los docentes.

Por eso, y porque la ley lo permite, para disgusto de los sindicatos, Esperanza Aguirre ha decidido usar el dedo para elegir a sus profesores. Al menos este año. Pero no lo hará sola. Contará con el respaldo de un reputado grupo de intelectuales de prestigio, entre ellos, la científica Margarita Salas, el poeta Luis Alberto de Cuenca, el historiador Juan Pablo Fusi y la filóloga Inés Fernández-Ordoñez. Serán ellos lo que digan qué profesionales reúnen los méritos suficientes para enseñar a los más capaces.

Estimular la competencia

No habrá, pues, traslados. Ni baremo público de méritos. La consejería de Educación ha optado por la comisión de servicio para constituir el claustro. Así fue elegido el director del centro, Horacio Silvestre, doctor en Filosofia y Letras, catedrático de Latín y hasta este año jefe del departamento de Latín y Griego del Instituto Camilo José Cela, y así serán seleccionados el resto de docentes. Todos ellos verán recompensada su dedicación con un plus.

San Mateo, ubicado en el castizo barrio de Malasaña y de obras estos días para darle un urgentísimo lavado de cara, abrirá mañana y tarde. De esta manera, los alumnos podrán completar su formación curricular obligatoria con disciplinas deportivas, musicales y teatrales. La oferta será a demanda y el objetivo, que su aprendizaje sea lo más completo, rico y estimulante posible. Por eso, también acudirán investigadores universitarios, eméritos y en activo, a impartir clases magistrales.

San Mateo no ofrecerá un bachillerato internacional como hace el Ramiro de Maeztu, de Madrid, o el Matías Bravo, de Valdemoro, coordinados por la oficina de Ginebra, pero el objetivo es que haya un intercambio de ideas y actividades con estos centros.

Es conocido por todos que los sindicatos CC.OO y UGT rechazaron desde el primer día el proyecto, por elitista. Lucía Figar y su equipo se defienden de las críticas advirtiendo que el plan no sólo pretende dar una salida académica a los mejores currículos, sino, y sobre todo, estimular la competencia entre los demás centros públicos. Desde que Esperanza Aguirre hizo pública esta iniciativa, numerosos directores de instituto se han acercado a la calle de Alcalá para apuntarse al carro de la excelencia.

En la misma dirección camina el decreto de autonomía de los centros, aprobado el pasado 22 de junio, que concede libertad  para programar el 35% del curriculo a partir del curso 2012/2013 y cuyo desarrollo será aprobado mañana en consejo de Gobierno.

Se busca catedrático de prestigio. Requisitos: vocación acreditada, larga experiencia en la enseñanza de bachilleres, título de doctor, cierto gusto por la competición académica y grandes dosis de entusiasmo. Esperanza Aguirre lo tiene claro. Lo dijo el primer día. Para este proyecto no sirve cualquier docente. Sólo aquellos que estén dispuestos a sacar a la educación madrileña del letargo.

Aguirre Newman