La insólita (y rentable) relación entre Suecia e Ikea que une negocios y geopolítica

Ikea es una empresa que está en los hogares de todos. La firma sueca ha cultivado una imagen de marca moderna y barata al mismo tiempo que ecológica y sostenible. Sus muebles, antes de ser baratos, son llamativos por el diseño atrevido y el uso de los colores. Sus tiendas se han convertido en centros de entretenimiento, con cafés, restaurantes y tiendas de productos suecos. Fundada en los años 40 por Ingvar Kamprad, un empresario que se sumó al naciente mercado de venta de muebles desmontables por correo. La empresa supo aprovechar de las buenas relaciones de Suecia con los países del bloque comunista para producir ahí a un precio competitivo y desbaratar a la competencia.

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Inés Gutiérrez

Con 466 tiendas en 63 países, Ikea se ha convertido en un sinónimo de la promoción de la cultura y de los valores suecos. Los colores de su logotipo son los colores de la bandera de Suecia. Los a menudo impronunciables nombres de sus productos hacen referencia a lugares escandinavos y las cafeterías de sus tiendas han popularizado los productos de la gastronomía nórdica.

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Ikea se ha convertido en un partner estratégico incluso para el gobierno de Oslo, que considera la expansión de la firma una oportunidad para la promoción de sus intereses. La empresa también se ha enfrentado a cuestiones laborales y medioambientales que sin no le han impedido convertirse en la principal empresa para la decoración del hogar en el mundo.