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La UE y Reino Unido deciden seguir negociando la relación futura a contrarreloj

La presidenta de la Comisión Europea y el primer ministro británico acuerdan que las conversaciones continúen sin establecer una fecha límite

Foto: El 'premier' británico, Boris Johnson, y la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen. (EFE)
El 'premier' británico, Boris Johnson, y la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen. (EFE)

Nadie esperaba otro resultado de la conversación que este domingo mantenían Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea (CE), y Boris Johnson, primer ministro británico: las negociaciones para intentar alcanzar un acuerdo entre la Unión Europea y el Reino Unido para las relaciones futuras seguirán en marcha esta semana en Bruselas. Ambos líderes, que mantuvieron una cena de trabajo el miércoles, se marcaron el domingo como la fecha clave para decidir si seguían las conversaciones o decidían que no tenían futuro.

Ambos líderes han emitido una declaración conjunta en la que calificaron de "útil" la llamada. "A pesar del agotamiento tras casi un año de negociaciones, a pesar del hecho de que los plazos se han incumplido una y otra vez, creemos que en este momento es responsable hacer un esfuerzo adicional", han señalado ambos líderes.

"En consecuencia, hemos encomendado a nuestros negociadores que continúen las conversaciones y vean si se puede llegar a un acuerdo incluso en esta etapa tardía", subrayan en la declaración conjunta. Las conversaciones continuarán en la capital comunitaria, donde se han estado desarrollando desde el pasado domingo, a pesar de que a lo largo de todo el proceso la costumbre ha sido ir alternando el escenario de las conversaciones entre un sótano en Victoria Street, en Londres, y en el centro de conferencias Albert Borschette, en Bruselas.

Foto: La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya. (EFE)

Las negociaciones están atascadas en los mismos tres puntos prácticamente desde que comenzaron. Por un lado está la pesca, un asunto con muy poco peso económico sobre el PIB del Reino Unido, pero muy simbólico para Johnson y con mucho impacto electoral, ya que las circunscripciones pesqueras, muy euroescépticas, son claves para el líder conservador. Al mismo tiempo, Emmanuel Macron, presidente francés, también considera este punto como políticamente importante: los roces y rivalidades entre los pesqueros británicos y franceses son históricas, y para el líder galo este asunto es electoralmente muy sensible.

El segundo asunto clave es la igualdad de condiciones, es decir, garantizar que el Reino Unido y la Unión Europea compiten con unas reglas más o menos similares. Es el precio que Bruselas pone al hecho de que Londres pueda tener un acceso sin precedentes al mercado interior para un país tercero: si se le ofrece esa alfombra roja, lo mínimo, entiende el equipo comunitario, es que haya garantías de que no va a haber una competencia desleal.

En este aspecto la igualdad de condiciones se divide entre el régimen de subsidios y ayudas de estado, para evitar que el Gobierno británico ofrezca unas ayudas a sus empresas que haga que no se produzca una competencia justa entre las compañías europeas y las británicas, y por otro lado los estándares laborales y medioambientales.

Conectado con este punto está el asunto de la gobernanza del acuerdo, es decir, cómo garantizar que se cumplen por ejemplo esos criterios de igualdad de condiciones, y cubre desde de qué forma garantizar que el acuerdo está "vivo", es decir, que los estándares van evolucionando con el tiempo de forma que no se produzca una rebaja de los estándares “por defecto” (por ejemplo, que la Unión Europea aumente su exigencia en materia medioambiental a sus compañías, pero que no lo haga el Reino Unido, dando así cierta ventaja a sus empresas), hasta de qué forma se pueden aplicar las represalias en caso de que una parte incumpla sus compromisos.

A diferencia de en las anteriores ocasiones, Von der Leyen y Johnson no han establecido ninguna fecha límite para volver a tomar el pulso a las conversaciones, pero lo cierto es que el tiempo se está agotando. Este lunes comienza el último Pleno del año del Parlamento Europeo, aunque la Eurocámara ya se ha mostrado dispuesta a celebrar una sesión extraordinaria a finales de año para ratificar el acuerdo.

Sin embargo, la Eurocámara tendría muy poco tiempo para analizar el texto y que cumpliera con los procesos requeridos. Existen otras posibilidades, como que la UE aplique provisionalmente el acuerdo, permitiendo que el Parlamento Europeo haga el escrutinio con el tiempo suficiente, votando ya en 2021, algo que permitiría retrasar la fecha para alcanzar un acuerdo hasta bastante avanzado diciembre.

Nervios en Londres

A diferencia del año pasado, Johnson sabe que esta vez es el dueño de su propio destino. Si el primer ministro británico decide finalmente que el Reino Unido deja el período de transición a finales de diciembre sin un acuerdo comercial, la oposición laborista ya no tiene ninguna vía para detenerlo porque los conservadores cuentan ahora con mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes.

Incluso dentro del propio Gabinete, se dice que ministros que votaron en su día por la permanencia en el bloque, incluidos Ben Wallace y Robert Buckland, apoyan ahora al líder tory al considerar que los términos ofrecidos por la UE son inaceptables.

En privado, sin embargo, hay nerviosismo. De cara a la galería hay que mostrar ahora unidad, pero, de puertas para dentro, sobre todo, el responsable del Tesoro, Rishi Sunak, está preocupado por las consecuencias de lo que supondría un Brexit duro económico para un país ya en recesión y, al que la pandemia, le llevará a acumular este año el mayor agujero presupuestario en tiempos de paz.

placeholder La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen
La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen

Un ministro del gabinete, que antes del fin de semana pensaba que había un 80% de posibilidades de un acuerdo, ahora cree que está más cerca del 30%. Por su parte, Rebecca Ellis, la sherpa del primer ministro en la UE, pone las posibilidades en un 20%.

El miércoles, el cuerpo del funcionariado, mantendrá un simulacro de "no pacto" para preparar al país ante cualquier desenlace. En cualquier caso, el hecho de que las negociaciones no se hayan cancelado ofrece aún un hilo de optimismo. Según una fuente gubernamental, Johnson "no escatimará esfuerzos" para conseguir un pacto de última hora con la UE. "El primer ministro no dejará piedra sin remover en este proceso, pero es absolutamente claro: cualquier acuerdo ha de ser justo y respetar la posición fundamental de que el Reino Unido será una nación soberana dentro de tres semanas", dijo.

Tanto para Londres como para Bruselas el escenario más probable en este momento es el "no acuerdo". El pasado viernes por la mañana los líderes recibieron una actualización de las conversaciones por parte de Von der Leyen y, tras la breve charla, que no duró más de diez minutos, una fuente europea señaló que en ese momento el no acuerdo era ya el escenario más probable. La Comisión Europea publicó el jueves un paquete con nuevos planes de contingencia para evitar el caos absoluto en materia de transporte aéreo y terrestre, así como para permitir la continuidad de la actividad pesquera, aunque todas esas soluciones dependen de que el Gobierno británico las aplique también.

Nadie esperaba otro resultado de la conversación que este domingo mantenían Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea (CE), y Boris Johnson, primer ministro británico: las negociaciones para intentar alcanzar un acuerdo entre la Unión Europea y el Reino Unido para las relaciones futuras seguirán en marcha esta semana en Bruselas. Ambos líderes, que mantuvieron una cena de trabajo el miércoles, se marcaron el domingo como la fecha clave para decidir si seguían las conversaciones o decidían que no tenían futuro.

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