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Boris se lía en la "caótica" cuarentena entre críticas por tener dos 'ministros' en Canarias
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"Un ejemplo más de su desnortada gestión"

Boris se lía en la "caótica" cuarentena entre críticas por tener dos 'ministros' en Canarias

La decisión es un "ejemplo más de la caótica" gestión del Ejecutivo de Johnson, que no sólo golpeará a la industria turística española, sino también a los turoperadores británicos

Foto: El ministro de Exteriores británico, Dominic Raab. (Reuters)
El ministro de Exteriores británico, Dominic Raab. (Reuters)

El Ejecutivo de Boris Johnson, primer ministro británico, no ha estado entre los que mejor han gestionado la pandemia. Su estrategia a lo largo de los últimos meses ha dado numerosos bandazos, desde la idea inicial de una presunta inmunidad de grupo hasta finalmente ordenar el confinamiento, desde el incitar a consumir en los bares a forzar su cierre durante algunas semanas. El último ha sido declarar repentinamente la obligatoriedad de una cuarentena de 14 días a todos los viajeros que regresen al país desde España, una medida que golpea duramente tanto a la industria turística española como a la británica, que deja a miles de británicos varados y que ha sido criticada dentro del propio Reino Unido como "caótica" y un ejemplo más de la "desnortada gestión" del Ejecutivo de Johnson.

La medida de cuarentenas a los viajeros desde España, tomada de la noche a la mañana -con apenas cuatro horas de preparación, según fuentes en Downing Street a la cadena ITV- ha pillado de sorpresa no sólo a las autoridades españolas, que batallan ahora por excluir de la cuarentena a las islas Baleares y Canarias, sino a los propios británicos y algunos miembros del Ejecutivo. El ministro de Transporte, Grant Shapps, acababa de llegar a España ese mismo sábado cuando se anunció la medida, y deberá ahora cumplir la cuarentena cuando regrese a Reino Unido. Y no es el único: el secretario de Estado de Londres (Minister for London, subcargo del Ministerio de Vivienda) y de Asuntos de Consumo, Paul Scully, también estaba de vacaciones en España, en Lanzarote. Estos casos han hecho levantar algunas cejas: ¿es que acaso el propio ministro de Transporte desconocía que se iba a imponer la cuarentena? "Ni hecho a propósito", han ironizado desde el partido laborista en la oposición.

Foto: Los hoteleros esperaban el turismo britanico. EFE

La semana pasada, el Gobierno británico instó a sus ciudadanos a regresar a la normalidad, acelerando sus últimos planes de desescalada, pese a que Reino Unido es uno de los países europeos donde más rebrotes se están constatando y es a día de hoy el más afectado por la pandemia. La necesidad de poner en marcha de nuevo la economía ha empujado esta recta final británica, durante la que se ha insistido a los ciudadanos que, aunque con precauciones, vuelvan a los bares, a consumir e, incluso, a viajar.

placeholder Zonas con mayor tasa de nuevos contagios (ECDC)
Zonas con mayor tasa de nuevos contagios (ECDC)

Pero ese paréntesis de regreso a la normalidad apenas fue un espejismo. En menos de 48 horas, las medidas de cuarentena afectarán a los cerca de 600.000 turistas británicos ya en España, según estimaciones de la prensa británica. La decisión se tomó con tan poco margen que algunos pasajeros que abordaban su avión de regreso a Reino Unido se enteraron en el mismo avión de los nuevos requerimientos de cuarentena, relata Benjamin Butterworth, que volaba de Alicante a Londres en un vuelo de British Airways la noche del sábado.

"Caótico" y "desnortado"

Las críticas al Gobierno no se han hecho esperar. Los laboristas han criticado la medida como una "herramienta desafilada [poco efectiva]", apuntando a que serían mejores otras medidas como aumentar los test y la capacidad de rastreo del Reino Unido en los aeropuertos. Una idea compartida por el director de Asuntos Públicos de la asociación de aerolíneas Airlines UK, Rob Griggs, quien ha abogado por la introducción de pruebas diagnósticas a los viajeros en los puntos de entrada al país, lo que libraría de hacer cuarentena a las personas sanas y suavizaría el "gran revés" para el sector, ya muy afectado por la pandemia.

Nick Thomas-Symonds, el secretario de Interior del conocido como 'Gobierno en la sombra' de la oposición laborista ha afirmado que la repentina imposición de las nuevas reglas de cuarentena a última hora ha demostrado "la naturaleza caótica de la toma de decisiones" en el gobierno. En la misma línea, el secretario de Salud de los laboristas, Jonathan Ashworth, ha catalogado el repentino cambio en las normas de cuarentena para España como "francamente caótico".

Entre las críticas del laborista, miembro de una oposición en general bastante comedida hasta el momento, está la ligereza con la que se tomó la decisión, sin calcular los costes asociados no sólo personales para los miles de turistas británicos, sino también en el plano laboral (miles de personas que no podrán regresar a su lugar de trabajo en esos 14 días y que no contarán con cobertura gubernamental; de hecho, el gobierno se ha desentendido en este aspecto) y económico, con las previsibles pérdidas para los turoperadores británicos. "Puedo entender por qué el gobierno ha tomado esta decisión... Pero por supuesto que el modo en el que se ha tomado en las últimas 24 es francamente caótico", ha declarado el parlamentario laborista a la cadena Sky News.

Según el ministro de Exteriores británico, Dominic Raab, el Gobierno obtuvo los últimos datos sobre nuevos casos de coronavirus en España el viernes, las evaluó el sábado por la tarde y anunció la cuarentena esa misma tarde-noche. Es decir, cuatro horas para prepararse.

"La cuarentena a España es un ejemplo más de los mensajes contradictorios del Gobierno [de Boris Johnson]", critica duramente el editorial del periódico británico The Independent. "Se ha creado un patrón en los últimos meses; el confinamiento previo [y otras medidas de distanciamiento social], altamente efectivo, se implementó tarde y ha sido relajado demasiado pronto", elabora el diario, que incide en cómo estos mensajes contradictorios y cambios bruscos de timón están minando la confianza de los británicos en la capacidad de respuesta del Ejecutivo de Johnson para hacer frente a la pandemia.

Una respuesta, por supuesto, en la que no puede faltar el toque estrambótico propio de Johnson. A lo irónico de que el propio ministro de Transportes estuviera en España cuando se anunció la cuarentena, se añaden ejemplos anteriores, como que el asesor Dominic Cummings, considerado cerebro en la sombra de muchas de las decisiones que se toman en Downing Street, fuera pillado saltándose el confinamiento hasta en dos ocasiones teniendo síntomas del covid-19, sin que esto le trajera ningún tipo de sanción.

placeholder Caricatura que ilustra el editorial de The Independent. (The Independent)
Caricatura que ilustra el editorial de The Independent. (The Independent)

La decisión del Ejecutivo británico no sólo golpeará duramente a la industria turística española, sino también a los turoperadores británicos. La presidenta del Consejo mundial de viajes y turismo (WTTC, por sus siglas en inglés), Gloria Guevara, ha señalado que esta medida es "desastrosa" para ambos países. Los activos del turoperador TUI, lAG (dueña de British Airways), la empresa de viajes 'On The Beach' y las aerolíneas Easyjet, Wizz Air y Ryanair han caído entre un 4% y un 13% en solo una jornada.

Entre los turoperadores más afectados está TUI, de propiedad alemana pero que tiene en Reino Unido uno de sus mayores mercados, donde es el líder del sector prácticamente incontestado, tras la debacle de Thomas Cook. El director financiero de TUI para Reino Unido e Irlanda, Andrew Flintham, ha solicitado al gobierno británico una cuarentena "más matizada" que permita viajes en una suerte de "puentes turísticos" a ciertas regiones de países que presenten "pocos casos de coronavirus". En España, al menos nueve comunidades tienen una menor incidencia acumulada de nuevos contagios en los últimos 14 días por cada 100.000 habitantes, entre ellas las comunidades isleñas de Baleares y Canarias, pero también Andalucía o Asturias. Un punto que ha reconocido la propia secretaria de Estado de Sanidad, Helen Whately, aunque ha advertido que "los casos están aumentado muy rápidamente" en "otros lugares".

"Si tuviésemos una medida regional (que permita viajes a Canarias y Baleares), nos sería mucho más fácil comunicarlo a nuestros clientes", ha afirmado Flintham a la BBC.

Necesidad de actuar "rápido"

Pese a las críticas internas, el ministro de Exteriores británico Dominic Raab ha insistido en la necesidad de esa brusca decisión. El Gobierno "no puede disculparse" por "actuar rápida y decisivamente" e imponer una cuarentena "necesaria", ha defendido. "Entiendo que es un trastorno para los afectados que están en España o se planteaban ir, pero debemos ser capaces de actuar de forma rápida y decisiva para proteger al Reino Unido".

Apuntar a una rápida capacidad de respuesta es comprensible, ya que se ha acusado en numerosas ocasiones al Ejecutivo británico de retrasar la toma de decisiones necesarias para hacer frente a la pandemia, ya sea desde la necesidad del confinamiento a incluso la gestión y protección de las residencias (donde el virus ha acabado con más del 40% de las 45.750 víctimas de la enfermedad en Inglaterra y Gales). El propio primer ministro, Boris Johnson, ha admitido que el Gobierno "no entendió" la naturaleza del virus "durante semanas o meses", lo que pudo llevar a cometer errores en la estrategia.

El Ejecutivo de Boris Johnson, primer ministro británico, no ha estado entre los que mejor han gestionado la pandemia. Su estrategia a lo largo de los últimos meses ha dado numerosos bandazos, desde la idea inicial de una presunta inmunidad de grupo hasta finalmente ordenar el confinamiento, desde el incitar a consumir en los bares a forzar su cierre durante algunas semanas. El último ha sido declarar repentinamente la obligatoriedad de una cuarentena de 14 días a todos los viajeros que regresen al país desde España, una medida que golpea duramente tanto a la industria turística española como a la británica, que deja a miles de británicos varados y que ha sido criticada dentro del propio Reino Unido como "caótica" y un ejemplo más de la "desnortada gestión" del Ejecutivo de Johnson.

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