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A vueltas con el 'Iberolux': ¿es absurda la idea de un Benelux entre España y Portugal?
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Propuesta del alcalde de Oporto

A vueltas con el 'Iberolux': ¿es absurda la idea de un Benelux entre España y Portugal?

Hay cierta irritación en Portugal a resultas del 'Iberolux', esa propuesta realizada por el alcalde de Oporto, el independiente Rui Moreira, que pide cooperación entre España y Portugal

Foto: El alcalde de Oporto, Rui Moreira, el hombre detrás de la propuesta del "Iberolux". (EFE)
El alcalde de Oporto, Rui Moreira, el hombre detrás de la propuesta del "Iberolux". (EFE)

Hay cierta irritación en Portugal a resultas del 'Iberolux', esa propuesta realizada por el alcalde de Oporto, el independiente Rui Moreira, que pide cooperación entre España y Portugal usando el Benelux como modelo para buscar un título con gancho. Una propuesta muy comentada en los medios de su vecina España.

Y el resquemor se ha encendido por dos motivos. El primero, que no se entiende cómo la petición del regidor de una “estrategia coordinada” luso-española se ha terminado interpretando en España como una fusión entre ambos Estados. De nuevo a vueltas con la autonomía portuguesa, es la suerte de comentario general sobre una cuestión muy sensible en el país. El segundo motivo es la incomprensión que provoca ver a Moreira pedir algo que ya existe.

Foto: Foto: Reuters

Así que ésta es la historia de la suma de, al menos, dos confusiones de base. Conviene ir por partes para desenredarla.

Ya existe desde 1983

"Siempre creí, desde que Portugal y España tienen democracias, que deberíamos tener un Iberolux, como un Benelux". Fue ésta la frase con la que Moreira lanzó la propuesta, en una entrevista con la agencia EFE, en la que también dijo que ambos países "deberían tener una estrategia coordinada, ya que durante muchos años vivimos de espaldas con enormes sospechas y desconfianzas".

Pero lo cierto es que las espaldas se giraron en 1983, cuando se celebró en Lisboa la primera de las 'cumbres ibéricas', reuniones bilaterales luso-españolas que se celebran cada año, turnándose cada país como anfitrión. En ellas se alcanzan acuerdos relevantes para ambos Estados, como por ejemplo una "estrategia ibérica contra la despoblación” en zonas transfronterizas, uno de los principales acuerdos de la última, realizada en Valladolid. También en la cita se acordó concretar la conexión por autovía entre Braganza y Zamora.

En total se firmaron siete acuerdos y declaraciones en 22 ámbitos, como cooperación en lucha contra incendios o en cuestiones educativas. Sin olvidar que los contactos entre ambos Gobiernos son frecuentes y no dudan en aliarse para defender posiciones que benefician a ambos Estados en Bruselas, como la petición de que se mantengan los fondos de cohesión en las negociaciones sobre el Marco Financiero Plurianual (MFP) de 2021-2027.

Foto: Imagen reciente del río Tajo en su cuenca portuguesa. (Marco Antonio)

Pero hay más. Al margen de las cumbres ibéricas, existen las eurorregiones, que promueven la cooperación transfronteriza. Está por un lado la “Eurorrexión Galicia-Norte de Portugal” y EUROACE, que conecta las regiones lusas del Alentejo y Centro con Extremadura. Y también Eurociudades, que hacen lo propio a nivel local buscando beneficios para sus habitantes y que funciona entre la lusa Chaves y la gallega Verín.

Motivos suficientes para que las declaraciones de Moreira no tuviesen al principio impacto en Portugal, pero aún quedaba la cuestión de tomar como referencia a Benelux, una unión aduanera y económica creada en 1948, considerada predecesora por sus objetivos de la Unión Europea, a la que Portugal y España pertenecen desde 1985, y que ya establece esa unión económica y aduanera de la que disfrutaron de forma pionera Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo. El Benelux, de hecho, ha ido perdiendo su razón de ser ante la adhesión a de sus miembros a la extinta de la Comunidad Económica Europea (CEE), una primera versión de la UE. Así que, fundamentalmente, la referencia del alcalde de Oporto era un conglomerado previo a la UE –y más limitado-.

La Unión Ibérica, un fantasma errante

Si las palabras del alcalde pueden entenderse como simplemente una petición de profundizar aún más esas excelentes relaciones que ya existen, lo que parece del todo punto exagerado es elevarlas hasta creer que pide una fusión entre España y Portugal. Esta es la parte que hizo que en los lusos mirasen por primera vez el contenido de la entrevista, cuya interpretación en España remueve un tema muy delicado para los portugueses.

Portugal fue parte de España durante seis décadas, entre 1580 y 1640, cuando la clase gobernante lusa se rebeló contra la corte de Felipe IV. La conmemoración del levantamiento cada 1 de diciembre es fiesta nacional en Portugal, donde actualmente existe una relación de amor-odio hacia un país con el que los lazos culturales son innegables, pero que siente que muchas veces le ha mirado por encima del hombro.

Hay una relación de amor-odio hacia un país con el que los lazos culturales son innegables, pero que siente que muchas veces le ha mirado por encima del hombro.

Numerosos son los comentarios que señalan cómo los lusos pueden entender el castellano, pero los españoles son incapaces de entender frases simples en portugués, una situación evidenciada con el incremento del turismo de españoles en Portugal en los últimos años.

Por eso también ha llamado la atención una de las frases del alcalde, “hablamos un idioma que no es el mismo, pero nos entendemos”. Quizá aplique en Oporto por su cercanía a Galicia (es gallego comparte muchas palabras con el portugués), pero en el resto del país, e incluso en la zona fronteriza, cuesta encontrar bilingüismo del lado español.

Esto no hace sino apuntalar la idea de siempre hay más espacio para mejorar la cooperación, pero cada uno con sus límites. Los portugueses están especialmente orgullosos de su independencia de España, un episodio histórico que atesoran tanto como su alianza con Inglaterra en 1313 –vehemente defendida en cualquier escenario por un portugués por ser la más antigua del mundo aún vigente- y no aprecian los llamados a la Unión Ibérica o incluso Iberia, que sí ha sido defendida por compatriotas suyos ilustres como José Saramago o Fernando Pessoa. Un porcentaje pequeño dentro de un país de 10 millones de habitantes.

Hay cierta irritación en Portugal a resultas del 'Iberolux', esa propuesta realizada por el alcalde de Oporto, el independiente Rui Moreira, que pide cooperación entre España y Portugal usando el Benelux como modelo para buscar un título con gancho. Una propuesta muy comentada en los medios de su vecina España.

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