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El 'salvinazo' mantiene a Italia en vilo: ¿gobierno interino o elecciones?
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la crisis dispara la tensión en las calles

El 'salvinazo' mantiene a Italia en vilo: ¿gobierno interino o elecciones?

Italia permanece en vilo. La reunión de los partidos para negociar el calendario de la moción de censura contra el primer ministro, Giuseppe Conte, fracasó

Foto: Matteo Salvini en el Parlamento italiano. (Reuters)
Matteo Salvini en el Parlamento italiano. (Reuters)

Italia permanece en vilo. La crisis política -que estalló la semana pasada cuando el vicepresidente y líder de la ultraderecha, Matteo Salvini, puso fin a la coalición de Gobierno con sus socios del Movimiento 5 Estrellas (M5S)- se enreda y se alarga. La esperada reunión este lunes de los portavoces de los principales partidos italianos en el Senado, cuyo principal objetivo era negociar el calendario de la moción de censura contra el primer ministro, Giuseppe Conte, paso necesario para ir a nuevas elecciones, acabó en fumata negra.

Incapaces de tener una posición unánime, los portavoces y la presidenta del Senado, Elisabetta Casellati, han llegado a una única decisión: será el pleno de la cámara el que discutirá este martes en qué fecha se oficializará el fin de un Gobierno que 'de facto' ya no existe. Una circunstancia que, salvo sorpresas de último minuto, amenaza con ralentizar el calendario de divorcio entre el M5S y la Liga de Salvini, quien insiste en volver a las urnas lo antes posible confiado en la ventaja que le dan sondeos y pese a la oposición sus antiguos socios y de varios parlamentarios del progresista Partido Democrático (PD).

Foto: Salvini, de tour por las playas italianas. (Tony Vece/EFE) Opinión

Salvini no tiene fácil salirse con la suya. El pasado sábado, el PD comunicó que no apoyará al primer ministro Conte en la moción de censura y que, además, pretende que se discuta otra moción para desautorizar a Salvini como ministro de Interior. Una táctica política que tiene como objetivo, según analistas, evitar que el Gobierno actual siga en funciones en la eventualidad que se celebren comicios.

Contra los "nuevos bárbaros"

A esta primera fase de la crisis le seguirá el período de consultas del presidente de la República, Sergio Mattarella, quien antes de proceder a la convocatoria de nuevas elecciones intentará encargar a otra fuerza política que forme gobierno o incluso podría nombrar un gobierno técnico que esté en funciones de forma temporal para dar margen de maniobra a los tiempos electorales.

En cualquiera de estos dos escenarios, el nuevo gobierno debería contar con el apoyo de la mayoría de diputados y senadores, algo que holgadamente podría alcanzar una alianza temporal entre el progresista PD y el populista M5S. Esta alternativa ya recibió el beneplácito del fundador del M5S, Beppe Grillo, quien, tras permanecer alejado de la política italiana por varios meses, reapareció para instar a que se haga todo lo necesario para evitar que “los nuevos bárbaros” tomen el poder, dijo en referencia a Salvini.

“Después de haber gobernado con la Liga creo que podríamos pactar incluso con Belcebú”, ha confirmado otra líder del M5S, Roberta Lombardi, al diario La Repubblica, al decirse favorable a una coalición con el PD que ratifique un gobierno de transición para gobernar al país de manera temporal. Algo que, sin embargo, no todos ven con buenos ojos dentro de esta formación; incluso el líder, Luigi di Maio, se ha mostrado escéptico, al poner también en evidencia la división dentro del M5S.

Guerra de guerrillas

El segundo acto de la crisis amenaza con profundizar conflicto. El PD, pieza clave actualmente en la gobernabilidad del país, podría sufrir una guerra de guerrillas interna entre el actual líder, Nicola Zingaretti, y el anterior, el exprimer ministro Matteo Renzi. Una situación que incluso podría conducir hacia un cisma dentro de la formación progresista. Mientras Zingaretti se ha mostrado contrario a cualquier pacto con el M5S para evitar elecciones anticipadas inmediatas, Renzi ha abierto a esta solución.

“(En las elecciones de marzo de 2018) Salvini ganó el 17% de los votos y quiere decidir todo sólo. No funciona así. No tiene sentido convertir Italia en un campo de batalla”, ha denunciado Renzi. “Estoy convencido de que tenemos suficientes votos para elegir a un nuevo Ejecutivo”, ha añadido. Y puede que tenga razón. Incluso en el caso de una eventual fractura en el seno del PD, será Renzi quien todavía controle -al menos sobre el papel- a la mayoría de los parlamentarios en ambas cámaras.

“No es creíble la hipótesis de un Ejecutivo (provisional) para elaborar los presupuestos y acudir después a elecciones. Sería una regalo a una derecha muy peligrosa que todos queremos parar”, le respondió Zingaretti.

Crisis absurda y peligrosa

Estos últimos días de fuego cruzado auguran una campaña electoral feroz. Este fin de semana, el PD ha hecho hincapié en que la decisión de Salvini amenaza con poner en riesgo la permanencia misma de Italia en la Unión Europa y denuncian que el líder de la Liga dinamitó el Gobierno para tener “plenos poderes”, algo que ha provocado indignación en Italia por el paralelismo con dictadores como el fascista Benito Mussolini.

Por su parte, el M5S critica que la decisión de Salvini ha puesto en peligro la economía italiana y podría desencarrilar el plan para reducir el número de parlamentarios, una de las principales medidas ‘anticasta’ que promueve desde siempre la formación. “Esta crisis es absurda y peligrosa, conlleva la preocupación de que en diciembre el IVA pueda aumentar (por las cláusulas de salvaguardia, un acuerdo con Bruselas que prevé el aumentos de impuestos si Roma no consigue el dinero de otra manera)”, remató Luigi Di Maio, el líder del M5S. “¿Por qué hace esto? Creo que la respuesta es evidente”, añadió.

Salvini —cuya redes sociales ya exhiben imágenes de campaña electoral y eslóganes como "Recuperemos nuestro país. ¿Quieres?”— no se da por aludido y está planeando reuniones esta semana con algunos de sus antiguos socios para formar una gran coalición de derechas ante unos posibles comicios. Su objetivo es reunir bajo un paraguas a su partido, la Liga con Forza Italia, del controvertido exprimer ministro Silvio Berlusconi, y Hermanos de Italia, de la derechista Giorgia Meloni.

Somos paletos del Sur

La incertidumbre política se extiende a las calles, donde este inédito clima de tensión amenaza con polarizar aún más al país. En los últimos días, diversas apariciones públicas de Salvini —quien últimamente se ha dejado ver a menudo en bañador en balnearios del país, sacándose selfie con sus seguidores— fueron acompañadas por protestas y gritos de reprobación de otros ciudadanos. En Soverato, la policía cargó contra algunos detractores después de que le gritaran “estúpido” y “payaso”. Una persona fue detenida bajo la acusación de haber dañado el sistema audio del palco donde Salvini tenía que hablar, según testigos.

En la localidad de Peschici, región sureña de Apulia, Salvini fue objeto de lanzamientos de agua mientras un grupo de personas le entonó el “Bella Ciao”, la conocida canción antifascista que usaban los partisanos durante la Segunda Guerra Mundial. Y algo parecido ocurrió en la isla de Sicilia, donde el todavía vicepresidente italiano fue sometido a su ya dosis diaria de contestación social. “Somos ‘terroni’ (paletos) del sur”, le gritaron, en referencia al origen norteño de la Liga, un partido que antaño promovía la secesión de las ricas regiones del norte.

Este lues, en la localidad siciliana de Vittoria, seguidores de Salvini se enzarzaron a gritos con un grupo de contestatarios a los que llamaban “comunistas de mierda”, que a su vez insultaban al líder ultraderechista al grito de “¡saqueador! ¡asesino! ¡vergüenza, vete de aquí!”.

En el país ya hacen cuentas de plazos, pese a que el desenlace de la caótica crisis política es difícil de prever. “Quizá (las elecciones) ni se llevarán a cabo en octubre próximo”, opinó el politólogo Massimo Franco, al analizar cómo Salvini ha puesto su interés personal por delante del “interés de la nación (…) sin tomar en consideración la alarma que su diktat está provocando”. Dentro y fuera de Italia.

Italia permanece en vilo. La crisis política -que estalló la semana pasada cuando el vicepresidente y líder de la ultraderecha, Matteo Salvini, puso fin a la coalición de Gobierno con sus socios del Movimiento 5 Estrellas (M5S)- se enreda y se alarga. La esperada reunión este lunes de los portavoces de los principales partidos italianos en el Senado, cuyo principal objetivo era negociar el calendario de la moción de censura contra el primer ministro, Giuseppe Conte, paso necesario para ir a nuevas elecciones, acabó en fumata negra.

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