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"Devolvamos la palabra a los electores"

Salvini, borracho de éxito, crea un cisma de gobierno para ir a elecciones en Italia

El desacuerdo por un tren de alta velocidad es la gota que colma el vaso de la coalición entre la ultraderechista Liga y el M5S. Salvini busca capitalizar su ventaja en las encuestas

Foto: El vicepresidente italiano y líder de la Liga, Matteo Salvini. (Reuters)
El vicepresidente italiano y líder de la Liga, Matteo Salvini. (Reuters)

El jueves a media tarde, mientras desde las oficinas del Movimiento 5 Estrellas (M5S) algunos se apresuraban a desmentir el rumor diario de una crisis política, el vicepresidente y líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, llegó al palacio Chigi, sede del Gobierno de Italia, a bordo de un berlina oscura. En su conversación con el primer ministro, Giuseppe Conte, le comunicó que la coalición con sus socios se había roto. "Digan claramente lo que quieren. Sean claros", respondió el M5S, en un desorientado comunicado.

El desenlace quedó sellado en la tarde. Al final de la jornada, Conte certificó el inicio de la que probablemente será recordada como una de las crisis de gobierno más surrealistas de Italia. En pleno agosto, con la mayoría de italianos de vacaciones y el Parlamento cerrado por descanso, Salvini exigió elecciones anticipadas lo más rápido posible y ya ha anunciado que él será el candidato de la Liga.

Foto: (EFE)

Las diferencias con el M5S ya son irreconciliables, hizo saber el líder ultraderechista. La gota que colmó el vaso, insistió, fue la decisión del M5S de votar en contra de la línea ferroviaria de alta velocidad Lyon-Turín, la TAV, que la Liga apoyaba fuertemente en el Parlamento. De este modo, Italia se adentra ahora, una vez más, en un limbo político plagado de incertidumbres.

Solo unas horas más tarde, el partido ultraderechista anunció una moción de censura contra Conte. El líder de la Liga, vicepresidente y ministro del Interior, Matteo Salvini, ya lo había anunciado: "Demasiados noes hacen daño a Italia que, por el contrario, necesita volver a crecer y volver a votar rápidamente. Quien pierde el tiempo perjudica al país y solo piensa en la poltrona", afimó en una nota del partido, tras la presentación de la moción en el Senado.

Borracho de éxito

El M5S y la Liga comenzaron a gobernar juntos el 1 de junio de 2018, tras las elecciones del 4 de marzo, con Conte como figura de consenso para liderar el Gobierno. Pero todo cambió con las elecciones europeas del pasado 26 de mayo. Salvini supo aglutinar a los seguidores de la otrora poderosa Forza Italia y demás partidos de centroderecha para firmar un resultado electoral récord para su partido, con un 34% de los votos, y se convertía en el actor político de referencia.

Este gobierno no va. El país no puede esperar, no hay que decir siempre ‘no’

A partir de ese momento, borracho de éxito, Salvini fue aumentando la presión sobre sus socios de gobierno, el populista M5S. Ya no se trataba de irónicos y dolorosos 'pellizcos de monja' políticos, sino de críticas abiertas y explícitas dirigidas directamente a sus aliados en el gabinete: “Este gobierno no va. El país no puede esperar, no hay que decir siempre ‘no’…”, se quejaban desde la Liga.

Este coro de impaciencia tenía detrás a los poderosos gobernadores del norte de Italia —desde siempre y todavía hoy— bastión del poder de la Liga, donde ha ido crecientdo la impaciencia y el hartazgo por el frenazo impuesto por el M5S a la realización de infraestructuras clave en las industrializadas regiones del norte.

Este apoyo electoral es indispensable para Salvini y sus colaboradores más cercanos —'in primis', el poderoso Giancarlo Giorgetti—, quienes en los últimos meses han intentado llevar adelante una ambiciosa reforma para dar mayores poderes autonómicos y de gestión económica a Lombardía, Véneto y Emilia Romaña.

Capitalizar su ventaja

Ahora, sus enemigos le acusan de forzar un cisma político para capitalizar su ventaja en las encuestas. Salvini obtendría el 36% de los votos en unas próximas elecciones generales y alcanzaría el 50,6 % en coalición con los conservadores Hermanos de Italia (7,5%) y Forza Italia (7,1%), según un sondeo realizado el 31 de julio por el instituto Ipsos para el 'Corriere della Sera' publicado este jueves.

Foto: El vicepresidente Matteo Salvini. (Reuters)

Además, varias fechas clave complican el panorama político. La primera, el 26 de agosto, que es el plazo máximo para que el Gobierno se ponga de acuerdo sobre el candidato a comisario europeo para una de comisiones que anhela. La segunda, las últimas semanas del mes de septiembre, cuando está previsto que Italia presente su ley de Presupuestos a Bruselas tras los conflictos mantenidos este año.

En este incendiario contexto, el presidente de la República, Sergio Mattarella, tuvo ayer que regresar de urgencia de su descanso veraniego para gestionar la crisis. Será él quién determinará los tiempos. Delante tienen múltiples soluciones. Entre otros, entregar el poder a otra formación para que intente crear un nuevo Ejecutivo que evite ir a elecciones en tiempos excesivamente cortos.

Pero la Liga parece tener prisa. "Cada día que pasa es un día perdido. Para nosotros la única alternativa a este Gobierno es devolver la palabra a los italianos con nuevas elecciones", aseguraron en su comunicado.

El jueves a media tarde, mientras desde las oficinas del Movimiento 5 Estrellas (M5S) algunos se apresuraban a desmentir el rumor diario de una crisis política, el vicepresidente y líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, llegó al palacio Chigi, sede del Gobierno de Italia, a bordo de un berlina oscura. En su conversación con el primer ministro, Giuseppe Conte, le comunicó que la coalición con sus socios se había roto. "Digan claramente lo que quieren. Sean claros", respondió el M5S, en un desorientado comunicado.

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