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Cómo la capital mundial del diamante se convirtió en puerta para la cocaína en Europa
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Amberes se tiñe de blanco

Cómo la capital mundial del diamante se convirtió en puerta para la cocaína en Europa

Solo en 2022 fueron requisadas 110 toneladas de cocaína en el puerto de Amberes, lo que convierte a Bélgica en el país del continente con mayor cantidad de incautaciones de droga

Foto: Autoridades belgas rastrean un contenedor en el puerto de Amberes. (EFE/Olivier Hoslet)
Autoridades belgas rastrean un contenedor en el puerto de Amberes. (EFE/Olivier Hoslet)

Con poco más de 500.000 habitantes, Amberes es mundialmente conocida como la capital del diamante por su gran industria joyera. Sin embargo, el mercado que ha llamado la atención de las autoridades europeas no está allí, en el centro histórico, sino en su costa. Solo en 2022 fueron requisadas 110 toneladas de cocaína en el puerto de la ciudad, una cifra récord que convierte a Bélgica en el país del continente con mayor cantidad de incautaciones de droga. Y esto es solo una diminuta parte de un gran mercado: las autoridades estiman que solo se intercepta una décima parte de toda la cocaína enviada al puerto.

El incremento del flujo del drogas en la ciudad no ha pasado desapercibido. En los últimos meses, Amberes ha registrado más de 50 explosiones y tiroteos entre grupos vinculados al narcotráfico. Un trágico caso llamó recientemente la atención de Europa: una niña de 11 años murió de cinco disparos en el interior de su casa en enero, después de que unos encapuchados ametrallaran el inmueble. En aquel momento, el alcalde Bart De Wever admitió que la ciudad se enfrentaba a "una guerra contra la droga".

Foto: El alijo de coca en un mercante frente a costa de Lugo roza las 3 toneladas. (Guardia Civil)

Una entrada amplia y bien conectada

Casi toda la cocaína que entra en Europa llega por mar, generalmente a través de los principales puertos comerciales del continente. Como para cualquier otra mercancía, la logística es un punto clave en la cadena de la droga, como explica Isabela Vianna Pinho, investigadora de la Universidad Federal de São Carlos (Brasil) y del Instituto Danés de Estudios Internacionales. "Los puertos tienen enormes flujos diarios de mercancías, lo que supone una gran dificultad para las fuerzas de seguridad a la hora de supervisar todo esto, a la vez que tienen que lidiar con la presión de los actores económicos para que no haya retrasos", señala la socióloga, que estudia la circulación global de la cocaína.

Con 130 kilómetros cuadrados, el puerto de Amberes es el mayor de Europa y acoge un flujo anual de más de 200 millones de toneladas de mercancías. Además, la ciudad, fronteriza con Holanda, está conectada a una red de carreteras y ferrocarriles instalada para transportar todo ello a los países del norte de Europa. Los atractivos logísticos se combinan con factores como la existencia de un floreciente mercado de oro y diamantes, dos mercancías que facilitan el blanqueo de grandes sumas de dinero. Estas características han convertido al puerto en "un monstruo del crimen organizado", como escribe el periodista belga especializado en delincuencia Mitchell Prothero.

Foto: Una operación antidroga en Róterdam. (EFE)

En el puerto de Amberes, los contenedores de fruta han sido un importante objetivo del tráfico. Frágiles, las mercancías tienen prisa por salir de la infraestructura, lo que dificulta la vigilancia. Solo el año pasado, las fuerzas policiales encontraron cocaína en el puerto belga entre cargamentos de cacao, plátanos y paltas.

Sin embargo, este no es el único punto de entrada de la droga, ni necesariamente el más importante, advierte Gabriel Feltran, investigador en sociología de la delincuencia y profesor en SciencesPo París. "Lo que muestra el volumen de incautaciones no es necesariamente la entrada, puede ser un signo de la capacidad de control de un puerto, de las operaciones de seguridad. Incluso puede estar entrando más por otros países, y con menos supervisión", afirma. En 2021, el puerto con mayor cantidad de cocaína incautada había sido Rotterdam, en Alemania, no lejos de Amberes. "El tráfico se va a moldear, dependiendo de si un puerto es más fácil de entrar, dependiendo de la aplicación de la ley, de cómo se están organizando los grupos criminales", remarca Vianna Pinho.

Un mercado en expansión

Más allá del puerto de Bélgica, las incautaciones de cocaína en el bloque europeo no dejan de crecer, según el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT). "El volumen excepcionalmente importante de las incautaciones indica un flujo creciente de cocaína que amenaza ahora a toda la Unión Europea", advirtió en febrero el director del observatorio europeo OEDT, Alexis Goosdeel.

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En 2010, la policía incautó de 100 toneladas de cocaína en el continente. Diez años después, el total se había más que duplicado. El OEDT calcula que el comercio de esta droga mueve unos 10.500 millones de dólares solo en Europa. "La cocaína es una de las mercancías más valiosas del mundo en esta cadena de valor. Un kilo de cocaína que sale de Colombia por unos 300 dólares. Cuando llega a Europa, este kilo valdrá entre 70.000 y 180.000 dólares", destaca el profesor de SciencesPo.

De los Andes a la Unión Europea

La mayor parte de esta cocaína se cultiva en los países andinos: Colombia, Perú y Bolivia, según el último informe sobre el mercado mundial de la droga publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. Pero desde las zonas de producción hasta el consumidor final europeo, la ruta es larga y pasa con frecuencia por los puertos de Ecuador y Brasil.

Brasil es un centro neurálgico en este flujo, señala la socióloga Vianna Pinho. En el camino brasileño, la cocaína suele entrar en el país en avionetas y es llevada a los puertos en camiones, según informaciones de la Policía Federal de Europol. En un intento de eludir la inspección y aumentar sus beneficios, las organizaciones delictivas multiplican las rutas y las estrategias de envío de la droga. Las mayores incautaciones siguen teniendo lugar en el puerto de Santos, en São Paulo, pero cada año crece el volumen incautado en Paranaguá (PR), Salvador (BA) y Río de Janeiro (RJ).

Foto: La princesa Amalia de Holanda. (EFE/Remko de Waal)

Vianna Pinho, que investiga la ruta de salida de la cocaína por el puerto de Santos, afirma que tácticas como el envío de la droga en el cuerpo de miembros de la tripulación, la llamada "mula", o el envío de la droga desde pequeñas embarcaciones que atracan en el carguero, han quedado en el pasado con el aumento del comercio transnacional. Para el envío de grandes cantidades, ha crecido el uso de buzos. Se trata de profesionales entrenados que instalan la droga en el casco del barco, en zonas muy por debajo de la línea del mar. La estrategia permite cargar cientos de kilos sin riesgo de pasar por los controles portuarios.

Pero las incautaciones realizadas siguen concentrándose en los envíos en contenedores, tanto si las cantidades están ocultas en la estructura como si están colocadas sobre la mercancía o escondidas en medio de ella.

La creciente oferta de polvo blanco en Europa ha disminuido su precio para el consumidor final. Esta reducción del coste tiene consecuencias en el aumento del consumo, señala el sociólogo Gabriel Feltran. Según el observatorio del OEDT, 3,5 millones de europeos de entre 15 y 64 años dicen haber consumido la droga en los últimos 12 meses. Y más de 14 millones dicen haber consumido cocaína a lo largo de su vida.

Con poco más de 500.000 habitantes, Amberes es mundialmente conocida como la capital del diamante por su gran industria joyera. Sin embargo, el mercado que ha llamado la atención de las autoridades europeas no está allí, en el centro histórico, sino en su costa. Solo en 2022 fueron requisadas 110 toneladas de cocaína en el puerto de la ciudad, una cifra récord que convierte a Bélgica en el país del continente con mayor cantidad de incautaciones de droga. Y esto es solo una diminuta parte de un gran mercado: las autoridades estiman que solo se intercepta una décima parte de toda la cocaína enviada al puerto.

Amberes RFI