Tormenta perfecta en la Eurocámara: el 'Qatargate' pone la institución bajo los focos

Hay ahora mismo dos grandes grupos de eurodiputados en el Parlamento Europeo. Los que han sido muy duros y críticos con el mundial de Qatar y con todo lo que lo ha rodeado y los que han defendido que el país del Golfo ha mejorado en cuanto a derechos humanos y de los trabajadores. Y dentro de este segundo bloque, hay dos subgrupos: los que aparentemente lo han hecho a cambio de dinero y están siendo objeto de arrestos y registros por parte de la policía judicial belga, y los que lo han hecho por pura convicción. Las últimas horas están siendo tensas en Bruselas, con un clima cada vez más enrarecido, con muchas sospechas, algunos señalamientos y una sensación de bochorno.

La oleada de registros y detenciones por una supuesta trama de sobornos por parte de Qatar, que incluyen a la vicepresidenta de la institución, la socialista griega Eva Kaili, están sacudiendo a la Eurocámara, que este lunes se reúne en Estrasburgo para el último Pleno del año y lo hará bajo todos los focos. La policía belga ha efectuado en la tarde de este lunes un registro en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas para incautarse de datos necesarios para la investigación. "Desde el viernes, con el apoyo de los servicios de seguridad del Parlamento Europeo, se habían 'congelado' los medios informáticos de diez colaboradores parlamentarios con el fin de evitar que datos necesarios para la investigación pudieran desaparecer. El registro hoy en el Parlamento tenía por objeto coger esos datos", informó en un comunicado la Fiscalía federal belga.

Además de Kaili, que ya ha sido expulsada del PASOK griego, han sido detenidos su padre, que intentaba huir con dinero en metálico, su pareja, que trabajaba de asistente para otro miembro de la cámara, y el antiguo eurodiputado socialista italiano Pier-Antonio Panzeri, del que de hecho fue asistente la pareja de Kaili. También fue detenido Luca Visentini, secretario de la Confederación Internacional de Sindicatos, que ha sido puesto en libertad condicional.

En las últimas horas se ha unido a la lista de detenidos el eurodiputado socialista belga Marc Tarabella, vicepresidente de la delegación de la Eurocámara para las relaciones con la Península Arábiga. De hecho, en el registro de su propiedad ha estado presente la propia Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo, que ha defendido que habrá “tolerancia cero” y que la institución cooperará en todo momento con las investigaciones. El juez belga, Michel Claise, ha imputado a cuatro de los detenidos, entre ellos a Kaili. La delegación catarí ante la Unión Europea ha emitido este domingo un comunicado en el que rechaza cualquier acusación de haber sobornado a nadie dentro del Parlamento Europeo, señalando que solamente participa en relaciones “entre instituciones”.

Los papeles de los vicepresidentes en la Eurocámara son muy importantes. En gran medida hacen de representantes del presidente de la institución para determinados asuntos y regiones. Kaili era, de hecho, la persona que sustituía a Metsola en asuntos para Oriente Medio. La maltesa ha suspendido a la eurodiputada griega del rol de vicepresidenta, aunque no puede retirarle el cargo. Kaili también ha sido expulsada del grupo de los Socialistas y Demócratas, que en un primer momento habían apostado por no hacer comentarios mientras la investigación estuviera en marcha.

Todos los focos están puestos sobre el grupo de los Socialistas y Demócratas, de donde salen todos los por ahora señalados por la fiscalía belga, que inició las investigaciones en julio de 2022. Y todos los hilos salen de Panzeri: a Kaili y él les une la pareja de la griega, que fue a su vez asistente del antiguo eurodiputado italiano durante la legislatura 2014 - 2019. Otro de los detenidos es, de hecho, otro antiguo asistente de Panzeri, que en la actualidad trabajaba para otra eurodiputada. Según el portal POLITICO, que dice haber tenido acceso a la orden de arresto emitida por las autoridades belgas contra la mujer y la hija de Panzeri, que se encontraban en Italia, esta orden también mencionaba que Panzeri intervino para defender no solamente a Qatar, sino también a Marruecos.

Las sospechas ahora se extienden a cualquier miembro que haya tenido contactos con Qatar o que haya defendido el rol del mundial como una oportunidad de apertura y de mejora de la situación en el país. Un ejemplo es el del eurodiputado español José Ramón Bauzá, de Ciudadanos, que preside un Grupo de Amistad UE - Qatar, y que rápidamente escribió en redes sociales que “si se demuestra que han pagado a algún diputado o asesor para influir en ellos a su favor, hay que ser absolutamente contundente”. “He defendido en el Parlamento Europeo que los avances de Qatar son una buena noticia para Oriente Medio. Lo creía y lo creo”, ha señalado el español. “Jamás he recibido, ni siquiera me han ofrecido, ni un solo euro por defender absolutamente nada”, escribió.

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Y. D. Agencias

Aunque las detenciones y las últimas noticias han sido un auténtico shock hay gente dentro de la Eurocámara que no está tan sorprendida. Especialmente los que se vieron involucrados en la negociación de una resolución votada y aprobada en el Pleno sobre la situación de los derechos humanos en Qatar y la responsabilidad de la FIFA con los miles de trabajadores que supuestamente han muerto en la construcción de los estadios. Esa resolución quedó muy lejos de un lenguaje duro contra el país del Golfo. Algunos miembros involucrados en la negociación, como la eurodiputada Manon Aubry, de la Francia Insumisa, denuncian comportamientos de bloqueo por parte del Partido Popular Europeo y de los socialistas. En el caso de Aubry, el pasado 22 de noviembre publicó un vídeo en el que denunciaba que en la negociación se llegó a preguntar si en la mesa había políticos de los grupos de la Eurocámara o directamente “la embajada de Qatar”.

Esta semana el Pleno de la Eurocámara debía votar la liberalización de los visados con Qatar, pero en las últimas horas varios grupos políticos han empezado a movilizarse para evitar que esa votación, que se daba por hecho que sería positiva, se lleve a cabo. Qatar se ha convertido en los últimos meses en un socio estratégico de la Unión Europea debido a su suministro de gas natural licuado (GNL) fundamental para contrarrestar la pérdida de suministro por parte de Rusia desde que lanzó su invasión de Ucrania el pasado 24 de febrero.

Golpe a la imagen

El golpe a la imagen de la institución es enorme. Kaili es una de los 14 vicepresidentes de la Eurocámara, y como eurodiputada cuenta con inmunidad parlamentaria. Sin embargo, es posible esquivar esa inmunidad si un miembro de la institución es cazado en flagrante delito, y ese es, aparentemente, el caso de la griega. Lo que empezó el viernes como una serie de registros porque existían “sospechan que un país del Golfo intenta influir las decisiones económicas y políticas del Gobierno a través de la entrega de sumas de dinero o regalos importantes a personas” con relevancia dentro del Parlamento Europeo, ha acabado convertido en uno de los mayores escándalos en la historia de la institución.

Además, la Eurocámara ha encadenado varios escándalos internos en los últimos tiempos. Por un lado la polémica elección de Alessandro Chioccheti como secretario general en un ascenso meteórico desde el gabinete de Metsola al cargo más poderoso de la institución, algo que aunque perfectamente legal ha provocado un daño considerable al Parlamento Europeo dentro de Bruselas. Poco después, el Bureau de la Eurocámara, lo que en España sería la mesa del Parlamento, aprobó una revisión que reduce todavía más los controles sobre las cuantiosas dietas de las que disfrutan los eurodiputados y que ya no tenían ni que justificar, aunque la reforma de las normas internas eliminaba por completo la responsabilidad de supervisión por parte de la Eurocámara.

De hecho, algunos señalan al Bureau, compuesto por la presidenta y los 14 vicepresidentes, como el origen de muchos de los problemas que afronta la institución al ser un órgano con un poder desproporcionado cuya tendencia ha sido a reducir los controles, apuntalar el poder del secretario general y dar la espalda a las reclamaciones del Pleno del Parlamento Europeo, que por ejemplo ha exigido repetidas veces más escrutinio sobre las dietas.