La UE se acerca a un pacto para la gestión de la llegada de migrantes

Los ministros de Interior de la Unión Europea se han acercado este viernes a un acuerdo de mínimos para el reparto voluntario de los migrantes que lleguen a territorio comunitario. La Comisión Europea lo considera una pieza clave para desbloquear el acuerdo migratorio que ha sido incapaz de sacar adelante desde su presentación en 2020 entre las críticas de los Estados miembros de primera línea, como España e Italia, que consideraban que era muy poco solidario, mientras que a otros países les parecía demasiado exigente.

En la propuesta de la Comisión Europea, los Estados miembros no están obligados a acoger migrantes llegados a otros Estados miembros, pero en caso de decidir no hacerlo, deben colaborar de otra forma, financiando las devoluciones de los migrantes irregulares o bien ayudando a los países de acogida. El anterior pacto migratorio saltó por los aires tras la crisis de 2015 y 2016, cuando algunos Estados miembros se negaron a cumplir con un acuerdo para repartir a los refugiados sirios a través de cuotas.

Ahora el Ejecutivo comunitario trabajará en intentar aterrizar en algo concreto el acuerdo político alcanzado este viernes por los Veintisiete en una reunión celebrada en Luxemburgo y a la que ya llegaban con la expectativa de un posible pacto. La idea es que este primer acuerdo político, que ha sido calificado como "histórico", permita desbloquear todo el pacto migratorio antes de que termine la presidencia francesa.

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Fernando Grande-Marlaska, ministro de Interior español, expresaba su confianza antes del encuentro en poder lograr un "acuerdo de mínimos" con sus homólogos tras meses de conversaciones y un trabajo de aproximación milímetro a milímetro. Ylva Johansson, comisaria de Interior, ha celebrado el acuerdo político al final de la reunión.

"Creo que lo que ha ocurrido con Bielorrusia y con Ucrania, en un contexto muy diferente a lo que ocurre en el Mediterráneo, ha creado una sensibilidad diferente. Todo el mundo está ahora obviamente preocupado por estos problemas migratorios", ha señalado Gérald Darmanin, ministro de Interior francés, haciendo referencia a la crisis entre Minsk y Varsovia en la que se utilizó la migración como un arma política, como ya hizo antes Turquía con Grecia en 2020 o más recientemente Marruecos con España.

El contraste entre el trato que se está dando a los refugiados de la guerra de Ucrania y el que han recibido otros es también un punto de atención y de crítica. Jean Asselborn, ministro de Interior luxemburgués, ha señalado precisamente a esa diferencia. "Debe quedar claro que si podemos acoger a millones de ucranianos también podemos cuidar a miles que no llegan de Ucrania, sino del Sur. Sufren los mismos problemas aunque hablen otro idioma o practiquen otra religión. Si no logramos eso, la Unión Europea nunca tendrá credibilidad", ha criticado el luxemburgués.