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El batallón de renegados de Lukashenko: conoce a los bielorrusos que ya luchan en Ucrania
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El 'factor bielorruso' del conflicto

El batallón de renegados de Lukashenko: conoce a los bielorrusos que ya luchan en Ucrania

Mientras se especula si Lukashenko cederá a la presión de Putin y meterá oficialmente a Bielorrusia en la guerra, más de dos centenares de voluntarios luchan ya en filas ucranianas

Foto: Emblema de la bandera de Bielorrusia en la manga de un voluntario. (A.A.)
Emblema de la bandera de Bielorrusia en la manga de un voluntario. (A.A.)
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"¡Bielorrusia ya ha entrado en la guerra de Ucrania!", dice Uladzimir, con el rostro parcialmente oculto detrás de su balaclava roja y blanca. En la última semana, fuentes militares ucranianas, estadounidenses y de la OTAN han advertido de la creciente posibilidad de que tropas bielorrusas de Alexandr Lukashenko entren "pronto" en el conflicto, atacando el norte u oeste de Ucrania para apoyar la atascada ofensiva de las tropas rusas. Pero mientras se especula si el dictador bielorruso cederá a la presión de Vladímir Putin, algo más de dos centenares de voluntarios bielorrusos ya luchan en las filas ucranianas. Son los renegados de Lukashenko; "la verdadera Bielorrusia", puntualiza Uladzimir.

Uladzimir (pronunciación en bielorruso de Vladímir) es uno de la treintena de bielorrusos que patrullan, junto a sus "hermanos ucranianos", las calles del centro de Odesa, 'perla del Mar Negro' y uno de los objetivos claves de la invasión rusa de Ucrania en el sur. Forma parte de la brigada bielorrusa 'Ilya Litvin', en honor al primer caído bielorruso en esta ofensiva, quien murió bajo fuego ruso en la batalla de Bucha, en el frente de Kiev, el pasado 3 de marzo. Son fácilmente reconocibles por sus enseñas: junto al azul-amarillo de Ucrania lucen la bandera blanca y roja de la resistencia bielorrusa y el 'Pahonia' —el emblema del caballero blanco sobre un escudo de armas de fondo rojo, símbolo proscrito con la llegada de la URSS y recuperado en distintos movimientos nacionalistas anti Lukashenko—.

Foto: Estatua de carnaval en Colonia, Alemania, que representa al presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, controlado por Vladímir Putin. (Reuters/Thilo Schmuelgen)

Uladzimir no tiene experiencia militar; en Bielorrusia trabajaba como informático hasta las masivas protestas de 2020 que pusieron en vilo los 30 años de régimen de Lukashenko. La represión de las fuerzas de seguridad bielorrusas, respaldadas por el Kremlin, le obligó a salir del país para evitar ser encarcelado como muchos compatriotas, que encontraron refugio en Polonia, los países bálticos o la propia Ucrania. "He perdido mi país por Lukashenko", lamenta Uladzimir. Ahora, lucha por Ucrania porque "si Ucrania gana a Putin, el futuro cambiará en Bielorrusia. Haremos de nuevo la revolución”.

En total, se calcula que habría unos 200-300 voluntarios bielorrusos luchando en Ucrania, aunque es difícil verificar las cifras. A la 'Ilya Litvin' en Odesa se une el batallón 'Kastus Kalinousk', ya desplegado en el frente de batalla, principalmente en Kiev y Járkov (noreste). "Más de 1.000 bielorrusos que viven en diferentes países ya han declarado su voluntad de participar en la defensa de Ucrania. Todos los días nos llegan nuevas solicitudes", explica Aleś Zarembiuk, director de la 'Casa de Bielorrusia' en Varsovia, desde donde se están gestionando parte de los voluntarios bielorrusos que alimentan al batallón Kastus Kalinousk. Varias decenas, asegura, han sido enviados en varios grupos ya a Ucrania desde que la invasión comenzó el 24 de febrero.

El núcleo duro del batallón lo forman voluntarios que llevan luchando desde 2014 junto a las tropas ucranianas en el Donbás o miembros de la diáspora bielorrusa ya en Ucrania. La nueva hornada de voluntarios que pasa por Varsovia es más heterogénea, jóvenes de entre 20 y 30 años "de todos los grupos sociales", según Zarembiuk. Técnicos informáticos, empresarios, estudiantes, activistas o albañiles… Todos pasan por una "revisión minuciosa" de seguridad, pues desde la Casa de Bielorrusia temen que los servicios secretos rusos y bielorrusos estén intentando "colar un topo" entre los voluntarios. Por el momento, al menos un disidente bielorruso habría sido detenido cuando intentaba alistarse en las brigadas de voluntarios en Ucrania.

El Confidencial ha conversado por Telegram con uno de los bielorrusos del batallón 'Kastus Kalinousk' desplegados en el frente de Kiev. Pavel (nombre supuesto para mantener el anonimato) cuenta que los combates tienen sus momentos de intensidad, pese a que el ominoso convoy militar ruso permanece detenido a kilómetros de la ciudad. En el frente de Kiev han muerto hasta el momento al menos dos bielorrusos, Ilya Litvin y Alexei Skobla, que ya tenía experiencia como voluntario en el Donbás. En las últimas jornadas, tropas ucranianas han lanzado varias contraofensivas para intentar recuperar terreno ocupado por los rusos, con ciertos éxitos en Teterivske, Bucha, Irpín y Hostomel, localidades clave para un hipotético asalto a la capital rusa. En el frente se ve con escepticismo el anuncio de la supuesta desescalada rusa.

"Es cuestión de 50 a 50. Que sobrevivo, excelente. Que no sobrevivo, moriremos heroicamente", asegura Pavel. "La lucha por la independencia de Ucrania es nuestra lucha por la independencia de Bielorrusia".

El 'factor bielorruso'

Bielorrusia, que cuenta con una frontera de más de 1.000 kilómetros con Ucrania, ha servido de base para la invasión rusa lanzada el 24 de febrero, facilitando el paso de tropas y la logística para desplegar el frente norte. El país incluso cambió su constitución para permitir albergar fuerzas rusas y armas nucleares de forma permanente. Pero hasta ahí habría llegado el apoyo a Putin. El Gobierno bielorruso ha insistido en varias ocasiones que no pretenden entrar oficialmente en la contienda. "No se nos ha perdido nada ahí, no hemos sido invitados. (...) Quiero dejarlo claro de nuevo. No vamos a involucrarnos en la operación que Rusia está llevando a cabo en Ucrania", ha declarado Lukashenko.

Sin embargo, la inteligencia occidental cree que Putin estaría presionando a su socio autoritario para que dé el paso definitivo y sus soldados contribuyan a atenuar la sangría de bajas que están sufriendo los rusos, añadiendo un nuevo frente para Kiev y recuperar así terreno a los ucranianos ante el estancamiento de las tropas invasoras. "Putin necesita apoyo. Cualquier cosa ayudaría", aseguraba una fuente militar de la OTAN a la CNN. Pese a que históricamente la Bielorrusia de Lukashenko se ha posicionado con Ucrania en numerosos asuntos (durante años no reconoció la anexión de Crimea), tras el apoyo recibido por el Kremlin para sostener el régimen durante las masivas protestas postelectorales de 2020, el destino de Lukashenko parece estar ligado al de Putin.

Foto: Ejercicios militares conjuntos con Rusia en Bielorrusia. (EFE vía Ministerio de Defensa bielorruso)

Según explican fuentes militares ucranianas a El Confidencial, los escenarios que se manejan ante una potencial entrada de tropas bielorrusas se centran en dos posibles ejes en el oeste del país. El primero, siguiendo la frontera con Polonia, para impedir el flujo de suministros militares y humanitarios enviados por países occidentales. El segundo, en la línea de la autopista de Zhytomyr, el principal 'hub' de transportes en el norte de Ucrania hacia Kiev. La frontera natural entre Bielorrusia y Ucrania está plagada de pantanos, por lo que los puntos de acceso, por carretera, son limitados.

Según las mismas fuentes ucranianas, Bielorrusia ya ha movilizado "varios grupos tácticos" en la frontera que podrían cruzar "en los próximos días". "La posibilidad de una invasión desde Bielorrusia es bastante alta", aseguró el general del Servicio de Seguridad de Ucrania, Viktor Yagun, a una televisión local. Sin embargo, fuentes estadounidenses y de la OTAN no ven una amenaza inminente y apuntan a que la decisión "todavía no ha sido tomada", según declaraciones recogidas por la CNN.

Sabotajes y dimisiones

La entrada de tropas bielorrusas en el conflicto persigue un objetivo claramente desestabilizador. Militarmente, es poco probable que los destacamentos bielorrusos logren unos objetivos militares ambiciosos. Con apenas 48.000 soldados, el Ejército bielorruso es mucho más pequeño que el ruso o el ucraniano y carece de experiencia en combate. Informaciones de la oposición en el exilio describen una baja de moral entre las tropas y un reguero de dimisiones de varios altos mandos, que incluso se habrían plantado ante Lukashenko negándose directamente a ir a la guerra.

"La posibilidad de que las Fuerzas Armadas de la República de Bielorrusia se involucren en la guerra contra Ucrania, del lado de la Federación Rusa, existe. Pero, según valiosa información que manejamos, un amplio número de efectivos y algunos comandantes se niegan a participar en la ocupación de nuestro Estado", aseguró el Ministerio de Defensa ucraniano en su parte de guerra del 22 de marzo. En ese mismo reporte, Kiev subrayaba que la dirigencia bielorrusa continuaba dando "completo apoyo a las tropas rusas para el uso de aeropuertos y trenes, algunas instalaciones médicas y, por tanto, está involucrada en crímenes contra el pueblo ucraniano".

Además, en las últimas semanas, una serie de sabotajes se ha ido sucediendo en las vías férreas que conectan ambos países, imprescindibles para cualquier despliegue militar. "Actualmente, no hay conexión ferroviaria entre Ucrania y Bielorrusia", declaró hace una semana Oleksandr Kamyshin, director de la compañía ferroviaria nacional de Ucrania. "Estoy agradecido con los trabajadores ferroviarios de Bielorrusia por lo que están haciendo", dijo.

Lukashenko se mueve ahora mismo sobre una delgada línea roja

Algunas encuestas, aunque de alcance limitado y publicadas por grupos de la oposición, apuntan a que apenas un 5% de los bielorrusos apoyaría la entrada de su país en la guerra. "La cúpula del Ejército bielorruso es completamente leal al dictador, pero los soldados bielorrusos, en caso de que les obliguen a participar [activamente] en la guerra contra Ucrania, desertarán en masa", defiende Zarembiuk.

Lukashenko se mueve ahora mismo sobre una delgada línea roja. Sabe que cualquier paso en falso puede volver a agitar a una oposición que ya estuvo a punto de derrocarlo. Pero también es consciente de que perder el favor de Putin —y su respaldo económico, militar y diplomático— puede ser fatal.

A principios de semana, Minsk evacuaba a su personal de la embajada en Ucrania. Algunos interpretaron la decisión —con tres semanas cumplidas de guerra— como una señal de la posible intervención de Bielorrusia en la guerra. Cuando el embajador bielorruso Igor Sokol salía del país, un guarda de fronteras ucraniano se encaraba con él en el puesto de control migratorio. Con desdén, el funcionario le arrojaba una bolsa de tela marrón. Dentro, "30 monedas de plata".

"¡Bielorrusia ya ha entrado en la guerra de Ucrania!", dice Uladzimir, con el rostro parcialmente oculto detrás de su balaclava roja y blanca. En la última semana, fuentes militares ucranianas, estadounidenses y de la OTAN han advertido de la creciente posibilidad de que tropas bielorrusas de Alexandr Lukashenko entren "pronto" en el conflicto, atacando el norte u oeste de Ucrania para apoyar la atascada ofensiva de las tropas rusas. Pero mientras se especula si el dictador bielorruso cederá a la presión de Vladímir Putin, algo más de dos centenares de voluntarios bielorrusos ya luchan en las filas ucranianas. Son los renegados de Lukashenko; "la verdadera Bielorrusia", puntualiza Uladzimir.

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