Es noticia
¿Debe Occidente enviar dinero a Afganistán aunque los talibanes no hayan cambiado?
  1. Mundo
prometidos más de 1.000 millones de dólares

¿Debe Occidente enviar dinero a Afganistán aunque los talibanes no hayan cambiado?

Representantes de 40 países donantes de Afganistán se reunieron esta semana en Ginebra para tomar una dura decisión: cómo mantener fluyendo la ayuda humanitaria a un país gobernado por los talibanes

Foto: Una familia en la frontera afgana-pakistaní, cerrada por los talibanes. (Reuters)
Una familia en la frontera afgana-pakistaní, cerrada por los talibanes. (Reuters)

Los representantes de unos 40 países donantes de ayuda a Afganistán se reunieron el lunes en Ginebra para tomar una difícil decisión: mantener el flujo de asistencia humanitaria a un país gobernado por violentos fanáticos religiosos, o contemplar la posibilidad de que uno de cada tres afganos muera de hambre este invierno.

Al final prometieron en conjunto más de 1.000 millones de dólares, muy por encima de los 606 millones que había pedido la ONU para evitar una hambruna que habría afectado a 14 millones de afganos, alrededor de un tercio de la población, a finales de año. Pero eso es apenas una gota de agua para las inmensas necesidades del país.

Foto: José Manuel Albares en el acto de homenaje a los agentes de la policía nacional que participaron en la misión de evacuación de Kabul. (EFE)

Afganistán sigue enfrentándose a una inminente catástrofe humanitaria. A pesar de que los donantes, en su mayoría occidentales, han gastado más de 65.000 millones de dólares en dos décadas, el país sigue siendo extremadamente pobre debido a la corrupción endémica, la mala gestión y, sobre todo, la violencia. La ONU estima que Afganistán podría estar al borde de la pobreza casi universal a mediados de 2022. Para empeorar las cosas, una grave sequía ha acabado con el 40% de la cosecha de trigo, mientras que más de 3,5 millones de afganos desplazados internamente dependen casi por completo de la ayuda exterior.

China y Pakistán ya han proporcionado alguna ayuda para llenar el vacío, pero no es suficiente ni de lejos para los talibanes, que necesitan fuentes de financiación legales más allá de las ilícitas como el opio para gobernar el país.

China y Pakistán ya han proporcionado alguna ayuda para llenar el vacío, pero no es suficiente ni de lejos para los talibanes

Los donantes están dando prioridad a Afganistán frente a otros focos de tensión como Siria o Venezuela, porque ha acaparado tanta atención mundial tras la toma del poder por los talibanes y la retirada de Estados Unidos que ningún país occidental puede permitirse el lujo de ignorarlo, ni de asumir la responsabilidad de que el país vuelva a convertirse en refugio de terroristas, o de que se desate una crisis de refugiados.

"A medida que avanza la situación, es fundamental que los líderes mundiales intensifiquen su compromiso diplomático para prestar ayuda humanitaria a todos los que la necesitan, incluidas las mujeres y las niñas cuyos derechos y bienestar corren especial peligro", ha declarado a GZERO David Miliband, presidente y director general del Comité Internacional de Rescate. "Las necesidades humanitarias desatendidas son un polvorín político, y lo que empiece en Afganistán no acabará allí".

Foto: Mujeres posan con el traje tradicional afgano, en Rotterdam. (Reuters)

En Ginebra, los principales donantes solo ganaron tiempo. Acordaron financiar el trabajo de la ONU para ayudar a los afganos necesitados, sin reconocer a los talibanes ni darles dinero. Pero tarde o temprano tendrán que lidiar con el régimen, que puede cancelar todos los programas de la ONU en el país si no se sale con la suya.

Y aquí es donde la cosa se complica. Si los talibanes quieren el dinero que recibía el anterior gobierno afgano respaldado por Estados Unidos para financiar la mayor parte de su presupuesto, Occidente insiste en que garanticen al menos los derechos básicos de todos los afganos, incluidas las mujeres y las minorías étnicas.

Los talibanes no parecen dispuestos a ceder demasiado o nada en absoluto. De hecho, los nuevos gobernantes de Afganistán han demostrado hasta ahora que pretenden gobernar exactamente como lo hicieron la última vez que estuvieron al mando.

Foto: El principal portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid. (EFE)

Solo en los últimos días, los talibanes han anunciado un gobierno interino exclusivamente masculino y casi íntegramente pastún, por cuyo ministro del Interior EEUU ofrece una recompensa de 5 millones de dólares y tiene las manos manchadas de sangre de cientos de enemigos talibanes; han confirmado que las mujeres solo podrán estudiar separadas de los hombres; y han matado a manifestantes desarmados y a afganos que trabajaban para las fuerzas estadounidenses.

Los talibanes ni siquiera se esconden. Mientras la economía del país implosiona, el nuevo gobernador del banco central dio una clase magistral de cómo quedar mal al aparecer en una foto presumiblemente sumido en sus pensamientos sobre la política monetaria adecuada para controlar la inflación y mantener la moneda local a flote... con su fiel AK-47 a su lado.

Los nuevos gobernantes de Afganistán han demostrado hasta ahora que pretenden gobernar como lo hicieron la última vez

¿Conseguirán los donantes convencer a los talibanes para que cooperen? En una entrevista exclusiva antes de la conferencia sobre ayuda, el Secretario General de la ONU, António Guterres, dijo a GZERO World que si se comprometen "positivamente" con los talibanes, quizá consigan la suficiente influencia para vender al régimen los beneficios de formar "parte de un mundo normal".

El problema es que incluso si los talibanes aceptan, a falta de un término mejor, ser menos talibanes —y eso es mucho suponer—, muchos países occidentales no confían en que cumplan su parte del trato. Mientras tanto, el destino de millones de afganos seguirá pendiendo de un hilo.

Los representantes de unos 40 países donantes de ayuda a Afganistán se reunieron el lunes en Ginebra para tomar una difícil decisión: mantener el flujo de asistencia humanitaria a un país gobernado por violentos fanáticos religiosos, o contemplar la posibilidad de que uno de cada tres afganos muera de hambre este invierno.

Talibán Afganistán Pakistán