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Hoy empieza el principio del fin de la pandemia en EEUU: ha llegado la vacuna
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¿A QUIÉN VACUNAR PRIMERO?

Hoy empieza el principio del fin de la pandemia en EEUU: ha llegado la vacuna

Los expertos reiteran: la pandemia va a empeorar antes de que empecemos a ver una mejoría

Foto: Cajas que contienen la vacuna de Pfizer antes de ser distribuidas en Míchigan, Estados Unidos. (Reuters)
Cajas que contienen la vacuna de Pfizer antes de ser distribuidas en Míchigan, Estados Unidos. (Reuters)

Estados Unidos ha comenzado este lunes su primera ronda de vacunaciones contra el covid-19. Después de la aprobación de emergencia por parte del Gobierno federal el pasado viernes, 2,9 millones de primeras dosis, elaboradas por Pfizer y BioNTech, han dejado ya los almacenes para ser administradas a personal sanitario y en las residencias de ancianos. Un desembarco esperado que, sin embargo, no alcanzará a grandes porciones de población por lo menos hasta la primavera. Los expertos reiteran: la pandemia va a empeorar antes de que empecemos a ver una mejoría.

La ciudad de Nueva York ha elegido a una enfermera de la comunidad afroamericana, una de las más castigadas por la pandemia, y al barrio de Queens, una de las áreas donde el coronavirus ha robado más vidas en el país, para comenzar su campaña de vacunación en este estado, que sigue siendo el que más defunciones ha registrado debido al coronavirus. La enfermera de cuidados intensivos Sandra Lindsey, que trabaja en el hospital Jewish Medical Center, recibió la primera dosis de la vacuna a las 9.23 hora local. "Espero que esto marque el principio del final de un tiempo muy doloroso en nuestra historia", ha afirmado.

placeholder La enfermera de cuidados intensivos Sandra Lindsey, que trabaja en el hospital Jewish Medical Center recibe la vacuna del coronavirus. (Reuters)
La enfermera de cuidados intensivos Sandra Lindsey, que trabaja en el hospital Jewish Medical Center recibe la vacuna del coronavirus. (Reuters)

El despliegue de la vacuna tiene muchos actores. El Gobierno federal ha financiado los esfuerzos y aprobado los resultados, pero son los gobiernos estatales los encargados de decidir cómo y a quiénes se destinarán las dosis. Las farmacéuticas han elaborado la vacuna y las empresas privadas de mensajería, FedEx y UPS, la llevarán a 636 instalaciones capaces de almacenarla a 70 grados bajo cero. Desde allí aún no conocemos los detalles de cómo o a quién, o en qué números, se administrarán. Muchos estados todavía están diseñando su estrategia.

Así que aún quedan interrogantes. Una vez sean vacunados los primeros de la lista, el personal médico de alto riesgo y los ancianos de las residencias, ¿quién vendrá después? El Centro de Control de Enfermedades ha proporcionado una guía, pero son los estados quienes deciden, y varias industrias los están presionando para ser ellas quienes la reciban primero. Los sectores de la alimentación, la hostelería o las aerolíneas utilizan argumentos de salud pública para convencer a las autoridades. Más allá de que puedan así, efectivamente, evitar otros brotes, vacunar a sus empleados también es una manera de volver a poner en pie sus negocios.

Foto: Ceremonia de firma del tratado RCEP. (Reuters) Opinión

No es una decisión fácil. Según datos del Gobierno, más de la mitad de los estadounidenses desempeña trabajos considerados “esenciales”. Técnicamente, por tanto, habría decenas de millones de potenciales candidatos a recibir la vacuna en los próximos meses: desde doctores a periodistas, profesores, psicólogos, cajeros, conductores de autobús, azafatos, técnicos de telecomunicaciones o químicos.

La industria cárnica está influyendo muy activamente en estas decisiones. Casos como el de la planta de Sioux Falls, en Dakota del Sur, donde los empleados trabajaban durante horas codo con codo, prueban el potencial para el contagio y su consecuencia en la cadena de suministro alimenticio del país. Las corporaciones Cargill, Smithfield Foods y Perdue Farms, dice 'The Wall Street Journal', llevan semanas insistiendo públicamente, y algunas hasta han ofrecido sus instalaciones frías y su personal para ayudar a almacenar y distribuir las vacunas.

El virus arrasa EEUU

“Cuando no somos capaces de operar con seguridad para nuestros empleados, lo que sucede es que tenemos una acumulación de comida”, declaró KatieRose McCullough, directora de asuntos científicos y regulatorios del North American Meat Institute, al portal MarketPlace. Los empleados del empaquetamiento de carne, añadió, están especialmente expuestos al virus, dado que, además de trabajar juntos en espacios cerrados, suelen vivir en zonas rurales con pocos recursos médicos.

Estados Unidos acaba de registrar en torno a un millón de casos en cuatro días; solo el pasado viernes murieron 3.300 personas

Uno de los principales estados productores de carne, Kansas, ha puesto a los trabajadores del sector en lo más alto de la lista, justo por detrás de los médicos. La llamada Liga de los ciudadanos latinoamericanos unidos (LULAC) ha aplaudido la medida, ya que una gran proporción de los empleados de este sector, así como de la agricultura, son de origen latino. Está previsto que este mes 150.000 habitantes del Kansas sean vacunados.

Las líneas aéreas, por su parte, recuerdan a los médicos del Gobierno que son fundamentales a la hora de sostener la actividad económica nacional. Insisten en que el personal de vuelo está día tras día compartiendo espacio y respirando el mismo aire que centenares de pasajeros y que, además, las vacunas se van a transportar en avión.

El virus, mientras tanto, continúa batiendo récords en todos los órdenes. Estados Unidos acaba de registrar en torno a un millón de casos en cuatro días; solo el pasado viernes murieron 3.300 personas y las hospitalizaciones han crecido durante siete días consecutivos, hasta superar las 107.000 en todo el país. Cifras más graves que los alcanzadas en primavera, durante la primera ola. Está previsto que los viajes y reuniones familiares por el Día de Acción de Gracias, además, se empiecen a reflejar próximamente en la lista de fallecidos.

A diferencia de las dos primeras olas, que afectaron sobre todo a las ciudades costeras, en primavera, y a los estados del sur, en verano, esta —geográficamente— está más repartida. Lo que no ha cambiado es la divisón política. Llevar mascarilla sigue siendo materia de controversia, desde la calle hasta los puestos de poder.

Foto: El virólogo y experto en enfermedades infecciosas, Adolfo García-Sastre. (EFE)

El gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, acudió el viernes a un partido de fútbol americano. Las fotografías revelan que la multitud, incluidos el gobernador y su familia, no llevaba mascarilla. Los contagios de Florida se acercan a los máximos registrados en verano, cuando Miami se ganó el apodo de “el nuevo Wuhan”.

En Boise, Idaho, las autoridades sanitarias tenían previsto votar por el uso obligatorio de mascarilla en los lugares públicos. Una muchedumbre agresiva los acechó durante la reunión, que terminó siendo cancelada. En Rapid City, Dakota del Sur, los miembros del consejo de la ciudad dicen haber recibido amenazas por sus planes de obligar a llevar mascarilla. Las unidades de cuidados intensivos de Dakota del Sur se han quedado sin espacio, de manera que han tenido que mandar a pacientes a hospitales de otros estados.

placeholder Ron DeSantis, gobernador de Florida. (Reuters)
Ron DeSantis, gobernador de Florida. (Reuters)

En Nueva York también ha surgido un conato de rebeldía. Un bar de Staten Island se ha negado a respetar el cierre obligatorio a las 10 de la noche, provocando la reacción de la oficina del sheriff y manifestaciones multitudinarias en contra de las restricciones por covid. Desde hoy lunes, la ciudad de los rascacielos volverá a prohibir cenar en el interior de bares y restaurantes hasta nueva orden. Los ingresos están volviendo a subir y está previsto que los hospitales se llenen al 90% en 21 días.

Parece que, al menos, muchos norteamericanos van saliendo de la indiferencia que se ha ido asentando desde que terminó la primera ola: hay una especie de remisión de la fatiga. Según una encuesta de Axios, un 73% de los estadounidenses considera que el covid supone un riesgo grande o moderado para su bienestar: proporciones similares a cuando empezó la crisis. La preocupación por perder el empleo o por no poder pagar las facturas a final de mes también ha vuelto a subir. Sin embargo, cuatro de cada 10 han reconocido que se han reunido con familiares en los festivos. Una práctica contra la que ha advertido el Gobierno federal.

A pesar del paisaje lúgubre y de las cercanas vacaciones de Navidad y Nochevieja, que pueden así mismo multiplicar los casos dados los viajes y reuniones familiares, hoy lunes empieza con una nota amable, sobre todo para los estándares de 2020: el comienzo de la distribución de la vacuna a quienes más la necesitan. Este fin de semana, el avión de FedEx, que partió del Aeropuerto Gerald Ford de Grand Rapids, en Míchigan, con la primera remesa, fue filmado con intenciones históricas. Como el momento bisagra, el principio del fin de un año aciago. Está previsto que, para febrero, haya en torno a 100 millones de dosis más contra el covid-19.

Estados Unidos ha comenzado este lunes su primera ronda de vacunaciones contra el covid-19. Después de la aprobación de emergencia por parte del Gobierno federal el pasado viernes, 2,9 millones de primeras dosis, elaboradas por Pfizer y BioNTech, han dejado ya los almacenes para ser administradas a personal sanitario y en las residencias de ancianos. Un desembarco esperado que, sin embargo, no alcanzará a grandes porciones de población por lo menos hasta la primavera. Los expertos reiteran: la pandemia va a empeorar antes de que empecemos a ver una mejoría.

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