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Más colas para echar gasolina que para votar: así "gana" el chavismo el Parlamento
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Más colas para echar gasolina que para votar: así "gana" el chavismo el Parlamento

Con 31% de participación, la coalición chavista se hace con la mayoría de la Asamblea Nacional. El opositor Guaidó, en el disparadero tras unas elecciones que la UE y EEUU no reconocen

Foto: Maduro en las elecciones legislativas. (Reuters)
Maduro en las elecciones legislativas. (Reuters)

El chavismo compitió contra sí mismo y perdió. En las elecciones parlamentarias del domingo, la coalición oficialista Gran Polo Patriótico obtuvo 3,5 millones de votos, dos millones menos que en 2015, cuando la oposición ganó la Asamblea Nacional por mayoría absoluta. No solo perdió en numéricamente, sino también en capacidad de convocatoria: la participación fue del 31%, un derrumbe comparado con el 71% de hace cinco años. Pero todos estos detalles no impedirán a Nicolás Maduro desmantelar el último refugio democrático de la oposición política en Venezuela.

Sin haber participado, la oposición también perdió. Al considerar las elecciones “un fraude”, la oposición perderá el control del poder legislativo sobre el que se construyó el gobierno interino del diputado Juan Guaidó, quien desde enero de 2019 ha sido reconocido por más de 50 países como 'presidente encargado' por su cargo como jefe de la Asamblea. Estados Unidos, la Unión Europea y otros organismos internacionales no reconocen esta contienda porque consideran que no hay las “condiciones mínimas” para garantizar transparencia y libertad del voto. Así que, a partir de la juramentación de los nuevos diputados el 5 de enero de 2021, el Legislativo venezolano -como el Ejecutivo- perderá el reconocimiento internacional.

Con la victoria en las legislativas de hace cinco años, la oposición inflingió a Maduro su primera gran derrota electoral tras la muerte de Hugo Chávez en marzo de 2013. En la madrugada, Maduro y Diosdado Cabello, número dos del chavismo, recordaron recordaron ese día en una comparecencia ante los medios. “Reconocimos la derrota y tuvimos paciencia”, dijo Maduro. “Casi que ni creíamos los que estaba ocurriendo y menos en esas dimensiones. Hoy tenemos muchas razones para sonreír”, apuntó Cabello. El primero declaraba desde Miraflores, el palacio presidencial del que ya prácticamente no sale. Cabello lo hacía desde el comando de campaña del Gran Polo Patriótico. Antes de despedirse, Maduro quiso dejar clara la cadena de mando: “Estoy en mi despacho, Diosdado. Al frente del Gobierno, al mando”.

Foto: Maduro en campaña para las parlamentarias de Venezuela. (EFE)

"La dictadura se evidencia", denunció Guaidó desde su cuenta de Twitter. "Luego del chantaje, el secuestro de partidos, censura, fabricar resultados, infundir terror; Anuncian lo dicho: un fraude con 30% de pura falsedad, que no le son suficientes ni para mostrarse en público. (Ni ellos celebran, se saben solos)", agregó.

Los otros

Para darle un aire competitivo, junto con el Gran Polo Patriótico del chavismo participó la Alianza Democrática, una oposición que Maduro confeccionó a su medida. Esta coalición está formada por desertores de los principales partidos de oposición respaldados por el Tribunal Supremo de Justicia. Entre todas las siglas partidistas obtuvieron 944.665 votos (17,95%), las mismas que en 2015 sacaron 7,7 millones. Pese a ello, algunos votantes antichavistas se movilizaron. “Seamos muchos o pocos, quisiera tener alguien que nos represente en la Asamblea Nacional”, dijo Indira Jiménez tras votar en la humilde barriada de Catia, al oeste de Caracas: .

Foto: La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez. (EFE)

e un padrón electoral de 20,7 millones de electores, el domingo votaron 5,3 millones de venezolanos según el primer boletín del Consejo Nacional Electoral con más del 82% escrutado. Sin embargo, según la base de datos colaborativa Venezuela Documenta, a las 10:00pm, con 1.000 registros procesados en 21 estados del país, la participación fue de 21,9%. Las irregularidades más comunes fueron los puntos de control partidista afuera del centro de votación (74,5%), incumplimiento de normas de bioseguridad (45,2%) y movilización de recursos públicos (40,4%).

La alta abstención y el desconocimiento internacional no impedirán el trabajo legislativo. Algo similar ocurrió en 2005, cuando la oposición tampoco participó y solo votó 25% del padrón electoral. Durante ese periodo de cinco años se diseñó y aprobó buena parte del tejido legal que permitió a Hugo Chávez avanzar en la construcción de su modelo socialista.

“Hay como siempre mucha doble moral", aseguró el expresidente ecuatoriano Rafael Correa, aliado del gobierno de Maduro. "Usted tiene en Europa niveles de participación de 28% o 30% sin pandemia, sin bloqueo, con gasolina. Siempre quieren buscar la quinta pata al gato”, aseguró.

placeholder Colegio electoral en Venezuela. (Reuters)
Colegio electoral en Venezuela. (Reuters)

La promesa de Maigualida

Mientras las colas para votar brillaban por su ausencia, otras -que ya forman parte del paisaje de Caracas- se hacen más largas. Casi 60 vehículos forman una fila en la Avenida Intercomunal de El Valle, una zona a la entrada de la capital donde Maduro pasó su juventud. Miles de caraqueños quisieron aprovechar el domingo electoral para intentar buscar combustible. Esperan desde hace horas para surtir gasolina debido a la sequía de combustible que hay en Venezuela. Estos días, en el país petrolero es más importante poder moverse que votar.

Diagonal a la estación de servicio está la escuela Fe y Alegría La Rinconada, uno de los centros de votación en las elecciones parlamentarias en las que se eligen los diputados de la Asamblea Nacional para el periodo constitucional 2021-2026. Es mediodía y en la escuela no hay cola, ni horas de espera. Pasa un camión del gobierno con música del cantautor Alí Primera para animar el voto: “El pueblo que es refranero / canta con su propio rezo / aunque un rosario de penas lleve guindando en su pecho”. Muy poca gente entra a votar, pero casi todos los que salen buscan a la misma mujer: Maigualida.

“Hola, Maigua. Me dijeron que aquí están anotando a los que votaron para lo del carnet”; “¿Esto es para escanear el carnet? A mí no me llega ningún bono y me dijeron que después de votar preguntara por Maigualida que aquí me lo escaneaban”; “Mami, ¿dónde están escaneando?”. La respuesta de Maigualida –líder de zona del partido del chavismo- era idéntica y desalentadora para todos: “Estamos anotando la cédula (DNI) en este papel porque a la muchacha que escanea se le descargó el teléfono. Ella viene después y manda todo lo que está anotado”.

Foto: Los militares patean las ofrendas florales que varias personas habían depositado en recuerdo de Rafael Acosta. (EFE)

El carnet de la patria es el instrumento creado por la administración de Maduro para entregar bonos sociales, alimentos y gasolina subsidiados, ayudas para pensionados, recibir la criptomoneda oficial petro, entre otras opciones. El carnet es la huella de asistencia social de los venezolanos afiliados. Que alguien del partido escanee el carnet es una forma de “actualizarlo” o “activarlo”, o al menos así creen muchos. En unas elecciones marcadas por la apatía y la confusión, la promesa hecha a quienes habitaban en la zona de Maigualida era escanear fácilmente ese carnet después de votar. Pero, a las 12 del mediodía, el único teléfono habilitado ya no estaba en el lugar.

Maigualida, así como todos los jefes de sector del Partido Socialista Unido de Venezuela, tiene el deber de controlar en un punto partidista (antes conocidos como puntos rojos) la asistencia a los centros, sobre todo de aquellos que reciben beneficios sociales. Esta es una acción irregular que viola la norma electoral y se configura en una amenaza sobre los ciudadanos. Según la base de datos colaborativa Venezuela Documenta, en 74,5% de los centros había una Maigualida encargada de 'escanear' a los aliados de la "revolución".

“Hoy nos quedamos a dormir en Miraflores. Celebraremos un ratico en familia y nos preparamos para próximas batallas”, aseguró Maduro como despedida a su intervención televisiva. Pero la realidad es que cae la noche en Caracas, se acercan las Navidades y la gran mayoría del país no tendrá nada con lo que festejar.

El chavismo compitió contra sí mismo y perdió. En las elecciones parlamentarias del domingo, la coalición oficialista Gran Polo Patriótico obtuvo 3,5 millones de votos, dos millones menos que en 2015, cuando la oposición ganó la Asamblea Nacional por mayoría absoluta. No solo perdió en numéricamente, sino también en capacidad de convocatoria: la participación fue del 31%, un derrumbe comparado con el 71% de hace cinco años. Pero todos estos detalles no impedirán a Nicolás Maduro desmantelar el último refugio democrático de la oposición política en Venezuela.

Juan Guaidó Nicolás Maduro