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Corea no quiere de vuelta a sus desertores: no más repatriaciones por el coronavirus
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Corea no quiere de vuelta a sus desertores: no más repatriaciones por el coronavirus

Las cifras de desertores son inciertas: se estima que entre 30.000 y 50.000 norcoreanos tienen estatus de refugiado en China, pero las de huidos del régimen de Kim no se saben

Foto: Frontera entre Corea del Norte y China (Reuters)
Frontera entre Corea del Norte y China (Reuters)

El Departamento de Estado de Estados Unidos estima que el número de norcoreanos que desertaron a China es de entre 30.000 y 50.000, con estatus oficial de refugiado en el gigante asiático. Naciones Unidas pidió el pasado mes de junio que las autoridades chinas dejaran de deportar a ciudadanos de Corea del Norte a su país de origen, del que habían escapado previamente, para evitarles castigos desproporcionados: entre mediados de abril y mediados de junio fueron arrestados en suelo chino al menos una treintena de desertores norcoreanos. Durante la primera mitad del año pasado más de medio millar de ciudadanos huyeron del país más hermético del mundo, una cifra que supone un incremento del 12% con respecto a los datos del año anterior, según las cifras registradas por el Gobierno de Corea del Sur. La mayoría escapan por la frontera china, ahora cerrada (igual que el resto de fronteras) para evitar contagios por el coronavirus de Wuhan, que levantó la alarma en la región el pasado mes de diciembre.

Con las fronteras clausuradas, el siguiente paso del régimen de Kim Jong-un ha sido solicitar a su vecina China que no repatríe a los norcoreanos detenidos en su territorio, para contener el virus que, según muestran las cifras oficiales, no ha logrado entrar todavía en el aislado país. "Por lo que he escuchado, Pyongyang ha decidido no aceptar desertores. Ha pedido a China que no los envíe de vuelta debido al reciente brote de coronavirus", ha señalado el pastor surcoreano Kim Sung-eun, conocido por ayudar a refugiados de Corea del Norte, a 'Voice of America'. Esta información la habría escuchado de fuentes próximas a las fuerzas de seguridad chinas.

Fuentes próximas a la situación en las fronteras del país han señalado, tal y como recoge la agencia Reuters, que muchos de los norcoreanos que trabajan en China —especialmente en restaurantes—, contraviniendo las sanciones de la ONU, se encuentran en una situación de "cautiverio virtual" en sus viviendas, bajo instrucciones de las autoridades norcoreanas. El puente fronterizo de Tumen, que conecta la ciudad china de Tumen con el condado de Onsong, en Corea del Norte, ha sido cerrado tanto al tráfico de personas como al de mercancías, aunque esto no implica que se detendrá totalmente el contrabando, "porque los mercados negros locales son lo que mantiene con vida a los norcoreanos".

placeholder Puente Tumen entre China y Corea del Norte (Reuters)
Puente Tumen entre China y Corea del Norte (Reuters)

Esta misma semana, la Agencia de Noticias Central de Corea (KCNA) aseguraba que estaba supervisando de cerca a todas las personas que hubieran entrado al país desde el pasado 13 de enero, si bien el país ha bloqueado totalmente la entrada de turistas. A finales del mes pasado, además, anunció una cuarentena para todos los trabajadores que hubieran estado en contacto con China, y el periódico estatal aseguró que el Gobierno norcoreano utilizaría todos sus recursos para contrarrestar la propagación del virus, tal y como recoge el diario 'Korea Herald'.

¿Cuántos norcoreanos deporta China?

El Gobierno chino califica como "inmigrantes económicos" ilegales a todos los norcoreanos que huyen de su país natal y llegan al gigante asiático, y los repatría a la fuerza en virtud de un acuerdo bilateral fronterizo sellado con Pyongyang en 1986. Una vez de vuelta en Corea del Norte, muchos son castigados severamente, según se extrae de los testimonios de varios norcoreanos deportados desde China; de hecho, en 2010 se firmó un decreto para convertir la deserción en un delito de traición a la nación, punible con la pena de muerte.

El pasado mes de mayo, Human Rights Watch (HRW) denunció la detención por parte de las autoridades chinas de siete norcoreanos que habían desertado de su país y que estaban pendientes de ser devueltos a la fuerza a manos de Kim Jong-un. Sin embargo, las cifras absolutas se desconocen. La opacidad de los Gobiernos de China y de Corea del Norte impide definir un número concreto tanto de desertores como de norcoreanos detenidos en China y deportados a su lugar de origen: Pekín devolvió a suelo norcoreano a cerca de 6.000 desertores en el año 1999, según las cifras de la Comisión de Estados Unidos para Refugiados e Inmigrantes publicado en 2001.

Según datos publicados a mediados de 2018 desde Rusia se habían repatriado a cerca de dos tercios de los 30.000 norcoreanos que trabajaban en suelo ruso; Pekín dijo entonces que había repatriado a más de la mitad, aunque sin especificar ninguna cifra concreta. Sin embargo, estos no son exactamente 'desertores', sino que son trabajadores que Pyongyang envía al extranjero en condiciones similares a la esclavitud y que suponen una fuente de remesas para el régimen: en 2017, Naciones Unidas aprobó una de las sanciones más duras de la historia contra Corea del Norte, exigiendo que no se renovaran los contratos de estos empleados y éstos fueran repatriados a su país de origen.

El Departamento de Estado de Estados Unidos estima que el número de norcoreanos que desertaron a China es de entre 30.000 y 50.000, con estatus oficial de refugiado en el gigante asiático. Naciones Unidas pidió el pasado mes de junio que las autoridades chinas dejaran de deportar a ciudadanos de Corea del Norte a su país de origen, del que habían escapado previamente, para evitarles castigos desproporcionados: entre mediados de abril y mediados de junio fueron arrestados en suelo chino al menos una treintena de desertores norcoreanos. Durante la primera mitad del año pasado más de medio millar de ciudadanos huyeron del país más hermético del mundo, una cifra que supone un incremento del 12% con respecto a los datos del año anterior, según las cifras registradas por el Gobierno de Corea del Sur. La mayoría escapan por la frontera china, ahora cerrada (igual que el resto de fronteras) para evitar contagios por el coronavirus de Wuhan, que levantó la alarma en la región el pasado mes de diciembre.