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Descubren que estaba viva justo antes de ser incinerada en pleno funeral en Bangkok
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los médicos certificaron su muerte

Descubren que estaba viva justo antes de ser incinerada en pleno funeral en Bangkok

La familia de Phinij Sopajorn mantuvo el cuerpo de su abuela en un ataúd durante tres días, siguiendo la tradición budista, y descubrieron que aún respiraba antes del crematorio

Foto: Templo budista en Bangkok, Tailandia. (Efe)
Templo budista en Bangkok, Tailandia. (Efe)

Phinij Sopajorn, una mujer de 70 años de Bangkok, sufrió un bocio severo por el que tuvo que ser ingresada en el hospital. Una vez allí, dejó de respirar y los médicos creyeron que había fallecido, por lo que su familia organizó su funeral y solo cuando quedaban unos instantes para incinerarla, descubrieron que su abuela en realidad estaba viva.

Cuando Sopajorn ingresó en el hospital, su respiración se detuvo, por lo que los expertos confirmaron su muerte y autorizaron a sus parientes para que se llevaran el cuerpo de la mujer. Siguiendo con la tradición budista, los familiares ocultaron el rostro de la abuela y dejaron el cuerpo intacto durante tres días en el interior de un ataúd que metieron en el templo, según el diario local Bangkok Jack.

Durante esos tres días, los allegados a la familia acudieron a postrarse junto al féretro para velarlo y mostrar sus condolencias a la familia. Pasado ese tiempo, el ataúd fue trasladado en coche fúnebre al cementerio, donde se iba a realizar la cremación del cuerpo.

Pero antes de llegar a la cremación — como la culminación de la ceremonia — los parientes siguen un ritual, según el cual, el viudo debe lavarle la cara a su esposa. Fue en ese momento cuando Thawin Sopajorn se acercó al rostro de Phinij y observó que esta respiraba y que sus párpados parecían moverse de forma casi imperceptible.

Inmediatamente después, avisaron a un médico, quien le practicó la reanimación cardiopulmonar y certificó que Sopajorn estaba viva. Según declaraciones de los familiares, la mujer permanece en casa, aún recuperándose y bajo el cuidado de sus parientes más cercanos.

Phinij Sopajorn, una mujer de 70 años de Bangkok, sufrió un bocio severo por el que tuvo que ser ingresada en el hospital. Una vez allí, dejó de respirar y los médicos creyeron que había fallecido, por lo que su familia organizó su funeral y solo cuando quedaban unos instantes para incinerarla, descubrieron que su abuela en realidad estaba viva.

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