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Europa recibe a los niños retornados del Califato
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"es el gran reto, una bomba de relojería"

Europa recibe a los niños retornados del Califato

El Califato se desvanece y miles de radicales que dejaron Europa en busca del sueño del islam más fanático huyen a sus países de origen. La mayoría de los retornados son mujeres y niños

Foto: Imagen de un vídeo propagandístico de Daesh con menores durante un entrenamiento.
Imagen de un vídeo propagandístico de Daesh con menores durante un entrenamiento.

“Centro de Crisis del Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia, ¿dígame?”.

“Hola, me llamo Leyla Jasim y quería solicitar la repatración de mi hermana y sus 2 hijos -también ciudadanos franceses-.

“De acuerdo, ¿dónde se encuentran actualmente?”.

“En el Califato del Estado Islámico”*.

Es el sueño fallido de un paraíso perdido. Las eminentes promesas del 'califa' Abu Bakr al Baghdadi para el próspero "dar-al-islam" (la tierra de los musulmanes) han fracasado. La batalla internacional contra el ISIS ha puesto en jaque el feudo yihadista y ha terminado con 70.000 de sus secuaces -según el ejército estadounidense-. Desde 2014, Daesh ha perdido el 70% de sus dominios en Irak y el 51% en Siria. En los últimos días, los líderes obligan a la población civil a retroceder con sus tropas, mientras cientos de combatientes extranjeros aprovechan para escapar a sus países de origen.

En estos tres años de absolutismo yihadista, 40.000 combatientes extranjeros -según el Centro Soufan- se han desplazado hasta Siria o Irak para cumplir con la "hégira" (la emigración al lugar sagrado) dentro de las fronteras del nuevo `Estado Islámico´. Los países europeos han aportado más de 5.000 y, sin duda, la nacionalidad occidental más presente el frente de la yihad es Francia: 1.910 de sus ciudadanos han combatido junto al grupo terrorista. Hasta mediados de 2017, han regresado a Francia más de 200 -y el 30% de todos los países europeos-,“pero sabemos que 977 (franceses) están a punto de volver”, revela a El Confidencial un policía francés del departamento de antiterrorismo. El fenómeno de los yihadistas retornados a Europa solo acaba de comenzar.

placeholder Un niño durante un desfile propagandístico de Daesh en Irak.
Un niño durante un desfile propagandístico de Daesh en Irak.

El trayecto del yihadista arrepentido

La devastación de la guerra y la tiranía de los líderes han hecho irrealizable el sueño de un territorio yihadista regido por la sharia. La opresión contra la población civil, la carencia de bienes, la incomunicación o el asedio de los bombardeos de la Coalición han desilusionado a miles de radicales extranjeros que abandonaron Europa en busca del sueño del islam más fanático. “Después de haber perdido a su marido en el frente, las mujeres se plantean volver a sus países europeos, a sabiendas de que ingresarán en prisión, pero donde al menos sus hijos tendrán una oportunidad”, mantiene un oficial de Defensa francés en Estambul. La mayoría de los retornados son mujeres y niños ya que los padres suelen haber muerto en combate.

El proceso de radicalización en ellos no existe. Solo se adaptan al entorno que sus padres escogen, no hay proceso de convicción

Las vías de retorno son múltiples pero la mayoría se producen en la frontera turco-siria. Las familias se aproximan hasta ahí “donde son detenidos por las Fuerzas Democráticas Sirias (una facción kurda 'proxy' de Estados Unidos) y ellos se ponen en contacto con la Coalición Internacional”, asegura el oficial de defensa, “después avisan a las autoridades turcas para que les permitan la entrada”. Una vez en Turquía, son detenidos por las fuerzas de seguridad, y éstas establecen contacto con las autoridades consulares francesas. Según la Convención de Viena, los diplomáticos pueden visitar a los detenidos. En ese encuentro el individuo solicita regresar al territorio nacional y se activa un protocolo para gestionar el viaje bajo custodia policial.

En otros casos los yihadistas fugitivos logran cruzar la frontera de manera clandestina y son ellos quienes se ponen en contacto con el Consulado. Otro vía de auxilio es cuando, desde Siria o Irak, escriben a sus parientes en Francia a través de internet. “La familia busca un abogado, y este se comunica con las autoridades francesas y ellas con los servicios diplomáticos en Turquía”, revela la fuente. Pero los retornados no son siempre individuos arrepentidos, sino que pueden ser enviados por rangos superiores con la misión de perpetrar un ataque en Europa. Una vez en Francia, pasan a disposición de la Justicia.

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Civiles que huyen del Estado Islámico en el frente de Raqqa descansan en el interior de una mezquita. (Reuters)

Los niños europeos de la yihad

De los 859 menores de Europa occidental -según el Centro Soufan- que han estado en el teatro de operaciones, como describen los expertos al área bajo el control de Daesh, al menos 450 son de nacionalidad francesa, según la oficina del primer ministro de Francia. En su mayoría se trata de bebés, pero también hay adolescentes que han participado en acciones de violencia extrema. “Daesh ingresa a niños de 9 años en campos de entrenamiento”, recuerda a El Confidencial Marije Meines de RAN (Red de Conciencia sobre la Radicalización, un organismo de la UE), “y algunos de ellos han participado en decapitaciones”. Ella destaca el alto grado de adoctrinamiento que han sufrido, “por ejemplo han aprendido a calcular con armas. Dos kalashnikovs más tres kalashnikovs son igual a cinco kalashnikovs”.

“Este es el gran reto de Europa, es una bomba de relojería”, mantiene la fuente policial francesa, “porque si uno de estos niños comete una masacre dentro de 10 años, habremos fracasado”. Los expertos diferencian entre tres tipos de menores retornados: los nacidos en la UE, que han viajado a Siria e Irak y han vuelto al país europeo; quienes han nacido durante el conflicto; o los nacidos en la UE pero que fueron concebidos en el terreno. Cada tipo necesita una atención diferente, “los recién nacidos sufren problemas de nutrición (…) o falta de vacunación”, apunta Meines, “los adolescentes, asuntos psicológicos relacionados con el uso desmedido de la violencia”. A pesar del reto, hay esperanza para ellos, “sus mentes son todavía flexibles” y el proceso de radicalización en ellos no existe, “sino que simplemente han socializado. Solo se adaptan al entorno que sus padres escogen, no hay proceso de convicción”, concluye.

Pero, una vez en el país miembro de la UE, después de que sus padres sean detenidos y enviados a prisión, ¿pueden estos niños ser procesados por delitos de terrorismo? “El marco legal es complejo”, transmiten desde RAN, “el reclutamiento de menores en grupos armados no está penado”, según UNICRI (el Instituto Interregional de las Naciones Unidas para Investigaciones sobre la Delincuencia y la Justicia). Sin embargo, cuando se trata de terrorismo, “cada país miembro establece el marco sobre los grupos y las actividades así como las edades en las que los menores pueden ser juzgados como adultos”. No existe un marco específico, pero la jurisprudencia revela que muchos casos se han asignado a los tribunales de menores.

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Adolescentes de Daesh durante un entrenamiento, en un vídeo propagandístico del grupo.

La respuesta europea para los retornados

El fenómeno de los yihadistas retornados, y el tratamiento correspondiente a los hijos, no cuenta con referentes en la legislación europea. Aunque de momento, Francia, Holanda, Bélgica y Reino Unido han desarrollado estructuras interministeriales, en colaboración con las instituciones municipales, para gestionar el retorno de los afines a ISIS. Francia, tras el incremento de la actividad yihadista en 2015, reformó el Comité Interministerial contra la Delincuencia y la Radicalización (CIPDR) en mayo de 2016 (incluyendo el componente de la radicalización), con elementos de Interior, Defensa, Asuntos Sociales, Justicia, Trabajo, Familia y Salud.

¿Sería viable negar la nacionalidad a quienes se asocien a grupos terroristas en zonas de conflicto?

Muriel Domenach, la anterior cónsul francesa en Estambul -desde 2013 hasta 2016- ha recibido la labor de liderar este organismo después de su amplia experiencia en gestionar el retorno de yihadistas franceses desde Turquía. El dispositivo para los menores, aprobado por el ejecutivo en marzo de 2017, describe la coordinación de servicios después de la llegada al territorio nacional. El primer paso es un chequeo médico y psicológico; y después el caso es examinado por el juzgado de menores que, a su vez, dirigirá la asistencia social y educativa del joven, sobre todo si los padres han muerto en combate o han ingresado en prisión. Si los bebés han nacido en Siria o Irak las autoridades realizan tests de ADN para confirmar el parentesco con quienes aterrizan en París.

Tras la inminente derrota del primer territorio controlado por un grupo terrorista, Europa se enfrenta a uno de los mayores retos de su historia: atender, asistir e integrar a individuos radicalizados que suponen una amenaza para la seguridad nacional. Entre los líderes europeos se debate ahora el apoyo que cada país ofrece a los yihadistas: o bien tramitar el regreso o dejarlos en manos de la justicia de otros países. Y surge un debate, ¿sería viable negar la nacionalidad a quienes se asocien a grupos terroristas en zonas de conflicto? Sin duda, el cambio legislativo violaría tratados internacionales, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos que en su artículo 15 cita la prohibición de provocar el status de apátrida. Una sanción que, en ningún caso, debería aplicarse a los niños, los últimos responsables de la emigración al Califato.

* Esta conversación es la reproducción de uno de los casos expuestos por la fuente oficial de Francia. Nombre ficticio.

“Centro de Crisis del Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia, ¿dígame?”.

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