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Griegos solos ante la crisis: ser jubilado en el reducto de la izquierda
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UN 89% AYUDA A SUS HIJOS Y NIETOS EN PARO

Griegos solos ante la crisis: ser jubilado en el reducto de la izquierda

Un 89% de jubilados ayuda a sus hijos y nietos desempleados. Desde enero, las pensiones apenas se han recortado, pero con los anteriores memorandos se alcanzaron bajadas de hasta el 60%

Foto: Un pensionista griego participa en una protesta contra las políticas de austeridad en Atenas, el 31 de octubre de 2013 (Reuters).
Un pensionista griego participa en una protesta contra las políticas de austeridad en Atenas, el 31 de octubre de 2013 (Reuters).

Katherina Minoglu tiene 78 años y reside en Lárisa, ciudad de tamaño medio situada en el centro de Grecia. Encarna uno de tantos retratos fidedignos de cómo viven los jubilados en este país que no termina de salir de la crisis. Viuda desde hace ya muchos años, ha ido viendo cómo, progresivamente, en su familia y en las de sus amigas se reproducían los casos de hijos, sobrinos o nietos atrapados en una situación sin salida, sin esperanza de futuro. Ellos, los jubilados, han trabajado toda su vida, viven con una pensión menguante y solo logran salir adelante a base de muchos sacrificios.

Katherina contesta al teléfono tras varias llamadas sin respuesta. "Estaba regando las plantas", nos explica, "y no lo había oído". Cuidar de sus plantas es uno de los únicos pasatiempos que se puede permitir. Otro es ver con sus amigas las telenovelas que emiten en uno de los canales generalistas helenos. Normalmente series turcas o griegas con un estilo copiado descaradamente de las venezolanas. Como acompañamiento, toman un café griego, como siempre, y pastas. Allí cotillean y hablan de los hijos que se han tenido que ir al extranjero, de cuánto los echan de menos. Ni pensar en ir de visita, es demasiado caro. Esperarán a que vuelvan en Navidad o Semana Santa.

Para Katherina, que dejó de trabajar hace más de 10 años, el recuerdo de la crisis ha sido siempre la letanía de recortes que comenzaron en 2009 con los gobiernos de Nueva Democracia (conservadores) y Pasok (socialistas), el bipartidismo. Ahora gana unos 520 euros al mes de pensión. "En ese año llegó el primer recorte, además despidieron a mi hijo y no fue una época fácil”, asegura. Durante los tres años siguientes, Yorgos sobrevivió haciendo pequeñas “chapuzas” en negro o consiguiendo trabajos que no duraban mucho, como tantos griegos que fueron dando tumbos de un puesto a otro hasta acabar en el paro cuando hasta la economía sumergida empezó a ser inexistente.

Desde hace dos años, Yorgos, en la cuarentena y soltero, está oficialmente desempleado con un subsidio mínimo. Su madre intenta animarle y cocina para él siempre que puede. Los fines de semana se han convertido en una cita ineludible para ambos, porque es una de las pocas cosas que le puede ofrecer. Intenta ayudar a su hijo con los gastos, con lo que puede, pero hay que exprimir hasta el último céntimo.

placeholder Pinche en la imagen para ver el álbum: Jubilados en vilo durante la crisis.
Pinche en la imagen para ver el álbum: Jubilados en vilo durante la crisis.

Nikos Hatzopoulos, presidente de la Red pensionistas de Grecia, lo corrobora con datos: "De los pensionistas asociados a nuestra red, un 89% ayuda a sus hijos y sus nietos desempleados o con sueldos muy bajos. Así es como los recortes afectan a la sociedad en su conjunto. No dejarán que sus hijos se mueran de hambre, pero con recortes tan grandes el problema, lógicamente, es enorme", explica. "Desde enero las pensiones apenas se han recortado, pero con los anteriores memorandos hemos llegado a una bajada de entre el 50 y el 60%. En los últimos meses [con el Gobierno de Tsipras] han bajado un 2% las pensiones primarias y un 6% las pensiones secundarias. Pero por supuesto todo suma, y es enorme", dice Hatzopoulos, que se muestra desconfiado ante el tercer memorando. De momento, es prudente: "Tendremos recortes con el nuevo memorando, aunque todavía no podemos decir de cuánto o para qué categoría de pensionistas. El memorando no especifica, esperamos a la ley".

Katherina es votante socialista, del Pasok, "de toda la vida", desde la primera victoria de Andreas Papandréu, que prometía que Grecia entraría en la primera división de Europa: trajo el Estado del bienestar, la Unión Europea... y un sistema clientelar y de enchufismos ya famoso en el continente. Nueva Democracia, el otro partido con el que el Pasok ha compartido la gobernanza del país desde que se reinstaurara la democracia, no hizo nada por reformarlo; es más, ahondó en él construyendo un 'turnismo' en el que nadie tiraba de la manta. Ella ha terminado aceptando que todos los gobiernos tuvieron su parte de responsabilidad, aunque en su caso le echa la culpa de la mayor parte de los problemas a Kostas Karamanlís, primer ministro conservador entre 2004 y 2009, bajo el cual se empezó a destapar el enorme déficit heleno. "Él es el culpable de esta deuda", zanja.

Tenemos una cultura de la propiedad en Grecia, muchos jubilados tienen al menos una casa. Cuando recortan la mayor parte de la pensión es imposible pagar impuestos como el ENFIA

Aunque Katherina se mantiene entera e incluso deja entrever su buen humor, el estrés psicológico entre los jubilados está en niveles de récord, según muestran los recientes datos publicados por Eurostat sobre la satisfacción de los mayores en la Unión. En todos los parámetros estudiados (satisfacción con su situación financiera, personal, empleo del tiempo, vivienda y entorno) los griegos puntúan en los niveles más bajos y la media de satisfacción general (5,5) está muy lejos de la europea, que se sitúa en un 6,8. España, por ejemplo, está en un 6,4. Ella, sin embargo, dice sentirse afortunada dadas las circunstancias. "Aunque mi hijo está desempleado, al menos tenemos comida en el plato y no tengo que pagar el alquiler [ya que tiene la casa en propiedad]".

Tener una casa puede llegar a ser también un problema. En un impulso que no resultará extraño a los españoles, los griegos de la época de bonanza se lanzaron a comprar pisos. Primero para vivir y luego para veranear. Con la llegada de las vacas flacas, el pago del impuesto de la propiedad (Enfia) se convirtió en un verdadero quebradero de cabeza que obligó a muchos a vender muy por debajo del precio de compra. El Gobierno de Tsipras se comprometió en su campaña de enero a eliminarlo, lo que le granjeó gran apoyo; después, una vez llegado al poder, lo prorrogó bajo la presión de la baja recaudación; ahora ya no se debate más sobre su desaparición, solo la extrema izquierda lo hace.

Hatzopoulos corrobora que el Enfia es otro de los grandes obstáculos de los jubilados: "Tenemos una cultura de la propiedad en Grecia, muchos jubilados tienen al menos una casa. Así que cuando recortan la mayor parte de la pensión y tienes que ayudar a tu hijo porque está parado, es imposible pagar impuestos como el Enfia. Casi el 80% tiene al menos una casa en propiedad", explica. Menos dinero con el que llegar a final de mes.

placeholder Un pensionista se enfrenta a un trabajador mientras intenta entrar en una sucursal del Banco Nacional de Grecia, en Atenas. (Reuters)
Un pensionista se enfrenta a un trabajador mientras intenta entrar en una sucursal del Banco Nacional de Grecia, en Atenas. (Reuters)

Mayores ahogados por la crisis

Durante los años de los memorandos, y a falta de una reforma que ataque de verdad los problemas recaudatorios de la Hacienda helena y cace a los mayores evasores, ha sido común la táctica administrativa de exprimir desde a la clase media -con más impuestos- hasta a las más desfavorecidas -con reclamaciones de pagos atrasados a los que muchos no pueden hacer frente-. El reciente caso de la 'abuela' Deméter Kalmanti ha hecho revolverse en sus asientos a la sociedad griega.

En 2007, Yorgos y Dimitra Kalmanti, matrimonio en la treintena, murieron en un accidente de coche, lo que dejó a sus tres hijos, de cinco, seis y 11 años, huérfanos. Dimitri, Maria y Nicole viajaban en el vehículo y sobrevivieron de milagro. Hace ocho años por tanto que quedaron a cargo de su abuela, Deméter Kalmanti, que tuvo que criar a tres niños pequeños con una sola pensión. Un camino lleno de dificultades. Enfrentada al gran problema de tener que alimentar a tres pequeños y pagar el alquiler, la Organización de Vivienda de los Trabajadores (OEK, encargada de dar casa a los empleados en apuros y ahora absorbida por la Agencia de Desempleo, OAED) salió en su ayuda en 2008, proporcionándole un apartamento de 93 metros cuadrados en Volos, en la Grecia central. Los términos, explicaba Deméter, quedaron claros entonces: era un regalo.

En realidad, no lo era: siete años después esta mujer de 79 años debe pagar, según la OAED, 130.000 euros para que no la echen de su vivienda y, lo que es más importante, tampoco a sus nietos. "Para hacer frente al pago tengo que abonar 420 euros al mes... y mi pensión es de 600 euros, con la que tenemos que vivir cuatro personas". Deméter pagó durante ese tiempo los impuestos correspondientes -entre ellos el Enfia-, asegura.

Una presión monumental para esta familia precaria: el 18 de diciembre tiene que realizar el primer pago: "¿Qué van a hacer si no encuentro el dinero? ¿Qué pasará? ¿Que nos echarán a la calle? ¿Grecia está hundida por las deudas y tiene que recaudar de tres huérfanos?", asegura indignada, aunque no parece dispuesta a darse por vencida: "Mis tres nietos son todo para mí. Son mi vida y nunca me rendiré. Pero tengo 79 años. ¿Cuánto más voy a durar para ellos? Por si no fuera suficiente la pena por la muerte de mi hijo y su mujer, ahora tengo este problema con la casa. Desde mis posibilidades lucharé para encontrar una solución, pero al mismo tiempo pido ayuda por todas partes para no quedarme sin techo", exclama. OAED, dependiente del Gobierno, ha explicado por boca de su directora que no tienen conocimiento del caso y que lo estudiarán "detenidamente". Ahora el futuro de los Kalmanti está en manos de la burocracia. Además de, como otros tantos jubilados, en manos de las condiciones del tercer rescate.

Katherina Minoglu tiene 78 años y reside en Lárisa, ciudad de tamaño medio situada en el centro de Grecia. Encarna uno de tantos retratos fidedignos de cómo viven los jubilados en este país que no termina de salir de la crisis. Viuda desde hace ya muchos años, ha ido viendo cómo, progresivamente, en su familia y en las de sus amigas se reproducían los casos de hijos, sobrinos o nietos atrapados en una situación sin salida, sin esperanza de futuro. Ellos, los jubilados, han trabajado toda su vida, viven con una pensión menguante y solo logran salir adelante a base de muchos sacrificios.

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