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La mujer bajo el yugo del Estado Islámico: doble velo y 'abayas' diseñadas por ellos
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para evitar que se intuya el cuerpo

La mujer bajo el yugo del Estado Islámico: doble velo y 'abayas' diseñadas por ellos

Resentimiento y desesperación. Eso es lo que sienten los cientos de musulmanes que viven en la ciudad siria de Raqqa, convertida desde enero de 2014 en 'sede' del Califato de ISIS

Foto: El EI aplica la sharia más extrema y obliga a la mujer a llevar un doble velo para ocultar sus ojos, guantes oscuros y 'abayas' negros diseñados por ellos. (Reuters)
El EI aplica la sharia más extrema y obliga a la mujer a llevar un doble velo para ocultar sus ojos, guantes oscuros y 'abayas' negros diseñados por ellos. (Reuters)

Resentimiento y desesperación. Eso es lo que sienten los cientos de musulmanes que viven en la ciudad siria de Raqqa, convertida desde enero de 2014 en ‘sede’ del Califato que pretende construir el autodenominado Estado Islámico. Con menos de los 200.000 habitantes de los que contaba a principios del pasado año después de que el EI se erigiera como única fuerza tras conquistar la urba, Raqqa es el claro ejemplo de cómo este grupo terrorista ejerceel control en todos los ámbitos.

Imponiendo su particularinterpretación de lasharia, el Estado Islámico demuestra que su fuerza destructora no solo se consigue a través de las armas sino también de la represión imponiendo un estricto código de vestimenta y buenas prácticas que coarta la libertad individual.

Las más afectadas por este yugo son las mujeres, a las que se les obliga a ir acompañadas de una suerte de tutor masculino osu esposo (mahram), si lo tienen, en todo momento. Sin embargo, uno de los gestos más crueles es el que les obliga a ocultarse de sus semejantes bajo un doble velo para ocultar sus ojos, guantes oscuros y ‘abayas’ negras y anchasdiseñadas y confeccionadas en Irak por miembros del Estado Islámico para evitar que se intuya el cuerpo de la mujer bajo la tela.

“Nos prohíben a las mujeres de Raqqa desplazarnos a cualquier lugar sin un mahram. Para mí es un problema porque no tengo ninguno”, diceaThe Guardian Sama Maher, de 20 años, que asegura tener cinco hermanas y ni un solo hombre que 'vele' por ella, motivo por el cual ha sido detenida en varias ocasiones “por violar las normas de ISIS”.

Golpes en la cabeza con palos por llevar 'hiyab'

Según publica este martes el diario británico The Guardian centros de formación como las universidades están cerradas a cal y canto en las áreas bajo el férreo control del Estado Islámico. “Tuve que dejar mis estudios universitarios en Alepo porque no estoy autorizada a cruzar los puestos de control sin un mahram”, confirma Sama Maher.

Este represión no solo es exclusiva de Raqqa. Ciudades como Mosul han sido el escenario de violentas palizas y golpes en la cabeza a mujeres por llevar 'hiyab'en vez de un velo de doble capa. “El ISIS obliga a las mujeres de todas las edades-el EI hace una excepción con las mayores de 45 años-a llevar velo. Si no, te golpean en la cabeza con un palo”, asegura a The Guardian Maha Saleh.

Esta medida adoptada por el Estado Islámico no caló hondo en una mayoría de las trabajadoras sanitarias, que rechazaron llevar velo por la distancia que existía entre paciente y médico y por la imposibilidad de hacer su trabajo. “Muchas se negaron a ir con velo y se declararon en guerra por quedarse en casa. La 'Hisbah'-policía encargada de velar por el cumpliendo de la ley islámica- cogió unas ambulancias y se presentó en sus casas para llevarlas por la fuerza al hospital”, declara estamédico árabe. Sin embargo, el inflexible control de la Hisbah va más allá y demuestra que tienen ojos en todas partes. “Un día una compañera estaba sola en la clínica con un compañero sin ningún paciente y decidió quitarse el velo. En ese momento, dos hisbah irrumpieron en la sala y le advirtieron que no volviera a hacerlo”.

Hospitales sin mujeres médicos

Este comportamiento se repite en Raqqa, donde los hospitales apenas tienen mujeres médicos y enfermeras y donde es obligatorio ir acompañada de un mahram y cubierta con el velo. De hecho, varios han sido los casos en los que en un parto asistido por mujeres a algunas de ellas se les ha prohibido el paso al paritorio por no llevar velo.

El incumplimiento de alguna de estas normas no solo acarrea condenas físicas a las mujeres, sino también a sus maridos o tutores, a quienes se les azota y castiga en público o son multados por permitir estos errores. Un ejemplo de esta práctica ocurrió a comienzos del pasado mes de enero. Después de que el Estado Islámico ordenara cerrar todas las peluquería femeninas en ciudades como Mosul o Raqqa, Samah Nasir, de 43 años, se vio obligada a incumplir esta norma tras la grave enfermedad de su marido. “Decidió volver a abrirla porque no tenía con qué alimentar a mis hijos y pagar los medicamentos de mi marido”. Después de esta decisión, la Hisbah entró en su casa y su marido fue condenado por un tribunal del ISIS al pago de más de 1.300 euros y a diez latigazos en la planta de los pies.

Quienes tampoco están exentos de control del Estado Islámico son las niñas, que también tienen que acatar los estrictos códigos de vestimenta. En este sentido, el mayor problema lo tienen a la hora de ir al colegio ya que a los seis años el ISIS obliga a llevar hiyab, algo que un año atrás no era una obligación. Incluso, y según la declaración de un alumno de 15 años de una escuela secundaria, el uso del velo se está generalizando. “A pesar de que las profesoras de las escuelas de niñas son mujeres a ninguna de ellas se les permite levantar el velo interior (el que oculta los ojos) dentro de clase”, asegura.

La mujer en la organización del Estado Islámico

¿Cómo se espera que se comporte una mujer bajo el mandato del ISIS? Para dar respuesta a esta pregunta, el Estado Islámico ha publicado un manifiesto que detalla cómo debe ser el papel de las mujeres dentro de estar organización terrorista. "Es legítimo que las mujeres de 9 años se casen con los combatientes", se infoma a la vez que se destaca cuál sería su rol como esposas, amas de casa y madres.

En esta guía de actuación se establece que el modelo occidentral de mujeres emancipadas y trabajadoras solo genera fracaso y que "las mujeres no ganan nada con ser iguales que el hombre, aparte de problemas". De esta manera, se insiste en el papel de la mujer dentro de casa, sometida al hombre y comprometida con la cusa de ISIS de manera "sedentaria": ellas no lucha sino que muestran su apoyo a los yihadistas masculinos desde el hogar.

A pesar delmachismopatente en el texto, el documento ha sido redactado por mujeres. Éstas forman parte de laBrigada Khansaa, la unidad femenina que se ocupa de hacer cumplir las normasestablecidos por el autodenominado Estado Islámico. Publicado en un foro yihadista el mes pasado, las instrucciones proporcionadas por estas mujeres eliminan cualquier tipo de actividad social fuera de casa, e incluso se llega a afirmar que laspeluqueríasy salones de belleza son instrumentos del diablo yque la "función fundamental" de una mujer esestar en casa con su esposo e hijos.

Resentimiento y desesperación. Eso es lo que sienten los cientos de musulmanes que viven en la ciudad siria de Raqqa, convertida desde enero de 2014 en ‘sede’ del Califato que pretende construir el autodenominado Estado Islámico. Con menos de los 200.000 habitantes de los que contaba a principios del pasado año después de que el EI se erigiera como única fuerza tras conquistar la urba, Raqqa es el claro ejemplo de cómo este grupo terrorista ejerceel control en todos los ámbitos.

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