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Turquía pone cadenas a internet: podrá cerrar webs sin autorización judicial
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ERDOGAN ACALLA LAS CRÍTICAS EN PLENA CRISIS

Turquía pone cadenas a internet: podrá cerrar webs sin autorización judicial

Turquía reforma la ley que regula internet, otorgando poderes especiales para censurar sitios web a discreción y sin necesidad de autorización judicial

Foto: Erdogan con la canciller Angela Merkel tras una reunión este martes en Berlín (Reuters).
Erdogan con la canciller Angela Merkel tras una reunión este martes en Berlín (Reuters).

“Alrededor de 30.000 páginas web están prohibidas ahora mismo en Turquía. No sabemos el número exacto”, afirman desde el Partido Pirata de Turquía. “Hay muchas páginas a las que no se ha podido acceder durante años porque el contenido es dañino para el Gobierno”, asevera este grupo de activistas por la libertad de internet. El oscuro panorama que pintan acaba de ensombrecerse aún más con la aprobación, en la noche del miércoles, de una reforma en la ley que regula los contenidos de internet, limitándolos aún más y otorgando poderes especiales a la Autoridad de Telecomunicaciones, que ahora podrá censurar sitios web a discreción y sin supervisión.

La ley es justificada por los partidarios del Gobierno como medida para “proteger a la familia, a los niños y a los jóvenes de elementos en internet que animan a la drogadicción, al abuso sexual y al suicidio”. El Partido Justicia y Desarrollo (AKP) de Recep Tayyip Erdogan rechaza toda comparativa con los países que más censuran internet, como Corea del Norte, China, Siria o Turkmenistán. “Turquía no es China y nunca será como China en este aspecto”, declaró recientemente Hüseyin Çelik, portavoz del partido. “¿No estamos todos de acuerdo en que haya algunas leyes sobre las redes sociales y los medios en internet? Pueden existir regulaciones basadas en los estándares mundiales en el resto del mundo”, afirmó.

Para el Gobierno será mucho más sencillo bloquear las páginas web que ya veta, incluyendo sitios de prensa, explica Geoffrey King, experto en internet del Comité para la Protección de Periodistas. La nueva ley permitirá vetar directamente la URL o dirección de cada enlace, en lugar de impedir el acceso a todo el portal web que lo aloja

Sus detractores, sin embargo, lo ven como un paso más en la deriva autoritaria de Erdogan, y como una nueva herramienta para censurar todo comentario negativo hacia su gestión. Algunas asociaciones de internautas están difundiendo ejemplos del tipo de censura que el Gobierno tiene en mente. Recientemente, el vicepresidente del Partido Republicano (CHP), Umut Oran, fue conminado por la Autoridad de Telecomunicaciones a retirar un post de su blog donde hacía referencia a una intervención realizada por él mismo durante una sesión parlamentaria, en la que inquiría sobre un posible caso de corrupción en el entorno de Erdogan (una pregunta que, no obstante, permanece reseñada en la propia web del Parlamento). Con la nueva regulación, las autoridades podrán bloquear dicho post sin necesidad de rendir cuentas ante la opinión pública o los poderes judiciales.

"Esta ley está creando problemas que se van a convertir en crónicos en los próximos años, en el sistema judicial, por ejemplo, pero también en la mentalidad”, afirma Gürkan Ozturan, del Partido Pirata. “Han acuñado el término ‘terroristas de internet’, lo que hace que la gente vea a los infractores como terroristas", indica.

“Será mucho más sencillo bloquear a la prensa”

Los críticos a la medida no son solo nacionales. El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), con base en Nueva York, es uno de los grupos más vocales en su oposición a la iniciativa. “Para el Gobierno será mucho más sencillo bloquear las páginas web que ya veta, incluyendo sitios de prensa”, explica Geoffrey King, el experto en internet del CPJ. La nueva ley permitirá vetar directamente la URL o dirección de cada enlace, en lugar de impedir el acceso a todo el portal web que lo aloja.

“Se argumenta que este será un enfoque mucho más preciso a los contenidos inapropiados, pero en realidad es un intento de censura mucho menos transparente”, afirma King. “Esto permitirá el bloqueo de cuentas individuales de Facebook o Twitter. Imagino que el razonamiento es que la gente se enfadará tanto si la censura es tan opaca”, asegura.

“Somos más libres en comparación con muchos otros países del mundo, y tenemos libertad de prensa”, afirmaba estos días el viceprimer ministro Bülent Arinç. “Ahora mismo, más de dos millones de personas se están beneficiando de una opción ofrecida a los padres que desean proteger a sus hijos de contenidos dañinos, como los contenidos para adultos y la violencia”, asegura.

placeholder Un grupo de jóvenes en un cibercafé de Ankara (Reuters).

La pornografía ya estaba totalmente prohibida

Lo que Arinç no dice es que esos “contenidos para adultos”, como la pornografía, no son opcionales, sino que ya están totalmente prohibidos en Turquía. Otros miles de páginas censuradas incluyen las cercanas a la guerrilla nacionalista kurda del PKK (considerada terrorista por Ankara y la Unión Europea), e incluso algunas secciones de Wikipedia. También, cada vez más, páginas de corte político críticas con el Gobierno. Sin embargo, hasta ahora era posible acceder a muchos de estos sitios cambiando el DNS del ordenador, o medianteproxiescomovtunnel.com. Algo que será imposible tras la implementación de la nueva regulación. Además, la Autoridad de Telecomunicaciones, que sigue órdenes de la Presidencia, podrá censurar páginas sin necesidad de una autorización judicial.

"Todavía no hay suficiente gente afectada. Pero aunque muchos no ven nada malo en la ley, el noventa y nueve por ciento de los usuarios de internet en Turquía utiliza proxies o VPNs", comenta Ozturan. "Si empiezan a arrestar a los infractores, van a necesitar campos de concentración para veinte millones de personas”, ironiza. “A nadie le importa porque piensan que ellos no están haciendo nada malo", se lamenta su compañera Selin Kaledelen. "Hasta que no cierren Facebook, la gente no se va a echar a la calle a protestar", dice.

Mientras en Estambul y las principales ciudades del país se producían importantísimos disturbios, las principales cadenas de televisión emitían programas insulsos sobre cocina o naturaleza, incluyendo un documental sobre pingüinos que provocó, literalmente, miles de chistes y bromas políticas. Para muchos turcos, la única forma de enterarse de lo que estaba sucediendo era a través de la web

“La nueva ley de internet asegurará la privacidad individual y los derechos individuales”, insiste el director de la Autoridad de Telecomunicaciones, Tayfun Acarer, quien asegura que la medida es esencialmente protectora, y está en línea con los estándares internacionales. Por ejemplo, aquellas personas cuya intimidad sea violada en una página podrán solicitar su eliminación de la red directamente ante este organismo, explica en una entrevista con el diario progubernamental Sabah.

Acarer pone el ejemplo de la difusión del vídeo sexual que en 2010 mostró al entonces jefe de la oposición, Deniz Baykal, manteniendo una relación extramarital con una parlamentaria de su partido, y que acabó con su carrera política. La eliminación de dicho vídeo de las webs de los medios turcos requirió de una orden judicial, pero para entonces ya había sido visto por cientos de miles de personas en todo el país. Además, diversos medios extranjeros reprodujeron el video y, en algunos casos, se negaron a retirarlo, como hizo, por ejemplo, la web del diario español El Mundo.

Las autoridades turcas decidieron entonces bloquear el acceso a dicha web. Si la nueva regulación hubiese estado ya operativa, habría sido posible censurar únicamente la página que reproducía el video, sin necesidad de vetar todo los demás contenidos del medio.

"No hay duda de que hay elementos dañinos en internet, como la pedofilia. Pero es más fácil neutralizarlos ahora. Cuanto más represivo se vuelve el entorno, mejor se esconden los criminales", argumenta Ozturan.

“Las redes sociales son la peor amenaza”

Turquía ya ha acaparado titulares en el pasado por su difícil relación con internet. El portal de videos YouTube estuvo bloqueado durante más de dos años por un clip en el que se atacaba la figura del fundador de la moderna República de Turquía, Mustafá Kemal Atatürk, acusándole de homosexual, Además, las redes sociales fueron objeto de críticas por parte de las autoridades durante las protestas antigubernamentales del pasado junio. El propio primer ministro Erdogan calificó Facebook de “tecnología horrible”, y Twitter de “calamidad”.

Para mí, las redes sociales son la peor amenaza para la sociedad”, aseguró entonces. Unas palabras especialmente polémicas dado el férreo control ejercido por el Ejecutivo turco sobre los medios tradicionales durante la revuelta: mientras en Estambul y las principales ciudades del país se producían importantísimos disturbios, las principales cadenas de televisión emitían programas insulsos sobre cocina o naturaleza, incluyendo un documental sobre pingüinos que provocó, literalmente, miles de chistes y bromas políticas. Para muchos turcos, la única forma de enterarse de lo que estaba sucediendo era a través de la web.

“En mi opinión, el verdadero propósito de la ley es que la gente se lo piense dos veces antes de hacer algo. Se trata de crear una cultura del miedo, que lleve a la autocensura, que es peor que la censura”, dice Ozturan. Para Geoffrey King, el trasfondo, no obstante, es que “Turquía encarcela más periodistas que ningún otro país del mundo en números absolutos”: 49, según la lista del CPJ actualizada el pasado diciembre. “Turquía tiene un problema general de libertad de prensa. Esto simplemente expandirá el poder del Gobierno para censurar y controlar internet”, sentencia.

“Alrededor de 30.000 páginas web están prohibidas ahora mismo en Turquía. No sabemos el número exacto”, afirman desde el Partido Pirata de Turquía. “Hay muchas páginas a las que no se ha podido acceder durante años porque el contenido es dañino para el Gobierno”, asevera este grupo de activistas por la libertad de internet. El oscuro panorama que pintan acaba de ensombrecerse aún más con la aprobación, en la noche del miércoles, de una reforma en la ley que regula los contenidos de internet, limitándolos aún más y otorgando poderes especiales a la Autoridad de Telecomunicaciones, que ahora podrá censurar sitios web a discreción y sin supervisión.

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