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La Casa de los Horrores en Cleveland
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CONTINUAS VIOLACIONES Y HASTA CINCO ABORTOS

La Casa de los Horrores en Cleveland

Al menos en dos ocasiones, la policía de Cleveland (Ohio) llamó a la puerta de la casa  de Ariel Castro durante la última década para investigar

Foto: La Casa de los Horrores en Cleveland
La Casa de los Horrores en Cleveland

Al menos en dos ocasiones, la policía de Cleveland (Ohio) llamó a la puerta de la casa  de Ariel Castro durante la última década para investigar denuncias sobre algunas actividades ilícitas. Las autoridades nunca registraron la vivienda de este hombre. De hecho, no pasaron del porche. Dentro de la vivienda, comprada en 1992, vivía el principal acusado, un conductor de autobús escolar retirado por incumplir con las normas de tráfico y, aparentemente, muy bien integrado en el barrio. Tocaba en una banda de música e invitaba a los vecinos a barbacoas de vez en cuando. Nadie sabía de su vida anterior, aunque en su página de Facebook explicaba que tenía varios hijos y nietos. No había más detalles.

Efectivamente, el sospechoso de secuestrar y violar durante una década a tres mujeres estaba divorciado. Fue detenido al menos en una ocasión por maltratar a su mujer. Según han podido confirmar las autoridades, tiene dos hijos. El mayor es un periodista freelance. La otra hija de Castro es  una joven que está sentenciada a 25 años en prisión por intentar matar a su bebe cortándole la garganta. El pequeño sobrevivió, según la cadena FOX, al intento de asesinato de su madre.

La tarde noche del lunes 6 de mayo se cumplían diez años de la desaparición de una joven del barrio. Por entonces tenía 20 años y se llamaba Michelle Knight. Según los testigos, le habían retirado la custodia de su hijo pequeño y estaba enfadada. Cuando desapareció en 2002, la policía comunicó a su familia que no la buscarían. Probablemente se trataba de una huida. Su madre nunca creyó esta versión. La joven había sido secuestrada.

Michelle fue la primera en vivir el horror, pero no la única. Dos años después llegaba una adolescente de 16 años. Fue raptada el día antes de cumplir los 17 cuando iba camino de su casa tras terminar una jornada de trabajo en el Burguer King del barrio. Amanda Berry desapareció y, en esta ocasión, la policía sí inició una investigación. Según los medios locales, los hermanos Castro colaboraron de forma activa en la búsqueda de la adolescente. Nunca la encontraron. Era 2003.

Dos años después, en el 2004, desaparecía otra joven en la misma zona, Gina Dejesus, de 14 años de edad. La policía también abría una investigación. En este caso, Ariel Castro, amigo de la familia de Gina, lideró también la búsqueda de la joven que él mismo había secuestrado. La última persona que vio a Gina DeJesus fue una sobrina de su carcelero. Era su mejor amiga.

Las tres mujeres fueron secuestradas en la misma calle. En ella participaron de forma concertada Ariel Castro y sus dos hermanos. Además, el FBI investiga la desaparición de una cuarta mujer que, aparentemente, estuvo un tiempo en la casa y luego desapareció, según han declarado las otras tres jóvenes halladas. Cuentan los medios de comunicación que su nombre está grabado en la pared del sótano, aunque aún no se ha filtrado. El FBI tiene a un equipo de especialistas buscando en todo el terreno el supuesto cuarto cuerpo y, junto a él, el de los posibles niños que, según las mismas fuentes, habrían nacido de estas mujeres violadas durante diez años consecutivos.

Las mismas fuentes han confirmado a la CNN que la policía también investiga las casas de los hermanos de Ariel Castro por si hubiera pruebas.

Durante una década, estas tres mujeres estuvieron encerradas en el sótano de una casa situada en el mismo  barrio de Cleveland donde vivían con sus familias. A escasas calles de sus propias viviendas, han sufrido un verdadero calvario. Estaban atadas con cadenas en la misma habitación, según la policía, sin luz natural. Aparentemente, a quien se portaba "bien" le permitían subir al piso de arriba para ver la luz. Así durante diez largos años, sin poder salir y sin asistencia médica ni siquiera cuando una de ellas, Amanda Berri, dio a luz a su hija,  hace seis años. Según la prensa local, habría habido hasta cinco embarazos de las tres jóvenes secuestradas.

Por el momento, no hay más detalles sobre el paradero de esos niños. No se sabe si llegaron a nacer y, de haberlo hecho, se desconoce si fueron abandonados o asesinados. Otros medios de comunicación aseguran que Michelle, la mayor de las mujeres, habría sido agredida también físicamente y que su aspecto físico- en especial su cara- habría sufrido las consecuencias de los continuados malos tratos. La policía tampoco confirma ni desmiente este extremo. No existe ninguna fotografía de Michelle ni  de antes ni de después de su rescate. Tampoco se ha hecho pública ninguna fotografía hasta el momento de Gina DeJesus después de ser liberada.

Colaboradores necesarios

A última hora del martes pasaban a disposición judicial Ariel Castro y sus dos hermanos, Pedro y Onil, acusados de secuestro, retención contra su voluntad y violación continuada de las tres mujeres durante diez años. Los otros dos Castro vivían en el mismo barrio que su hermano Ariel, en una zona muy deprimida a las afueras de Cleveland. El mayor de ellos, Pedro, tenía un problema con el alcohol y un carácter muy agresivo, incluso violento, según cuentan los vecinos. La policía asegura que los tres han sido cómplices y colaboradores en el secuestro y maltrato de las chicas. Puntualizan que la investigación sigue abierta.

"Voz rota, desesperada"

La policía llegaba a la casa de Ariel Castro minutos después de recibir una llamada de una joven: "Soy Amanda Berry, llevo diez años secuestrada, he salido en las noticias, vengan a rescatarme, estoy viva". Tan sólo veinte minutos antes, un vecino oía gritos desesperados de una mujer al otro lado de la calle. Se acercó a la puerta y por una rendija vio los ojos de Amanda, que gritaba suplicando que la rescataran. El hombre pidió ayuda a otros vecinos y lograron tirar la puerta abajo. Una pequeña de 6 años corría a los brazos del vecino afroamericano, héroe del rescate. "En un barrio como este de Cleveland, cuando una niña blanca se abraza a un hombre negro es que algo muy malo está pasando", declaraba Charles Ramsey a la prensa.

No han trascendido los detalles sobre cómo la mujer pudo acercarse a la puerta y gritar, ni en qué situación se encontraban las otras dos chicas. Ninguna de las tres jóvenes secuestradas hace una década ha hecho declaraciones públicas. Aún no se conocen detalles sobre cómo vivían, de su relación entre ellas y de cómo han podido soportar la tortura durante tanto tiempo.

El FBI pasó gran parte de la tarde del martes inspeccionando la cárcel en donde estaban secuestradas las jóvenes, buscando más pruebas e intentando comprender su modo de vida durante tanto tiempo. Según algunos testigos, lo más llamativo eran las bolsas de McDonalds con las que siempre regresaba Ariel Castro a casa de su trabajo. Poco más.

Al menos en dos ocasiones, la policía de Cleveland (Ohio) llamó a la puerta de la casa  de Ariel Castro durante la última década para investigar denuncias sobre algunas actividades ilícitas. Las autoridades nunca registraron la vivienda de este hombre. De hecho, no pasaron del porche. Dentro de la vivienda, comprada en 1992, vivía el principal acusado, un conductor de autobús escolar retirado por incumplir con las normas de tráfico y, aparentemente, muy bien integrado en el barrio. Tocaba en una banda de música e invitaba a los vecinos a barbacoas de vez en cuando. Nadie sabía de su vida anterior, aunque en su página de Facebook explicaba que tenía varios hijos y nietos. No había más detalles.