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El Congreso da luz verde al plan de Obama para evitar el temido 'abismo fiscal'
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CON 257 VOTOS A FAVOR Y 167 EN CONTRA

El Congreso da luz verde al plan de Obama para evitar el temido 'abismo fiscal'

La Cámara de Representantes de Estados Unidos evitó en el último minuto esta madrugada las temidas consecuencias del llamado "precipicio fiscal", con un acuerdo bipartidista que

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El Congreso da luz verde al plan de Obama para evitar el temido 'abismo fiscal'

La Cámara de Representantes de Estados Unidos evitó en el último minuto esta madrugada las temidas consecuencias del llamado "precipicio fiscal", con un acuerdo bipartidista que aumentará los ingresos del estado pero que aplaza las decisiones más difíciles sobre la reducción del gasto público y la deuda. Por primera vez en veinte años, el Congreso estadounidense autoriza con el apoyo de ambos partidos una subida de impuestos para los más ricos.

El resultado, que salió adelante con 257 votos a favor y 167 en contra, supone una victoria política indiscutible para el presidente Barack Obama, quien hizo de la protección de la clase media su banderín de enganche durante la pasada campaña electoral.

"Gracias a los votos de republicanos y demócratas en el Congreso" subrayó hoy Obama, "voy a firmar una ley que sube los impuestos al dos por ciento de los estadounidenses más acaudalados y evita al propio tiempo subidas impositivas que habrían devuelto al país a la recesión".

La votación en la Cámara baja se produjo después de una intensa jornada en la que los republicanos estuvieron a punto de hacer descarrilar el compromiso. Un número significativo de miembros republicanos había exigido introducir en el proyecto de ley una enmienda para recortar el gasto del Gobierno en 300.000 millones de dólares.

El intento de enmendar el compromiso del Senado habría supuesto, de hecho, la muerte del preacuerdo bipartidista, debido a la falta de tiempo para negociar los cambios con la Cámara Alta antes de la instalación el día 3 de un nuevo Congreso.

Entre otras medidas, la legislación aprobada hoy, que entrará en vigor en cuanto la firme Obama, convierte en permanente el nivel actual de los tipos impositivos para un 98% de las familias y un 97% de los pequeños negocios. Eleva, por el contrario, el impuesto para las parejas con rentas anuales superiores a los 450.000 dólares, que volverán a contribuir con un tipo del 39,6%, como hace dos décadas, en lugar del 35% actual.

El acuerdo no prorroga, sin embargo, la rebaja temporal de las retenciones sobre los salarios que aprobó el gobierno de Obama dentro de las medidas de estímulo a la economía, por lo que los estadounidenses sí que notarán a partir de mañana una reducción de sus salarios netos.

A través de esa combinación de subidas de los tipos y reducción de ciertas deducciones para los más adinerados, el Gobierno espera recaudar 620.000 millones de dólares en nuevos ingresos en los próximos diez años. La ley prorroga, además, por un año el subsidio de emergencia por desempleo que beneficia a 2 millones de estadounidenses.

Dudas sobre las finanzas estadounidenses a pesar del acuerdo

Buena muestra de que el pacto es producto de las prisas fue la petición, con rumor de ruego, que lanzaba a última hora del 1 de enero el representante republicano Tom Cole a sus compañeros en la Cámara Baja: hay que votar hoy (por ayer) el proyecto para evitar el ‘abismo fiscal’ sin agregar enmiendas.  "Prometimos abordar esto ahora mismo", declaraba un asustado Cole a MSNBC. "Conocemos los detalles esenciales y creo que revisar esto antes de que abran los mercados (hoy miércoles) es realmente importante", ha añadido.

Todos los congresistas y senadores han forzado la máquina con la vista puesta en Wall Street. La prensa especializada calificó el acuerdo alcanzado en el Senado de ‘fiasco’, y en ese sentido se temen que lo acojan las bolsas de todo el mundo, poniendo en entredicho no sólo la recuperación económica de EEUU y el resto del mundo, sino las poco boyantes credenciales políticas del presidente Obama y el resto de protagonistas que han jugado con fuego, hasta posiblemente abrasarse, en el asunto del ‘fiscal cliff’.

El vicepresidente estadounidense, Joe Biden, reunió de urgencia en la tarde de ayer a los demócratas en la Cámara de Representantes para que aceptaran el trágala del acuerdo alcanzado in extremis la víspera con el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell. A los senadores demócratas, Biden les había explicado la imperiosa necesidad de llegar al acuerdo y estos, sabedores de lo que se jugaban, lo aprobaron de madrugada por 89 votos a favor y ocho en contra.

Tras la aprobación en el Senado, lo representantes republicanos debían decidir el “camino a seguir", puesto que tienen la mayoría en la Cámara de Representantes. Pese a las presiones, la votación no hacía más que posponerse, pero finalmente esta madrugada con 257 votos a favor y 167 en contra, el plan propuesto por Obama salió adelante en el Congreso norteamericano.

La Cámara de Representantes de Estados Unidos evitó en el último minuto esta madrugada las temidas consecuencias del llamado "precipicio fiscal", con un acuerdo bipartidista que aumentará los ingresos del estado pero que aplaza las decisiones más difíciles sobre la reducción del gasto público y la deuda. Por primera vez en veinte años, el Congreso estadounidense autoriza con el apoyo de ambos partidos una subida de impuestos para los más ricos.