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Abuelos japoneses se ofrecen para formar los ‘comandos suicidas’ en Fukushima
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“NO TEMEMOS A LA MUERTE NI A LA ENFERMEDAD”

Abuelos japoneses se ofrecen para formar los ‘comandos suicidas’ en Fukushima

A los abuelos japoneses no les causa temor la radiactividad que desprende la central nuclear de Fukushima, en alerta continua desde el terremoto del pasado 11

Foto: Abuelos japoneses se ofrecen para formar los ‘comandos suicidas’ en Fukushima
Abuelos japoneses se ofrecen para formar los ‘comandos suicidas’ en Fukushima

A los abuelos japoneses no les causa temor la radiactividad que desprende la central nuclear de Fukushima, en alerta continua desde el terremoto del pasado 11 de marzo. Por ello, muchos han comenzado a organizarse y se ofrecen al Gobierno nipón y a TEPCO, compañía responsable de la central, para formar parte de los llamados ‘comandos suicidas’, trabajadores que intentan controlar la fuga radioactiva. Sin embargo, han recibido como respuesta una educada negativa.

The Skilled Veterans Corps. es un grupo organizado de jubilados que rondan los setenta y que, por su experiencia y por su esperanza de vida, consideran que su puesto está en Fukushima. Defienden que las personas mayores asimilan de forma distinta la radiación que los jóvenes y que ni tienen miedo a la muerte ni a las enfermedades, ya que no les quedará tiempo para desarrollar ningún tipo de cáncer.

“Nosotros podemos trabajar por ellos”, ha dicho a la CNN Yasuteru Yamada, un ingeniero de 72 años con décadas de experiencia, refiriéndose a los 1.000 voluntarios que trabajan en la central. “Los mayores tenemos menos sensibilidad a la radiación. Tenemos que trabajar”, repite insistentemente.

Kazuko Sasaki, de 69 años y fundador del grupo, ha explicado a este canal de televisión las razones por las que los abuelos japoneses deben echar una mano en Fukushima. “Mi generación, una generación vieja, promovió las centrales nucleares. Si nosotros no tomamos responsabilidades, ¿quién las tomará?”, dice. También encuentra razones médicas. “Si un joven de 30 años se expone a la radiación, posiblemente desarrollará cáncer a los 35 o 40 años. En cambio, si tuviera 75 o 80 años, probablemente nunca desarrollará esta enfermedad”, asegura. A esto habría que sumar que este grupo de jubilados no tiene “miedo a la muerte”.

Para Masaaki Takahashi, de 65 años, también hay que tomar alguna medida. “Tenemos que hacer algo y no podemos permitir que la gente joven lo haga todo”, asegura. Su tarea, dentro del grupo, es la de encontrar voluntarios y parece que son muchos los que están ansiosos de colocarse el mono blanco y cruzar el perímetro de la malograda planta nuclear.

Un ‘no’ de las autoridades

Aunque han realizado ofrecimientos tanto al Gobierno como a los dueños de la central, de momento nadie cuenta con este grupo de abuelos dispuestos a convertirse en héroes. El dueño de Fukushima declaró en CNN que agradecía la oferta, pero que en la actualidad tienen suficientes trabajadores para controlar la crisis nuclear, una de las más graves de la historia.

Similares palabras han recibido del Gobierno. Al igual que TEPCO, el Ejecutivo ha dado las gracias al tiempo que ha asegurado que no necesita voluntarios en la actualidad. Esta crisis comienza a pasar factura al Gobierno de Naoto Kan. De momento, uno de los partidos de la oposición ha presentado una moción de censura por su gestión en Fukushima. El futuro de la planta es todavía una incógnita.

 

A los abuelos japoneses no les causa temor la radiactividad que desprende la central nuclear de Fukushima, en alerta continua desde el terremoto del pasado 11 de marzo. Por ello, muchos han comenzado a organizarse y se ofrecen al Gobierno nipón y a TEPCO, compañía responsable de la central, para formar parte de los llamados ‘comandos suicidas’, trabajadores que intentan controlar la fuga radioactiva. Sin embargo, han recibido como respuesta una educada negativa.

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