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Víctor Yanukóvich se perfila como el máximo favorito en las presidenciales ucranianas
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ES EL LÍDER DE LA UCRANIA RUSOPARLANTE

Víctor Yanukóvich se perfila como el máximo favorito en las presidenciales ucranianas

Ucrania afronta este domingo la primera ronda de las elecciones presidenciales con el líder rusoparlante Víctor Yanukóvich como máximo favorito ante su principal rival, la primera

Foto: Víctor Yanukóvich se perfila como el máximo favorito en las presidenciales ucranianas
Víctor Yanukóvich se perfila como el máximo favorito en las presidenciales ucranianas

Ucrania afronta este domingo la primera ronda de las elecciones presidenciales con el líder rusoparlante Víctor Yanukóvich como máximo favorito ante su principal rival, la primera ministra Yulia Timoshenko, aunque todas las encuestas aseguran que el vencedor se decidirá en la segunda vuelta.

Convertido en bandera de todos los descontentos con la presidencia de Víctor Yúschenko y del gobierno de Yulia Timoshenko, Yanukóvich parece tener ahora la gran oportunidad de desquitarse por los anteriores reveses electorales. A sus 59 años, este político ya ha sido gobernador de su región natal, Donetsk, y en dos ocasiones primer ministro de Ucrania, y conoce la amargura de la derrota y la dulzura de la revancha.

Su biografía parece la típica del perfecto funcionario de corte soviético: hijo de un trabajador del metal y una enfermera, ingeniero mecánico, doctor en Ciencias Económicas y luego graduado en Comercio Exterior por la Academia Ucraniana.

Ejerció su profesión durante veinte años al frente de varias empresas relacionadas con la energía y el transporte, y luego, ya después de la caída de la URSS, inicio su carrera política, primero como diputado del Consejo Regional de Donetsk (1996-2002) y luego como primer vicegobernador de Donetsk (1996-1997).

El 21 de noviembre de 2002 asumió oficialmente la jefatura del Gobierno de Ucrania y dos años después el entonces presidente Leonid Kuchma lo eligió como sucesor. En las elecciones presidenciales del 31 de octubre de 2004, las más reñidas en la historia de Ucrania, Yanukóvich, candidato del Partido de las Regiones (oficialista), obtuvo un 39,8% de apoyos en la primera vuelta, mientras que su principal rival, Víctor Yúschenko, logró un 39,2%.

Ambos volvieron a competir en las urnas el 21 de noviembre, cuando Yanukóvich superó (49,4%) a Yúschenko (46,6%), lo cual desató en las calles de Kiev la llamada Revolución Naranja, de resistencia pacífica al fraude civil, que finalmente y tras no pocos obstáculos, impuso la repetición de la segunda ronda. El 26 de diciembre, el electorado ucraniano secundó en las urnas a Yúschenko, con el 51,9% de los votos, frente a Yanukóvich, que recibió el 44,2%.

Pocos creyeron que aquel político derrotado y humillado regresaría a la jefatura del Gobierno el 4 de agosto de 2006. Para entonces Yanukóvich ya había renacido de las cenizas, tras la victoria de su formación política, el Partido de las Regiones, en los comicios parlamentarios de marzo de 2006.

Yanukóvich, casado y padre de dos hijos, es visto como un abanderado de los partidarios de una mayor integración con Rusia y se pronuncia contra la incorporación de Ucrania a la OTAN, uno de los grandes objetivos programáticos de Yúschenko.

El Partido de las Regiones fue la fuerza más votada en las parlamentarias de marzo pasado, pero quedó a 40 escaños de los 226 que constituyen la mitad más de uno del total de los que componen la Rada Suprema o Parlamento.

No obstante, Yanukóvich demostró su habilidad en la búsqueda de aliados, consiguiendo primero el apoyo de los comunistas y luego de los socialistas, que para ello abandonaron la alianza con Yúschenko y Yulia Timoshenko, su actual rival por la Presidencia.

Timoshenko, la mujer que inspiró la Revolución Naranja

La primera ministra, Yulia Timoshenko, la mujer que inspiró con sus arengas la Revolución Naranja de 2004, es una de los dos grandes favoritos en los comicios presidenciales que se celebrarán el próximo domingo en Ucrania. Timoshenko, que espera imponerse en una segunda ronda, pero nadie le discute su carisma personal, atractivo físico y habilidad política.

"Defenderemos nuestro país del retorno de la plaga de langostas-oligarcas que lo devorarán todo", dijo Timoshenko esta semana sobre su principal rival en las elecciones presidenciales del domingo, el opositor Víctor Yanukóvich.

Timoshenko, de 49 años, es una política camaleónica que tanto arenga a las masas contra la expansión rusa y defiende el acercamiento a Occidente, como forja una estrecha relación de trabajo con el primer ministro ruso, Vladímir Putin. Además de por su ambición, sus ansias de poder y su incisiva oratoria, Timoshenko se ha hecho famosa por su trenza rubia en forma de diadema, que se ha convertido en su principal seña de identidad.

Antes Timoshenko, economista y especialista en cibernética, fue viceprimera-ministra (diciembre 1999-abril 2001) responsable de la energía, sector al que ha estado vinculada durante toda su vida profesional.

En la Revolución Naranja de 2004, apoyó abiertamente a Yúschenko y le ayudó a ascender al poder, pero al frente del Gobierno antepuso su propia agenda al lanzar un radical programa de privatización, lo que le costó su destitución en septiembre de 2005. No obstante, tras dos años de travesía en el desierto de la oposición, pactó otra vez en diciembre de 2007 con Yúschenko, que respaldó su candidatura a la jefatura del Gobierno, cargo que ha ejercido desde entonces.

Poco duró el armisticio y, tras intentar recortar los poderes del presidente, Yúschenko lanzó una campaña de desprestigio de Timoshenko y de su gestión anticrisis que no ha cesado desde entonces. Finalmente, tras negar en numerosas ocasiones sus ambiciones presidencialistas, decidió presentar su candidatura como abanderada de los ideales revolucionarios que cautivaron al mundo en 2004.

Timoshenko puso las cartas sobre la mesa al declarar desde un principio que su rival en las elecciones sería Yanukóvich y asegurar que Yúschenko ha agotado todo su crédito político y ha traicionado la Revolución Naranja.

No lo tendrá fácil, ya que muchos ucranianos le acusan de incumplir sus promesas y de ser la responsable directa del agujero negro en el que se encuentra la economía nacional, que se contrajo entre un 10 y 20% en 2009.

Fiel a su estilo, Timoshenko ha decidido contraatacar centrando sus diatribas en los grandes monopolios del Este del país, el granero electoral de Yanukóvich, a los que acusó de explotar al pueblo durante la crisis.

La primera ministra mantiene que la prioridad de Ucrania es la integración europea, pero ha sabido nadar y guardar la ropa al ignorar intencionadamente el polémico asunto del ingreso en la OTAN, al que se opone la mayoría de la población.

Ucrania afronta este domingo la primera ronda de las elecciones presidenciales con el líder rusoparlante Víctor Yanukóvich como máximo favorito ante su principal rival, la primera ministra Yulia Timoshenko, aunque todas las encuestas aseguran que el vencedor se decidirá en la segunda vuelta.

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