Jean Sarkozy ¿un delfín entre tiburones?

A la edad en la que unos son becarios, otros se postulan para dirigir la organización de uno de las mayores zonas de negocios de la Unión Europea. Ante semejante noticia sólo cabría esperar admiración ante un portento, ante un estadista en potencia o simplemente suspicacia, si sabemos que este candidato, casualmente, se apellida Sarkozy.

Jean Sarkozy tiene 23 años y ya es muchas cosas. Lo primero, y más normal, es estudiante de Derecho de la Sorbona, donde no disfruta de un espectacular expediente. Hasta ahí, una nota habitual en la vida de un hijo de una acomodada familia de Neuilly-Sur-Seine, pero la partitura empieza a ser más compleja cuando sabemos que está casado con la heredera del imperio Darty (elefante francés de la venta de electrodomésticos). Y se convierte en sinfonía cuando recordamos que desde hace un año es presidente del grupo regional del partido de su padre, la UMP, en los Altos del Sena.

Su espectacular historia no acaba ahí. Antes, hizo sus pinitos en el mundo teatral y tuvo problemas derivados al huir con su scooter tras rozar a un BMW y después le espera un camino lleno de espinas en su deseo de posicionarse al frente del  EPAD, la institución oficial que dirige una de las perlas de la corona republicana francesa, La Défense.

Al conocerse la noticia, el dedo acusatorio es casi tan evidente como el grito de la acusación: “¡nepotismo!”. La defensa se postula casi de una indignación que parece natural. “Cuando hablan de delfín, entiendo bien el por qué: He visto que hay un cierto número de tiburones a mi alrededor”, indicó Jean Sarkozy esta semana al semanario francés Le Point.

Preparando también las barricadas de la defensa de La Défense está el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que en una entrevista este viernes en el conservador Le Figaro respondió con fuerza a las acusaciones. “No se trata de una prebenda, es una elección, por lo tanto, no hay nepotismo”, disparó el jefe de Estado galo recordando que el puesto de mandamás de la EPAD “no es remunerado”.

“Hay que tener 21 años para poder ser candidato en unas elecciones cantonales. Lo ha logrado. Una vez elegido, no tiene ni más ni menos derechos que otro” a optar al puesto, concluyo Sarkozy senior, experto en lances con la prensa y la opinión pública para defenderse de su relación con Carla Bruni, de su amistad con el empresario Vincent Bolloré e, incluso, en sus formas de defenderse de los desplantes de algunos agricultores a la voz de “apártate, pobre imbécil".

Tormenta de acusaciones

Entrar en la vida política de la acaudalada Neuilly, no es lo mismo que querer situarse al frente del barrio de negocios de los alrededores de París, en el que trabajan 150.000 personas. Por lo tanto, era casi una evidencia que la decisión del segundo hijo del primer matrimonio de Nicolas Sarkozy, despertaría las críticas más voraces de la oposición a Sarkozy.

Christophe Grébert, del centrista MoDem, se lanzó al ataque con una petición en internet para que Jean renuncie a su candidatura. Hasta el momento, según la web de Grébert, más de 80.000 personas se han adherido a esta solicitud. Allí, las acusaciones vuelven al tema habitual, el nepotismo, con un tono algo elevado: “no se trata de una ‘elección’ sino de un ‘nombramiento’”.

Desde la acera de enfrente de la UMP, el habitualmente descompuesto Partido Socialista (PS), decidió unificarse por un día para atacar la decisión del vástago de Sarkozy de presentarse a este puesto. La ex candidata presidencial Ségolène Royal señaló que se trataba de “un grave atentado contra las reglas de un buen funcionamiento de la República”, mientras que Laurent Fabius ironizó sobre el tema. “Necesitamos a alguien que conozca bien el mundo de los negocios y creo que puede tener predisposiciones”, indicó.

Mientras tanto, en la UMP defienden la legitimidad de Jean, con la única voz discordante de la secretaria de Estado para el Deporte, Rama Yadé, que señaló que hay cosas que pueden abrir una brecha "entre las élites" y "los pequeños". Una polvareda que se vio reducida cuando Yadé dijo que se refería al caso 'Polanski'. Lo que no han podido evitar es que la opinión pública se manifieste, tanto en persona como en la Red. De esta manera, mientras que una web recopila todos los mensajes emitidos en Twitter sobre el tema; en el mundo real, un grupo de jóvenes socialistas pretendieron acceder al Elíseo para ser adoptados por Nicolas Sarkozy. Y todo esto, con sólo 23 años…