Tailandia no extraditará a EEUU al 'Mercader de la Muerte'
Un tribunal de Tailandia denegó ayer la solicitud de Estados Unidos para extraditar al presunto traficante de armas de origen ruso Viktor Bout, conocido como el Mercader
Un tribunal de Tailandia denegó ayer la solicitud de Estados Unidos para extraditar al presunto traficante de armas de origen ruso Viktor Bout, conocido como el Mercader de la Muerte y acusado de varios delitos de terrorismo. "Los cargos presentados por EEUU no pueden ser juzgados bajo la ley tailandesa", argumentó en su fallo el juez Jitakorn Patanasir, quien dio a las autoridades norteamericanas un plazo de 72 horas para decidir si recurren el veredicto ante el Tribunal Supremo.
Durante ese periodo, Bout, de 42 años, permanecerá detenido, pero en cuanto expire el plazo será puesto en libertad y la sentencia no podrá presentarse un nuevo recurso de apelación. En el sumario, Washington ha implicado a Bout en operaciones para vender a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) unos 800 misiles tierra-aire, 5.000 fusiles de asalto AK-47, explosivos C-4 y minas antipersona, entre otras armas valoradas en millones de dólares.
Según el Departamento de Justicia estadounidense, Bout también intentó adquirir una batería antiaérea y conspiró para asesinar a ciudadanos de Estados Unidos, donde de ser declarado culpable por esos delitos podría haber sido condenado a cadena perpetua. Pero dando la razón a los abogados del Mercader de la Muerte, el magistrado tailandés indicó que la naturaleza del proceso ha sido más política que judicial y recordó que las FARC no son consideradas una organización terrorista por Tailandia.
La guerrilla colombiana "está luchando por una causa política y no es una banda criminal", apuntó el juez Patanasiri, en una sentencia que podría dañar las relaciones bilaterales entre ambos países, según los analistas. Colombia cerró hace varios años su embajada en Tailandia, a causa, por entonces, de problemas económicos.
Arresto ilegal
Por su parte, Bout, detenido en Bangkok en marzo de 2008, siempre insistió en que aquel arresto fue ilegal, los cargos presentados contra él falsos y que todo el proceso fue una operación política urdida por el Gobierno colombiano para debilitar a las FARC. Durante el juicio, los letrados de la defensa alegaron que su representado no cometió delito alguno en Tailandia y Estados Unidos carece de competencias sobre las actividades en otro país de su cliente, que además fue apresado en una operación llevada a cabo por gentes antidroga estadounidenses en colaboración con las autoridades del país asiático.
"No hice nada malo en Tailandia. Nunca he estado en Colombia ni Estados Unidos", declaró Bout en una de las sesiones.
Este ex piloto y agente del KGB soviético, que afirma ser un honrado empresario, habla seis idiomas y es conocido por hasta ocho alias distintos. Inicialmente, iba a ser juzgado en Bangkok por un delito de apoyo al terrorismo, que se castiga con un máximo de diez años de cárcel, pero la Fiscalía tailandesa retiró los cargos por falta de pruebas. El caso también suscitó el interés de Rusia, que denunció presiones norteamericanas para que fuera extraditado a EEUU y prestó apoyo legal durante el juicio al "hombre de negocios", como se le conoce en Moscú.
Bout, nacido en Tayikistán y cuya vida inspiró la película de Hollywood Lord of War, ha pasado casi año y medio retenido en una prisión de máxima seguridad de la capital tailandesa, en la que asegura haber sido tratado "peor que en Guantánamo". Según los servicios de inteligencia occidentales, el supuesto traficante aprovechó la caída de la Unión Soviética para comprar a bajo precio a generales corruptos arsenales enteros en Bulgaria, Moldavia o Ucrania para venderlos a zonas de conflicto, sobre todo en África.
El Mercader de la Muerte como fue apodado por el ex ministro de Exteriores británico Peter Hain, se convirtió en el principal proveedor para las guerras en Sierra Leona, Angola o la República Democrática del Congo.
Amnistía Internacional denuncia que llegó a operar una flota de más de cincuenta aviones que transportaban armas por todo África, donde logró sortear incluso un embargo internacional para hacer negocios con Charles Taylor, ex presidente de Libera y notorio "señor de la guerra" quien actualmente está siendo juzgado en La Haya por crímenes de guerra.
Un tribunal de Tailandia denegó ayer la solicitud de Estados Unidos para extraditar al presunto traficante de armas de origen ruso Viktor Bout, conocido como el Mercader de la Muerte y acusado de varios delitos de terrorismo. "Los cargos presentados por EEUU no pueden ser juzgados bajo la ley tailandesa", argumentó en su fallo el juez Jitakorn Patanasir, quien dio a las autoridades norteamericanas un plazo de 72 horas para decidir si recurren el veredicto ante el Tribunal Supremo.
Durante ese periodo, Bout, de 42 años, permanecerá detenido, pero en cuanto expire el plazo será puesto en libertad y la sentencia no podrá presentarse un nuevo recurso de apelación. En el sumario, Washington ha implicado a Bout en operaciones para vender a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) unos 800 misiles tierra-aire, 5.000 fusiles de asalto AK-47, explosivos C-4 y minas antipersona, entre otras armas valoradas en millones de dólares.
Según el Departamento de Justicia estadounidense, Bout también intentó adquirir una batería antiaérea y conspiró para asesinar a ciudadanos de Estados Unidos, donde de ser declarado culpable por esos delitos podría haber sido condenado a cadena perpetua. Pero dando la razón a los abogados del Mercader de la Muerte, el magistrado tailandés indicó que la naturaleza del proceso ha sido más política que judicial y recordó que las FARC no son consideradas una organización terrorista por Tailandia.
La guerrilla colombiana "está luchando por una causa política y no es una banda criminal", apuntó el juez Patanasiri, en una sentencia que podría dañar las relaciones bilaterales entre ambos países, según los analistas. Colombia cerró hace varios años su embajada en Tailandia, a causa, por entonces, de problemas económicos.