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Dos gravísimos siniestros con cerca de 170 muertos estremecen a Rusia
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Dos gravísimos siniestros con cerca de 170 muertos estremecen a Rusia

Dos gravísimos accidentes con cerca de 170 muertos en menos de 24 horas, uno en una mina de carbón en el sur de Siberia y otro

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Dos gravísimos siniestros con cerca de 170 muertos estremecen a Rusia

Dos gravísimos accidentes con cerca de 170 muertos en menos de 24 horas, uno en una mina de carbón en el sur de Siberia y otro en una residencia de ancianos en la sureña región de Kubán, han conmocionado a Rusia. El presidente ruso, Vladímir Putin, consideró necesario ordenar al Gobierno y en particular al primer ministro, Mijaíl Fradkov, investigar a fondo los dos accidentes y también la reciente catástrofe del Túpolev 134, que se estrelló el sábado pasado en el aeropuerto de Samara (región del Volga).

"Hay que hacer todo para que las investigaciones sean al más alto nivel y se esclarezcan las causas de estas tragedias a fin de sacar las conclusiones del caso", dijo el jefe del Estado, citado por la agencia Interfax.

Cuando el país seguía pendiente de los trabajos de rescate en la mina 'Uliánovskaya', en la región de Kémerovo, que ya ocasionó 104 muertos, otra horrible tragedia estalló en el sur de la parte europea de Rusia: un incendio en una residencia de ancianos se cobraba 63 vidas.

La Fiscalía, que investiga el incendio, estudia tres posibles causas: cortocircuito en la red eléctrica, negligencia en el uso de fuego y e, incluso, incendio provocado.

El servicio de prensa del Ministerio de emergencias de Rusia dijo que "la muerte masiva en la residencia de ancianos se debe al aviso tardío del siniestro, a los errores del personal (al declararse el incendio) y la ausencia de bomberos en las proximidades".

La llamada de alarma desde el asilo, situado en el poblado de Kamyshevátskaya, en la sureña región de Kuban (a orillas del mar de Azov), fue recibida por los bomberos poco después de la una de la madrugada pasada. Sin embargo, los vehículos rojos tardaron toda una hora en acudir al lugar, pues la base más cercana se encontraba en la ciudad de Yeisk, a 50 kilómetros.

Como resultado, muchas de las víctimas perecieron asfixiadas por el humo, reveló una fuente de la policía local. Un total de 61 jubilados y una enfermera murieron mientras que otras 34 personas han tenido que ser hospitalizadas con diversas quemaduras, lesiones e intoxicaciones.

Se agota la esperanza de rescatar a los mineros

Entre tanto, en Siberia se agotaban las esperanzas de rescatar con vida a los mineros sepultados por la explosión de gas grisú mientras crece el número de víctimas mortales. De acuerdo al Centro Regional Siberiano del Ministerio de emergencias, son ya 104 los mineros que perecieron en la mina Uliánovskaya y solo 93 los rescatados con vida. Sigue sin saberse la suerte de otras seis personas.

Los trabajos de rescate se han visto dificultados por la envergadura de las destrucciones que ocasionó la explosión, que se produjo a una profundidad de hasta 270 metros.

En total, en el momento del accidente, que se registró a las 14.19 hora local (07.19 GMT) del lunes, había 203 personas en las galerías de la explotación.

Entre los muertos figuran una veintena de altos ejecutivos de la mina. Entre ellos, varios subdirectores, el ingeniero jefe y el mecánico jefe de la explotación. Junto con ellos se encontraba un ciudadano de Gran Bretaña, identificado como Ian Malcolm Robertson, empleado de una compañía que financiaba la mina.

"Había llegado para valorar las reservas de carbón y conocer el funcionamiento de la mina", explicó el gobernador de Kémerovo, Amán Tuléyev.

Según dijo el gobernador, la explosión ocurrió tras un derrumbe que expulsó el gas metano al resto de las galerías. Fuentes del Servicio Federal de Supervisión Técnica constataron que en la mina inaugurada tan solo hace cinco años y considerada una de las más modernas del sector, no se han detectado errores tecnológicos en la explotación hullera.

Dos gravísimos accidentes con cerca de 170 muertos en menos de 24 horas, uno en una mina de carbón en el sur de Siberia y otro en una residencia de ancianos en la sureña región de Kubán, han conmocionado a Rusia. El presidente ruso, Vladímir Putin, consideró necesario ordenar al Gobierno y en particular al primer ministro, Mijaíl Fradkov, investigar a fondo los dos accidentes y también la reciente catástrofe del Túpolev 134, que se estrelló el sábado pasado en el aeropuerto de Samara (región del Volga).