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El escurridizo reptil que te recordará a tu infancia

La lagartija ibérica tiene la cabeza muy aplanada para poder refugiarse mejor entre la grietas estrechas.   

Esta que vemos está cerca de un abrevadero para el ganado, en la sierra de Guadarrama, donde la describió por vez primera el naturalista valenciano Eduardo Boscá. Se trata de una de las especies más ligadas a nuestra infancia en los pueblos porque le gustan los muros de piedra y las construcciones humanas.

En este vídeo, ofrecido por la Fundación Aquae, vemos que, como los arces y los robles de la sierra de Guadarrama, la lagartija ibérica se diría que bebe el sol del otoño, asoleándose como una hoja, antes del invierno.