Uno de los modelos emblemáticos de la marca Peugeot fue el 205, lanzado a mediados de los años ochenta y que se mantuvo en producción hasta el año 1998 cuando fue sustituido por el 206. Pero todavía se mantuvo en producción varios años más. El 208 es un perfecto sucesor de aquel mito, mantiene sus proporciones, pero con una tecnología mucho más avanzada que la de aquel vehículo francés que también se fabricó en Madrid.
Esta versión 208 GT Line es un compendio de virtudes, como su estética llamativa, sobre todo con la carrocería pintada en color gris mate, realmente espectacular, de nuestra prueba. También se ofrece en una versión de cinco puertas, menos vistosa pero mucho más práctica para acceder y salir del vehículo.
Y lo mejor es su aspecto mecánico, porque esta familia de motores Puretech ofrece lo mejor de las motorizaciones de gasolina, por su agilidad para subir de vueltas, pero al mismo tiempo aporta algunas de las virtudes de los de gasóleo, como su consumo ajustado o su buena elasticidad a bajas revoluciones. Sin duda, este 208 GT Line es un pequeño gran coche.