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¿Utilizamos bien los repelentes de lluvia en los cristales de nuestros vehículos?
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UN ELEMENTO BÁSICO PARA NUESTRA SEGURIDAD

¿Utilizamos bien los repelentes de lluvia en los cristales de nuestros vehículos?

Se trata de uno de los elementos de seguridad más extendidos en los últimos años: su facilidad para aplicarlo y su bajo precio le hacen ser un sistema muy demandado

Foto: La lluvia, uno de los elementos más molestos para la conducción. (Pixabay)
La lluvia, uno de los elementos más molestos para la conducción. (Pixabay)

En los últimos años, un producto se ha puesto de moda cuando llega el invierno: los repelentes de lluvia. Se trata de un producto con propiedades antiadherentes que, o bien aplicado por un profesional en un taller o por el propio usuario en su casa, consigue crear una película en nuestra luna delantera que evita que las precipitaciones se conviertan en un problema, al conseguir que el agua resbale por el cristal. Pero, ¿lo utilizamos correctamente?

Habitualmente, el usuario centra sus esfuerzos en proteger el cristal delantero de su vehículo, precisamente en el que necesita tener mayor visibilidad para que la conducción sea lo más cómoda posible en condiciones adversas. Sin embargo, muchas veces dejamos de prestar atención a otra serie de elementos del vehículo donde este tipo de productos nos podrían ofrecer mayores ventajas visuales en la conducción y que olvidamos por completo.

Foto: Punto en el que comienza el nuevo radar de tramo de Madrid.

Según los últimos datos de la DGT, se calcula que en el 15 por ciento de los accidentes de tráfico que se producen en nuestro país tiene como causa directa la falta de visibilidad. Por ello, no solo es importante mantener los cristales del vehículo en perfectas condiciones, sino que elementos como las luces o los limpiaparabrisas cobran una importancia vital a la hora de mejorar nuestra visibilidad al volante. Y, por supuesto, los tratamientos antilluvia pasan a ser básicos.

Es tan fácil como aplicar un producto con efecto hidrofóbico, que lo que hace es que las gotas de lluvia salgan repelidas nada más tomar contacto con nuestro cristal, evitando que lleguen a acumularse en la luna delantera. Con lluvia ligera, nos ofrece grandes beneficios, pero cuando circulamos mientras una tromba de agua cae sobre nuestro coche, pasa a ser fundamental para nuestra seguridad; donde antes los 'limpias' no daban abasto, ahora casi no hay ni que usarlos.

Esa película que se distribuye en nuestro cristal permite que la gota de agua se convierta en una perla al tomar contacto con el cristal y que salga despedida hacia atrás como consecuencia de la velocidad de nuestro vehículo. Y aún es más útil en el caso del hielo, pues impide que llegue a plantearnos un grave problema al complicar nuestra visibilidad: este mismo producto consigue que no se acumule en nuestro cristal, haciéndonos pasar momento complicados.

Sin embargo, no siempre se termina de usar de la manera más correcta posible. Evidentemente, es fundamental que se aplique en la luna delantera, pues este producto, junto a unas escobillas en perfectas condiciones y un líquido lavaparabrisas con condiciones anticongelantes, nos permitirán obtener una seguridad extra en la conducción. Pero, ¿y qué pasa con el resto de cristales del vehículo? A veces no le prestamos la atención necesaria con este tipo de productos.

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Cuidado con ventanillas y retrovisores

Sería recomendable aplicar el repelente de lluvia especialmente en las ventanillas delanteras, lo que nos permitiría completar la experiencia de mejora de visibilidad de manera exponencial. Pero también en los retrovisores externos del coche, pues muchos vehículos no incorporan sistemas de calefacción en los mismos que nos permitan evitar estos problema. Una simple aplicación puede resultar fundamental para evitar accidentes.

Normalmente, este tratamiento tiene una vida útil de unos seis meses y su precio es realmente asequible: podemos encontrar productos para aplicar nosotros mismos entre 3 y 8 euros, mientras que acudir a un centro especializado para que lo aplique un experto puede costar entre 10 y 20 euros, precios realmente bajos que ayudan a incrementar nuestra seguridad al volante. Cualquier ayuda para mejorar nuestra experiencia al volante siempre será escasa.

En los últimos años, un producto se ha puesto de moda cuando llega el invierno: los repelentes de lluvia. Se trata de un producto con propiedades antiadherentes que, o bien aplicado por un profesional en un taller o por el propio usuario en su casa, consigue crear una película en nuestra luna delantera que evita que las precipitaciones se conviertan en un problema, al conseguir que el agua resbale por el cristal. Pero, ¿lo utilizamos correctamente?

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