Es noticia
Turquía fabrica drones de bajo coste, la nueva arma geopolítica
  1. Mercados
  2. The Wall Street Journal
cambio en el campo de combate

Turquía fabrica drones de bajo coste, la nueva arma geopolítica

Drones equipados con misiles fabricados con una tecnología digital asequible han ayudado a cambiar la situación frente a las fuerzas apoyadas por Rusia en Siria, Libia y Azerbaiyán

Foto: EC.
EC.
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Un soldado descansa junto a un tanque T-72 fabricado en Rusia. Al instante, un misil disparado desde un dron choca contra el vehículo, explotando en un destello anaranjado, lanzando al hombre por los aires y reduciendo el tanque a unos restos ardientes.

La escena es una de las decenas de vídeos aéreos que se publicaron en línea en Azerbaiyán el año pasado enseñando un arma nueva. Durante seis semanas, ayudó al país a recuperar territorio en la región de Nagorno Karabaj, que había sido ocupada por fuerzas armenias apoyadas por Rusia durante más de dos décadas. Los vídeos muestran ataques a tanques, camiones, puestos de mando, puestos de morteros e instalaciones de radar.

Pequeños ejércitos de todo el mundo están desplegando drones baratos equipados con misiles frente a enemigos blindados, una nueva técnica en el campo de batalla que resultó efectiva el año pasado en conflictos regionales, modificando el equilibrio estratégico en torno a Turquía y Rusia. Los drones fabricados en Turquía con una tecnología digital asequible destruyeron tanques y otros vehículos blindados, así como sistemas de defensa aérea, de protegidos rusos en combates en Siria, Libia y Azerbaiyán. Estos drones señalan hacia una remodelación de las guerras futuras, tanto por vehículos de combate baratos, pero efectivos, como por otros caros con la tecnología más avanzada.

placeholder El último modelo 'low cost' de drones de combate, el Bayraktar TB2. (Reuters)
El último modelo 'low cost' de drones de combate, el Bayraktar TB2. (Reuters)

China también se ha convertido en exportadora de drones líder para Oriente Medio y África. Los grupos vinculados con Irán en Irak y Yemen utilizaron drones para atacar Arabia Saudí. Al menos 10 países, desde Nigeria hasta Emiratos Árabes Unidos, han utilizado drones comprados a China para matar adversarios, según analistas de defensa.

“Las implicaciones son revolucionarias”, declaró el secretario de Defensa de Reino Unido, Ben Wallace, en un discurso el año pasado, mencionando las graves pérdidas de Siria por drones turcos. Volando juntos o en grupo, estos drones pueden sorprender a tropas e inhabilitar vehículos blindados mal ocultados o poco defendidos, una labor a menudo asignada a aviones de combate caros. Los drones pueden mantener un vuelo sigiloso durante 24 horas, encontrando brechas en sistemas de defensa aérea y ayudando a atacar objetivos a aviones de combate y artillería, así como disparando sus propios misiles.

Los ejércitos, incluido el de EEUU, están actualizando sus sistemas de defensa aérea para ponerse al día con los avances, buscando métodos para eliminar drones de bajo coste sin disparar misiles que cuesten más que sus objetivos. El Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea de EEUU también está trabajando en Skyborg y Valkyrie, aeronaves autónomas de bajo coste que forman parte de un programa de innovación. “Nuestros adversarios ya están desplegando tecnologías que amenazarán nuestras plataformas heredadas”, declara un funcionario de la Fuerza Aérea en un comunicado. Israel y EEUU llevan mucho tiempo utilizando drones de alta calidad en operaciones antiterroristas para atacar a enemigos prominentes. Pero los países han dudado en vender sus modelos estrella, incluso a aliados, por miedo a su proliferación.

Foto: Tayyip Erdogan. (Reuters)

Respondiendo a los acuerdos de drones que han realizado China y otros fabricantes con países rechazados por EEUU, la Administración Trump relajó un poco su política de exportaciones el pasado julio, posiblemente impulsando las ventas de modelos más competentes de los que se permitían antes. Emiratos Árabes Unidos declaró en enero que había acordado comprar 18 drones MQ-9 fabricados por EEUU por casi 3.000 millones de dólares.

Los avances tecnológicos y los competidores globales han generado alternativas baratas. El abanderado de la última revolución de drones armados apareció el año pasado en los campos de batalla en torno a Turquía, el Bayraktar TB2. Comparado con el MQ-9 estadounidense, el TB2 lleva poco armamento, con cuatro misiles de guiado láser. Su mecanismo, controlado por radio, limita su rango base a cerca de 300 km, apenas una quinta parte de la superficie que puede cubrir el MQ-9. Sin embargo, es práctico y fiable —cualidades que recuerdan al Kalashnikov AK-47 soviético, que cambió el conflicto armado en el siglo XX—. Un conjunto de seis drones Bayraktar TB2, unidades terrestres y otros equipos de operaciones esenciales cuesta decenas de millones de dólares, en lugar de los cientos de millones que valen los MQ-9.

El fabricante turco de los drones, Baykar, que empezó en 1984 fabricando piezas de automóvil, se jacta de obtener mejores resultados. Qatar y Ucrania son clientes. Polonia, miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, declaró el mes pasado que compraría 24 drones TB2. Varios aliados más de la OTAN están interesados, así como países en África y Asia, según el Gobierno y directivos de empresas de Turquía.

Cambio de curso

El dron TB2 captó la atención internacional en los cielos de Siria a principios de 2020. Hacia finales de febrero, el régimen sirio, apoyado por Rusia, estaba avanzando en la ciudad de Idlib, que estaba ocupada por los rebeldes apoyados por Turquía. Después de que un ataque aéreo matara a más de 30 soldados turcos, Turquía inició la Operación Spring Shield, que integraba drones con sistemas de guerra electrónicos, tropas terrestres, artillería y aviones de combate.

Los drones, silenciosos y difíciles de detectar por un radar, volaron durante horas buscando brechas en los sistemas de defensa aérea, que cayeron “como fichas de dominó” una vez vulnerados, declara Haluk Bayraktar, director general de Baykar. Los vehículos actuaron en grupos de 12 para atacar a los objetivos de forma simultánea, según el Gobierno y empresarios turcos.

A la OTAN le preocupa que los drones de Erdogan incentiven su búsqueda de una política exterior más independiente

Ismail Demir, jefe del órgano estatal turco que supervisa la industria militar, declara que el bajo coste de estos drones permite a las fuerzas militares arriesgarse más con ellos. “Si pierdes uno, dos o tres”, declara, no importa, siempre y cuando el resto encuentre un objetivo. La primavera pasada, los TB2 ayudaron a cambiar el rumbo en la guerra civil de Libia a favor del Gobierno asentado en Trípoli, que cuenta con el apoyo de Naciones Unidas.

Turquía había enviado armamento en 2019 para contener un ataque en la capital del jefe de milicia Jalifa Hafter, que tiene el apoyo de Rusia y otros. En 2020, Turquía aumentó su apoyo militar. Tácticas de drones mejoradas perfeccionadas en Siria ofrecieron ventaja frente a sistemas de misiles tierra-aire fabricados en Rusia conocidos como Pantsir, otorgando al Gobierno de Trípoli la supremacía aérea. En junio, las fuerzas de Hafter se retiraron de Trípoli. El éxito de los drones ha ayudado al presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, por momentos aliado díscolo de EEUU, a expandir su influencia regional sin arriesgar una cantidad importante de tropas o equipo costoso.

Foto: Erdogan y Putin en Moscú. (Reuters)

Si bien la mejora de las capacidades de Turquía puede beneficiar a la OTAN, a los demás miembros les preocupa que la capacidad de Erdoğan de desplegar y vender drones pueda incentivar su firme búsqueda de una política exterior y de seguridad más independientes. “EEUU, al igual que muchos socios europeos, desconfía de las exportaciones de drones de Turquía y la forma tajante en que Turquía ha estado utilizando los drones en esos conflictos”, declara Dan Gettinger, investigador en el Mitchell Institute for Aerospace Studies, grupo de investigación sobre políticas no partidista en Arlington, Virginia.

Mike Nagata, teniente general del ejército estadounidense en operaciones especiales retirado, dice que los drones eran “parte de un desafío mucho mayor respecto al futuro de la relación entre Turquía y EEUU y la OTAN”.

Terreno sangriento

Ucrania firmó un acuerdo en enero de 2019 para comprar drones TB2 de Turquía, de los que ha recibido al menos seis hasta ahora, y Kiev está negociando una fabricación conjunta. Una compañía ucraniana está fabricando motores para el ultimo dron Baykar, un modelo más grande con una carga explosiva más pesada que el TB2.

El país espera que los drones desalienten una repetición de la invasión del Kremlin en 2014. “Nos permiten frenar el ataque de Rusia o contraatacar si nos invaden”, dice Yuriy Mysyagin, jefe adjunto del Comité de Defensa en el Parlamento ucraniano. “Vimos cómo actuaron el año pasado”. En marzo, el ejército ucraniano publicó detalles de entrenamiento aéreo sobre el Mar Negro a unos 80 km de Crimea, que Rusia se anexionó en 2014. El ministro de Defensa no ha querido hacer declaraciones.

Las ventas de drones de Turquía han irritado a Moscú. En abril, citando los crecientes contagios por covid-19 en Turquía, Rusia suspendió la mayoría del tráfico aéreo entre los dos países hasta el 1 de junio, dejando a Turquía sin turistas rusos durante las vacaciones de mayo. Esta semana, Rusia extendió la suspensión tres semanas más. Erdoğan dijo al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, durante una reunión en Turquía en abril que el presidente ruso, Vladimir Putin, amenazaba con extender la restricción de vuelos a no ser que Turquía retirara sus ventas de drones y su apoyo a Ucrania, según una persona informada sobre la conversación.

Ni el Kremlin ni el ministro de Defensa ruso han respondido a las cuestiones planteadas.

Foto: Celebración del quinto aniversario de la anexión de Crimea por parte de Rusia. (Reuters)
TE PUEDE INTERESAR
Cinco años de la anexión rusa de Crimea: ¿qué pinta la Unión Europea en esto?
Nacho Alarcón. Bruselas C. Barragán

Autoridades turcas dicen que no buscan un enfrentamiento con Rusia al hacer frente a sus aliados. Turquía mantiene un estrecho lazo energético con Moscú, y compró un sistema de defensa aérea avanzado ruso, lo que condujo a sanciones desde EEUU. El TB2 nació del descontento de Turquía con los modelos disponibles de EEUU e Israel, y el anhelo del país de poseer sistemas bajo su control para combatir al PKK, grupo militante kurdo.

“Esos países no cooperaban lo suficiente con nosotros, por lo que tuvimos que lanzar nuestro propio programa”, declara en una entrevista Mustafa Varank, ministro de Industria y Tecnología de Turquía. “Ahora Turquía está recogiendo los frutos de tomar la decisión correcta en el momento adecuado”.

placeholder Erdogan, en visita oficial a Azerbaiyán. (Reuters)
Erdogan, en visita oficial a Azerbaiyán. (Reuters)

Baykar emergió como líder entre varios fabricantes de drones turcos tras descubrir un nicho a principios de los dos mil, declara Bayraktar, director general de la empresa. Su hermano Selcuk Bayraktar, que estudió en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, ideó un ‘software’ de control de vuelo y sistemas de guiado mientras utilizaba componentes existentes. Durante el desarrollo, los directivos de la empresa crearon un taller en una base militar para adquirir una comprensión directa, que incluía a un coronel que los llevó a un trozo de terreno ensangrentado donde, dicen, soldados turcos fueron asesinados por el PKK.

En 2007, Turquía lanzó una competición nacional para suministrar minidrones, que consiguió una orden de 76 de Baykar. En el momento, EEUU no vendía drones armados a Turquía. Baykar desarrolló el TB2 y reemplazó los componentes extranjeros con otros producidos a nivel local de forma gradual. En 2015, la empresa realizó con éxito un simulacro de fuego con munición guiada con precisión. El ejército de Turquía utilizó los drones inicialmente dentro de sus propias fronteras y en el norte de Irak y Siria. Pronto, Erdoğan los desplegó en guerras en torno a las fronteras de Turquía.

Azerbaiyán, cercano a Turquía geográfica y culturalmente, adquirió una serie de drones TB2 el año pasado. El país había perdido el control de la región de Nagorno Karabaj en favor de Armenia en una guerra que terminó con un alto el fuego en 1994. Una creciente riqueza petrolera había impulsado el ejército de Azerbaiyán en los años transcurridos desde entonces. Los TB2, así como drones fabricados por Israel, ayudaron a Azerbaiyán a superar a las fuerzas armenias. Los ataques se grabaron en vídeo y el ministro de Defensa de Azerbaiyán los publicó ‘online’.

Foto: Aviones de combate, en imagen de archivo. (EFE)

'Oryx', un blog que comprueba equipamiento destruido utilizando fotos y vídeos, expuso que los drones destruyeron 106 tanques armenios, 146 piezas de artillería, 62 sistemas de misiles tierra-aire, siete unidades de radar y 161 vehículos de otro tipo. Las pérdidas totales, citó 'Oryx', seguramente fueron mayores. Azerbaiyán terminó con 30 tanques destruidos, entre otros vehículos y equipamiento, según el blog.

Tras seis semanas de combate, el Kremlin, que está cerca de ambos países pero tiene una alianza militar con Armenia y tropas en su territorio, medió un alto el fuego en noviembre, y Azerbaiyán recuperó la mayoría de su territorio perdido hace tiempo.

La victoria de Azerbaiyán llamó la atención de los proveedores de Turquía. Algunas empresas y países, incluido Canadá, detuvieron la exportación de componentes utilizados en el TB2. Directivos de Baykar dicen que han integrado una cámara turca y acelerado el trabajo en un motor sustitutivo, que se espera para finales de año. En un desfile victorioso en diciembre en Bakú, la capital de Azerbaiyán, Erdoğan se sentó junto a su contraparte azerí, Ilham Aliyev, en una tarima forrada con las banderas de Turquía y Azerbaiyán. Sonó música triunfal. Cuando pasó una cohorte de camiones con drones TB2, Aliyev asintió y sonrió.

*Contenido con licencia de ‘The Wall Street Journal’.

Un soldado descansa junto a un tanque T-72 fabricado en Rusia. Al instante, un misil disparado desde un dron choca contra el vehículo, explotando en un destello anaranjado, lanzando al hombre por los aires y reduciendo el tanque a unos restos ardientes.