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Sopa de letras monetaria: guía rápida para entender el galimatías del Doctor Draghi
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la crisis complica la 'vida' del bce

Sopa de letras monetaria: guía rápida para entender el galimatías del Doctor Draghi

TLTRO, ABSPP, CBPP... La política monetaria del BCE ya no es lo que era. Siglas y más siglas revelan hasta qué punto la crisis ha complicado la vida a la institución

El laboratorio del Dr. Draghi no descansa. De sus probetas han salido esta semana varios experimentos adicionales. Con sus términos en inglés. Y, por supuesto, con sus siglas. Que no falten siglas. Porque en eso, en una acumulación de siglas e iniciativas, se ha convertido la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) desde que Mario Draghi accedió a la presidencia en noviembre de 2011. En poco más de tres años, ha cambiado casi por completo la fisonomía de la institución con una misión principal: reactivar el crédito como camino con el que promover el crecimiento y alejar la amenaza de la deflación o caída general de los precios. Lo ha hecho por la vía de la acumulación, amontonando medidas para ver si una u otra surte el efecto pretendido. Una auténtica sopa de letras monetaria que conviene desentrañar para entender qué está haciendo la entidad.

1. LTRO. Estas siglas corresponden al término inglés Long-Term Refinancing Operations u Operaciones de Refinanciación a Largo Plazo. Son las primeras siglas surgidas del laboratorio de Draghi. Las lanzó en diciembre de 2011, apenas un mes después de llegar a la presidencia de la entidad. Esas operaciones consisten en prestar dinero a los bancos a muy largo plazo, algo que no tenía precedentes en la historia de la institución. Las puso en marcha en un momento en el que los bancos europeos, principalmente los periféricos, tenían serios problemas de liquidez. Por tanto, pretendían salir al paso de esos problemas y, adicionalmente, reactivar el crédito en la región.

Aplicadas en dos rondas distintas, la primera en diciembre de 2011 y la segunda en febrero de 2012, en total suministraron 1 billón de euros a las entidades europeas que estas ya le están devolviendo. Esta lluvia de dinero cumplió el propósito de aplacar esas tensiones de liquidez, pero no el de estimular el crédito. Colateralmente, el LTRO también sostuvo la cuenta de resultados de los bancos, que dedicaron el dinero barato proporcionado por el BCE a comprar deuda pública -carry trade-, y facilitó la financiación de los países, precisamente porque las entidades emplearon ese dinero para adquirir sus bonos.

2. OMT. Corresponden al concepto Outright Monetary Transactions u Operaciones Monetarias de Compraventa. Draghi se las sacó de la chistera en septiembre de 2012. Y es que fue precisamente eso, el mayor truco de los que ha fabricado. Consistente en la promesa de comprar deuda pública de los europaíses que antes se sometan a la disciplina de pedir un rescate, activó este programa para plasmar en hechos su histórico compromiso de "hacer lo que sea necesario para salvar al euro". Lo consiguió: la OMT se reveló como el dique que contuvo la crisis de la deuda periférica y que selló las costuras de la moneda única.

3. TLTRO. Proceden del concepto Targeted Long-Term Refinancing Operations u Operaciones Condicionadas de Refinanciación a Largo plazo. Lanzadas en junio de 2014, constituyen la versión 2.0 de las LTRO de 2011. Como en aquella ocasión los bancos emplearon el dinero fundamentalmente para comprar deuda y ahora el BCE necesita revivir el crédito, esta vez canalizará esa financiación, mediante unas operaciones trimestrales, a aquellas entidades que estén prestando dinero a la economía real, porque con los TLTRO persigue incentivar el crédito.

4. CBPP3. Estas siglas provienen del término Covered Bonds Purchase Programme o Programa de Compras de Cédulas Hipotecarias. El número 3 se debe a que Draghi va a poner en marcha la tercera edición de esta iniciativa. El CBPP1 se puso en marcha en mayo de 2009 y se saldó con unas compras de 60.000 millones de euros; y el CBPP2 se lanzó en octubre de 2010 y aunque estaba dotado con 40.000 millones de euros, finalmente el BCE apenas empleó 16.000 millones. El CBPP3 ha sido anunciado por Draghi este jueves y las compras comenzarán en octubre, aunque todavía se desconoce el volumen al que ascenderán. Su misión será, una vez más, estimular el crédito y también ampliar el balance del BCE. Para que la institución compre cédulas, estas tienen que crearse, y para crearse los bancos antes han tenido que dar los préstamos hipotecarios. Y eso es justo lo que pretende Draghi: que con las compras como acicate, los bancos concedan esos préstamos.

5. ABSPP. Provienen de Asset Backed Securities Purchase Programme o Programa de Compras de Activos Respaldados por Activos. Ha sido otra de las iniciativas activadas esta semana. Consiste en que el BCE, además de comprar cédulas, también adquirirá desde octubre deuda respaldada por préstamos concedidos por las entidades -incluidos los RMBS (residential mortgage-backed security) o deuda respaldada por préstamos al sector residencial-. Por supuesto, también persigue resucitar el crédito y aumentar el tamaño del balance del BCE. Lo buscará con el mismo mecanismo que con las cédulas: como el BCE comprará títulos que estén respaldados por préstamos, los bancos deben dar antes los préstamos que les permitan emitir esos títulos.

6. QE. No son exclusivas del BCE, sino que otros bancos centrales, como la Reserva Federal (Fed) estadounidense, han recurrido antes y con contundencia a ellas. Estas siglas provienen del concepto Quantitative Easing o Expansión Cuantitativa, un término que hace alusión a las políticas heterodoxas -es decir, ajenas a los tipos de interés- mediante las que un banco central puede incrementar el dinero en circulación. Esas políticas consisten en la compra de activos directamente en el mercado.

Aunque el BCE empezó a ejecutar esas compras en octubre, hubo un matiz: como en ese momento el BCE no incluía la deuda pública en la cesta de activos que compraba, la sensación es que se trataba de un QE light, sin alcanzar la potencia o el carácter absoluto que sí le otorga ampliar las compras a los bonos soberanos. Del mismo que la Fed empezó en 2008 a comprar deuda privada y no comenzó a adquirir deuda pública estadounidense hasta marzo de 2009, la institución europea también ha ido por fases. Eso sí, en su caso con la dificultad que entraña dar el paso de comprar bonos soberanos. El Tratado de la Unión Europea establece que el BCE tiene "prohibida la adquisición directa" de deuda de los países. Draghi, por tanto, ya está apurando al máximo su margen de actuación.

7. PSPP. Ese paso, el de lanzar un QE que incluye deuda pública, lo dio el BCE en enero de 2015. Y precisamente para incorporar la deuda pública, acuñó otras siglas. Responden al concepto Public Sector Purchase Programme o Programa de Compras del Sector Público. Este programa incluye la compra de deuda soberana, de insitituiciones supranacionales y agencias públicas. Y el objetivo del BCE es que el PSPP alcance cada mes -entre marzo de 2015 y septiembre de 2016- un volumen de compras de 50.000 millones de euros, a los que se añadirán 10.000 millones del CBPP3 y ABSPP. En total, por tanto, el QE ascenderá a 60.000 millones mensuales.

8. ZIRP. Estas siglas proceden del concepto Zero Interest-Rate Policy o Política de Tipos de Interés 0. Tampoco es propìedad en exclusiva del BCE ni de Draghi, pero es cierto que la institución europea se ha situado en ese terreno de la mano del banquero italiano. Heredó los tipos en el 1,5% y, tras siete recortes en menos de tres años, los ha situado ya en el 0,05%. No vas más, por tanto, como él mismo reconoció este jueves. Ya no habrá más bajadas de tipos por el simple motivo de que se ha quedado sin margen para hacerlo.

El laboratorio del Dr. Draghi no descansa. De sus probetas han salido esta semana varios experimentos adicionales. Con sus términos en inglés. Y, por supuesto, con sus siglas. Que no falten siglas. Porque en eso, en una acumulación de siglas e iniciativas, se ha convertido la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) desde que Mario Draghi accedió a la presidencia en noviembre de 2011. En poco más de tres años, ha cambiado casi por completo la fisonomía de la institución con una misión principal: reactivar el crédito como camino con el que promover el crecimiento y alejar la amenaza de la deflación o caída general de los precios. Lo ha hecho por la vía de la acumulación, amontonando medidas para ver si una u otra surte el efecto pretendido. Una auténtica sopa de letras monetaria que conviene desentrañar para entender qué está haciendo la entidad.

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