Rivero dispuesto a vender el 7% de Gecina para no presentar una opa

El empresario español Joaquín Rivero aseguró que va a vender antes de finales de junio próximo el 7 por ciento de la inmobiliaria francesa Gecina para no verse obligado a lanzar una opa como le impuso la Autoridad de Mercados Financieros (AMF) de Francia.

Con esta venta de acciones, Rivero espera "tener las manos libres para emprender la nueva estrategia" que ha diseñado para Gecina, indicó el empresario al diario francés "La Tribune".

La venta, que concierne a más de cuatro millones de títulos, se hará "en el marco de una operación fuera del mercado a diferentes inversores de talla internacional que han manifestado su interés por entrar en el capital al precio actual", señaló Rivero.

El empresario reconoció que éste no es el mejor momento para vender al mejor precio, pero aseguró que es "la mejor solución".

La AMF anuló en diciembre pasado la oferta pública de compra de acciones de Gecina presentada por Rivero y por el empresario también español Bautista Soler y les obligó a presentar otra oferta.

El gendarme de la Bolsa francesa consideró que los empresarios no habían presentado a los accionistas toda la "información coherente y completa" necesaria y que actuaron de forma concertada.

Rivero y Soler recurrieron la decisión y el próximo 6 de mayo deberán defender su causa ante el Tribunal de Apelación, que se pronunciará antes de finales de junio.

Por eso, Rivero quiere deshacerse antes de ese plazo de una parte de Gecina, pese a que el empresario se mostró convencido de que no actuó en concierto con Soler.

Rivero reconoció que estudió la idea de hacer una gran compra para diluir su participación en Gecina, pero señaló que ninguno de los casos tratados salió adelante.

Entre los candidatos a la compra figuraban una empresa holandesa, la inmobiliaria Colonial y su filial Société Foncière Lyonnaise (SFL).

Si finalmente salen adelante sus planes en Gecina, Rivero espera vender activos residenciales por valor de 5.000 millones de euros e invertirlos en oficinas, para "acentuar la parte del patrimonio comercial cuyos rendimientos son superiores a los de las viviendas".