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Los expertos proponen medidas para evitar una nueva orgía del crédito
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JOAN HORTALÀ PIDE QUE LOS PRÉSTAMOS ESTÉN EN FUNCIÓN DE LOS DEPÓSITOS

Los expertos proponen medidas para evitar una nueva orgía del crédito

A estas alturas, todo el mundo tiene claro que la crisis financiera española, al igual que la global, se debe a la concesión excesiva e indiscriminada

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Los expertos proponen medidas para evitar una nueva orgía del crédito

A estas alturas, todo el mundo tiene claro que la crisis financiera española, al igual que la global, se debe a la concesión excesiva e indiscriminada de crédito para financiar la compra de activos muy sobrevalorados (aquí la vivienda, en otros países titulizaciones y otros activos financieros). A la vista del desastre que han provocado los excesos del pasado, mucha gente critica al Banco de España por no haber tomado ninguna medida para impedirlos. A lo que contestan desde el propio sector que el supervisor no cuenta con ningún instrumento legal para impedir la concesión excesiva de crédito, por lo que no podía hacer más que recomendárselo a las entidades (con nulo éxito, como se puede apreciar).

Para subsanar esta carencia, algunos expertos proponen la adopción de un coeficiente de crédito que ligue obligatoriamente la evolución de los préstamos de la banca con la de los depósitos, tanto en los ciclos alcistas como en los bajistas. Por tanto, serviría también para solucionar la fuerte restricción de crédito que sufre ahora nuestra economía, con más éxito que las medidas adoptadas hasta ahora por el Gobierno, a su juicio.

Joan Hortalà, catedrático de la Universidad de Barcelona y presidente de la Bolsa de dicha ciudad, ha publicado un estudio de esta medida en la revista Cuadernos de Economía. Partiendo de un análisis histórico de los componentes del crédito y de su relación con la evolución de los depósitos de las entidades, llega a la conclusión de que la variación que experimenta la oferta de crédito no suele responder, ni en las coyunturas expansivas ni en las contractivas, a la evolución que efectivamente experimentan los depósitos, lo cual alimenta disfuncionalmente tanto las expansiones como las contracciones cíclicas.

Dicho de otro modo, en ambos casos, la evolución del crédito no se ajusta a la evolución del volumen de depósitos, sino que los préstamos crecen mucho más que los depósitos en los tiempos de vacas gordas -lo que explica el origen de la crisis actual- y se contraen también mucho más en las vacas flacas -que es lo que está pasando ahora-. Lo cual pervierte la función básica del sistema financiero de transformar depósitos en crédito, es decir, ahorro en inversión.

Frenar los excesos al alza y a la baja

El coeficiente de crédito consiste en fijar un nivel de crédito en función del nivel de depósitos de cada entidad. Este coeficiente actúa en las dos direcciones: limitando los excesos al alza y la restricción indiscriminada a la baja. En las fases cíclicas expansivas, es una garantía frente a conductas irresponsables, ya que establece un límite a los otorgamientos, restringiendo así la liberalidad en las operaciones de financiación. En las fases cíclicas recesivas, posibilita la fluidez de las concesiones, explica Hortalà.

Este profesor reconoce que hay otros factores determinantes de la oferta de crédito, como los tipos de interés, la calidad de las garantías que ofrece el solicitante, y la liquidez y la solvencia de bancos y cajas. Pero, aun así, el coeficiente de crédito es un instrumento idóneo de la política anticíclica al evitar que la disminución del crédito sobrepase la de los depósitos en las recesiones, y viceversa en las expansiones.

Como siempre, lo difícil de este tipo de propuestas es quién le pone el cascabel al gato, es decir, cómo se fija ese coeficiente. Hortalà lo deja abierto para que se tenga en cuenta la evolución de la coyuntura y la intensidad de las perturbaciones de la economía. Y también advierte de que este coeficiente no debe obligar a la banca a conceder crédito bajo la percepción razonable de incumplimiento (precisamente para no auspiciar una generación española de subprimes).

En el caso de que las entidades no concedan todo el crédito que le marcan sus depósitos por falta de garantías suficientes, propone que suscriban la diferencia en deuda pública. Y va más allá al pedir que esa deuda se utilice para dotar un fondo del ICO con el que se pudieran satisfacer las peticiones de crédito de empresas y familias con requisitos más laxos de garantía, ya que el riesgo se transferiría del sector financiero al sector público (precisamente, el escaso porcentaje de riesgo que asume el Estado en las líneas ICO actuales es la gran crítica que hacen bancos y cajas).

Crítica de las medidas del Gobierno

Y es que este estudio critica las medidas adoptadas hasta ahora por el Gobierno de Zapatero por su ineficacia e insuficiencia. Así, afirma que estas medidas tienen difícil impacto práctico a corto plazo. Porque, aparte de un clima pesimista que tiende a autoalimentarse, es poca su incidencia en el gasto de consumo y sobre la escasez de tesorería que padecen las empresas. En uno y otro caso, lo relevante es el crédito, y éste no llega ni a familias ni a empresas. Y es falaz, en las circunstancias actuales, la presunción de que la oferta de crédito mejora según se atienda el problema de liquidez y solvencia del sistema financiero.

Esta dura afirmación se justifica porque no puede esperarse que inyectando liquidez y apuntalando la solvencia de bancos y cajas aumente a su vez la oferta de crédito. Y ello por la simple razón de que cajas y bancos precisan toda la liquidez que puedan recibir para cumplimentar sus propios compromisos, habida cuenta del alto nivel de endeudamiento en que se hallan inmersas. 

A estas alturas, todo el mundo tiene claro que la crisis financiera española, al igual que la global, se debe a la concesión excesiva e indiscriminada de crédito para financiar la compra de activos muy sobrevalorados (aquí la vivienda, en otros países titulizaciones y otros activos financieros). A la vista del desastre que han provocado los excesos del pasado, mucha gente critica al Banco de España por no haber tomado ninguna medida para impedirlos. A lo que contestan desde el propio sector que el supervisor no cuenta con ningún instrumento legal para impedir la concesión excesiva de crédito, por lo que no podía hacer más que recomendárselo a las entidades (con nulo éxito, como se puede apreciar).

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